El investigador Carlos López-Otín en la entrevista con EFE en un hotel de Madrid. EFE/Dani González
Investigador del genoma humano, del cáncer o del envejecimiento, Carlos López-Otín habla con EFEsalud de su nuevo libro, “La levedad de las libélulas” (Paidós), una metáfora de la fragilidad de la salud mental, un viaje que el escritor ha hecho a su propio interior.
El bioquímico (Sabiñánigo, Huesca, 1958) pasó por su propio proceso de depresión y “profunda decepción social” al arruinarse parte de una investigación que realizaba en la Universidad de Oviedo, sufrir acoso laboral y tener que retirar algunos artículos científicos por fallos en figuras y fotografías complementarias que no influían en el mensaje principal del estudio, según explicó en su momento.
“Yo he estado dos años en silencio social absoluto como terapia personal de recuperación. Y he escrito algunos de los artículos científicos más importantes de mi vida y un libro”, asegura el científico adscrito a la Universidad de la Sorbona de París, también investigador de enfermedades minoritarias como la progeria.
En su obra, López-Otín critica a los negacionistas de la salud mental y pide acabar “con la impunidad de los abusadores y acosadores” responsables directos o indirectos de daños físicos y mentales y de los suicidios.
“Hacen falta medidas que se anticipen a la ola de ansiedad y de tristeza que se está aproximando. Cada año se quitan la vida seres humanos que creen no encajan en el sistema actual”, subraya.
“Se necesita -añade- una acción integradora, urgente, comprometida y no pensar que esto es un problema que solo afecta a algunas personas que no son lo suficientemente fuertes para responder a a las adversidades del día”.
Por eso, no es suficiente apoyarse en los “efectos urgentes” de fármacos, como antidepresivos y ansiolíticos, sino acometer acciones integradas no solo desde la Medicina, también desde la Psicología, la Sociología o la Economía para afrontar un problema que afecta a uno de cada ocho habitantes del planeta.
Cuando el estrés es crónico
Carlos López-Otín busca las claves de la salud y además de la nutrición, el ejercicio físico, el sueño y la adaptación social hay que evitar los tóxicos y el estrés. “La fuerza de la salud no está en determinantes individuales, sino en la fuerza de todos ellos”.
Y se refiere al estrés, un mecanismo de respuesta para protegernos de las adversidades, pero que si se queda crónico, si nos mantiene en alerta, termina generando respuestas fisiológicas que “nos llevan a la obesidad, a la depresión, a enfermedades cardiovasculares, neurológicas…”.
Porque, insiste, la salud emocional incide en la salud física y conduce a alteraciones cardiovasculares, envejecimiento prematuro, problemas oncológicos…
“Y es bidireccional, el aforismo ‘Mens sana in corpore sano’ se debe completar con ‘Corpore sano in mens sana’.
“La salud somática y la salud mental son partes de la misma ecuación”, determina.
Se avecina una dana de dificultades
López-Otín no puede dejar de referirse a la devastación provocada por las inundaciones en la Comunidad Valenciana y Castilla-La Macha y apela a la empatía para “ponernos en el lugar de todos los que han perdido tanto, incluyendo la vida” en esta catástrofe.
Considera que estas inundaciones que se han cobrado la vida de más de doscientas personas y han causado importantes destrozos materiales demuestran que somos “frágiles y vulnerables”.
“Necesitamos una gran dosis de humildad para darnos cuenta de nuestras limitaciones. Tenemos que dejar atrás esta arrogancia, que creemos que poseemos gracias a la tecnología, y progresar más en las relaciones humanas. Esto es lo que nos puede ayudar a que a minimizar, a paliar, a aliviar toda la dana que se avecina, una dana de dificultades sociales, económicas y, sobre todo, emocionales”.
Pros y contras de la inteligencia artificial
Y entre esos avances tecnológicos, López-Otín dedica espacio en su libro más filosófico a la inteligencia artificial y destaca los grandes pasos que se han dado en Medicina y en pro de la salud.
“Es necesaria la mirada humana y un poco de humildad. No podemos decir que sean los algoritmos los que toman las decisiones del futuro, de nuestras vidas y del mundo entero. No, eso lo tendremos que hacer nosotros y si no será nuestro mundo serán los robots”, comenta en la entrevista.
En el libro alerta de que la implementación de un “dataismo médico extremo y carente de autocrítica” puede provocar un exceso de predictivismo y un “exagerado intrusismo terapéutico” en los prepacientes.
“Sigamos enseñando a las máquinas, pero no nos olvidemos de educar a las personas”, concluye el también autor de la “Trilogía de la vida”.
En sus libros, López-Otín menciona en los agradecimientos a Letizia Ortíz, la reina, una de las personas que lee sus manuscritos antes de publicarlos.