La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS) han elaborado un Manifiesto por una Comunicación Responsable en Alimentación y Salud en el que declaran su compromiso compartido con la calidad, transparencia y veracidad de la información que se traslada a la ciudadanía.
El manifiesto está acompañado por un decálogo, formando así un documento avalado por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y de su Fundación (FSEEN).
Ya se hizo una iniciativa similar en 2013 y FIAB y ANIS consideran necesario actualizar el documento ante el creciente interés de los consumidores por la nutrición y la salud y el aumento de la información a través de distintos canales sobre ingredientes, alimentos y bebidas.
Según Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB, la desinformación sobre alimentación y salud crea alarma social injustificada, confunde a los consumidores que pueden llegar a eliminar de su dieta ciertos productos o ingredientes de manera injustificada y puede crear problemas de salud, desde agravar enfermedades hasta provocar trastornos de la conducta alimentaria.
“Además, impacta directamente en la reputación de la cadena alimentaria, porque cuestiona la calidad y seguridad de nuestros productos”, afirma el director.
Susana Fernández Olleros, vicepresidenta de ANIS, considera que la información con rigor es el garante de nuestra sociedad.
“Los periodistas trabajan con material muy sensible en los temas de alimentación y son conscientes de la importancia de ofrecer la mejor noticia o reportaje. Por eso, este tipo de manifiesto y de alianzas son importantes porque nos garantiza un compromiso para ofrecer la mejor evidencia científica, de la mejor fuente de información, desde la transparencia y corresponsabilidad para que el ciudadano este bien informado”, indica la vicepresidenta de ANIS.
1. Información de interés público
Las noticias sobre alimentación y salud tienen una influencia directa en las decisiones de los ciudadanos y en sus hábitos de alimentación.
En consecuencia, nuestra responsabilidad es ofrecer el máximo rigor, objetividad y evidencia científica como principios básicos que rijan nuestro trabajo.
2. Alimentación, estilo de vida y salud
La alimentación es un factor más, aunque muy relevante, dentro de lo que se define como un estilo de vida saludable.
Tal y como explica el Ministerio de Sanidad, las decisiones que tomamos a la hora de alimentarnos se basan en nuestros conocimientos, emociones y habilidades y todo ello, está muy influido por el entorno en el que vivimos.
En este sentido, informar sobre alimentación, estilo de vida y salud es una responsabilidad.
Por ello, hay que tener en cuenta que no existen alimentos buenos ni malos, sino una dieta adecuada o inadecuada y que esta debe estar combinada con la práctica de una actividad física regular.
Además es importante señalar que existen otros factores importantes que influyen en la salud como los ambientales o la predisposición genética.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace especial hincapié en que se requiere la participación de distintos sectores y partes interesadas, incluido los gobiernos, el sector público y privado para promover entre la sociedad un estilo de vida saludable.
3. Comunicacion del riesgo y las alertas alimentarias
Conviene diferenciar claramente lo que es una alerta alimentaria, con datos objetivos contrastables, de la percepción subjetiva del riesgo alimentario que ocasionalmente pueden tener los ciudadanos y evitar en todo caso alarmas innecesarias.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) es el organismo oficial responsable de la comunicación de las alertas alimentarias de interés a través de su página web para toda la población y de aquellas para personas con alergias e intolerancias.
Un error en la fase de comunicación y el uso de productos supuestamente afectados que no se corresponden con los realmente retirados puede tener grandes consecuencias, ya no solo en la población, sino también para la imagen de la empresa.
4. Un producto muy regulado
La cadena alimentaria de la Unión Europea es la más regulada, estricta y controlada del mundo.
Todos los productos que llegan a nuestras mesas están sometidos al control de autoridades europeas a través de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y las españolas por medio de la AESAN.
Por lo tanto, para que un alimento llegue a la mesa debe cumplir con una compleja y exhaustiva legislación en materia de calidad y seguridad alimentaria.
Por ello, para informar sobre alimentación y nutrición es imprescindible conocer y tener en cuenta esa regulación, así como saber trasmitir a los ciudadanos sus implicaciones.
5. Fuentes válidas de información
Una sola fuente no debe ser suficiente para elaborar una buena información.
Es necesario contar con fuentes relevantes, sólidas y fiables que aporten opiniones cualificadas del mayor número de actores y que ofrezcan respuestas rápidas.
Igualmente, es necesario contrastar noticias de agencias sobre informaciones procedentes fuera de España.
6. Evidencia científica
Un estudio válido debe cumplir los patrones básicos de la investigación científica: que sean realizados por entidades de prestigio, que cumplan en cuanto a muestra, duración, metodología, revisión de pares, ausencia de conflicto de intereses, relación demostrada causa-efecto, etc.
Igualmente, es preciso confirmar si los resultados son extrapolables de un país a otro, si están realizados en animales o en humanos.
Por último hay que tener en cuenta que la evidencia científica es temporal, por lo que será clave relativizar la información encontrada.
7. Rigor informativo
Otorgar propiedades saludables o perjudiciales a los alimentos sin evidencia científica contrastada es una práctica que se debe evitar mediante el rigor científico y la precisión informativa.
Buscar la atención del lector no puede justificar titulares que conduzcan a la confusión y creen alarma social.
8. Transparencia en la información
Es importante conocer los vínculos entre las fuentes de información y quienes la promueven.
La transparencia debe ser exigida a todas las fuentes de información: agencias, sociedades médicas y científicas, universidades, centros médicos, organizaciones consumidoras, fabricantes de alimentos y bebidas, etc.
9. Uso responsable de Internet
Internet es una inestimable fuente de información y a la vez se ha convertido en la principal vía de mitos, desinformación e información errónea sobre alimentación.
La Inteligencia Artificial es una nueva herramienta que también puede contribuir negativamente a la creación y difusión de contenidos sin evidencia científica.
Es importante saber identificarlos y a ser posible utilizar como fuente webs acreditadas con sellos de calidad del ámbito científico.
10. Corresponsabilidad
En el documento la FIAB y ANIS reclaman que las fuentes sean plurales, fácilmente identificables, accesibles, disponibles para los medios y que proporcionen información relevante donde primen los criterios de objetividad.
Además el sector de la comunicación padece mucho intrusismo laboral, por lo que destacan la importancia de que los Gabinetes de Prensa y Departamentos de Comunicación estén integrados por profesionales formados en periodismo y/o comunicación.