Dos personas mayores caminan por la calle. EFE/Isaac Fontana
La psicogerontóloga de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEEGG) Esther Camacho, en declaraciones a EFEsalud, subraya que para las personas mayores el fin de las vacaciones y la reanudación del día a día en el lugar de residencia son tareas más complicadas debido a la edad y a la capacidad cognitiva, por regla general más deteriorada. La desconexión estival puede ser duradera, de ahí la desorientación al volver.
“A todas y a todos nos ha pasado que de repente te levantas por la noche y piensas que estás en tu casa, y te das cuenta de que estás en otro sitio”, ilustra.
El entorno de la persona mayor, clave en la vuelta a la rutina
La prevención y la asistencia se convierten en premisas fundamentales. Según señala Camacho, para que la desorientación en la vuelta a la cotidianidad sea la menor posible hay que trabajar el regreso desde el principio. Propiciar el trabajo del cerebro de la persona mayor, previamente a la vuelta, es importante.
El proceso tiene que ser progresivo. Para esto, el entorno de la persona debe servir como apoyo indispensable. “Pero luego serán en las tareas del día a día lo que hará que la persona se sienta más a gusto y disfrute”, puntualiza la especialista.
Crucial, por tanto, respetar los tiempos de adaptación y no imponer el tiempo propio ante la persona mayor, ya que necesitará ir a otro ritmo. Para ello es necesario permitir que la personas vuelva poco a poco a su horario, hábitos y actividades, facilitando el cambio y aminorando el estrés.
Pautas esenciales
La psicogerontóloga de la SEGG recomienda seguir estas pautas:
- En la organización del viaje de verano, pensar en la persona mayor, pues no es lo mismo organizar un viaje a un lugar totalmente diferente a su entorno que a un lugar que le permita sentir seguridad. Ayuda, por ejemplo, ir a una casa en el pueblo familiar o a un alojamiento veraniego recurrente. Igualmente ayuda que se le favorezca el descanso.
- Una vez de regreso, mantener conversaciones claras con la persona mayor.
- Incorporar lentamente las actividades relevantes. Recuperar aquellas actividades que dan sentido a la rutina, como por ejemplo la lectura del periódico o dar paseos a horas concretas, sirve para reactivar y mejorar tanto la salud psicológica como la salud emocional.
- Las personas mayores que pasan de estar en compañía durante las vacaciones a volver a estar solas en la vida diaria pueden sufrir depresión por soledad, por lo que conviene favorecer la socialización de la persona mayor, de modo que retome el contacto con amistades y familiares.
- Por breve que sea el encuentro, ayudará a mejorar la motivación y a mitigar la desconexión llegan a sentir. Un buen recurso es invitarles a contar las experiencias vividas durante las vacaciones con los vecinos y amigos.
- Es importante no sobrecargar de tareas y estímulos. De lo contrario, aparecerán la fatiga o el agobio a la hora de querer recuperar ese tiempo “perdido”. Lo importante sería estructurar las actividades de manera espaciada. Es importante alternar los momentos activos con los de descanso.