La viruela del mono, también conocida como mpox, volvió a encender las alertas sanitarias en Argentina con 58 casos confirmados en lo que va del año y un foco epidemiológico creciente en provincias como Mendoza, Córdoba, Buenos Aires y también Corrientes, que aparece mencionada en los últimos reportes como una de las zonas de riesgo. Aunque no se reportaron nuevos contagios en la provincia desde agosto de 2024, cuando se detectó el primer caso, la cercanía geográfica con Brasil -uno de los países con circulación activa- y el tránsito constante en la frontera obligan a reforzar los controles y la vigilancia.
La confirmación de dos nuevos casos en Córdoba esta semana llevó a seis el número total de contagios en esa provincia desde septiembre del año pasado. Ambos pacientes son hombres adultos que adquirieron la infección tras viajar o haber estado en contacto con personas que lo hicieron, especialmente a destinos como Brasil y Chile. Según el último Boletín Epidemiológico Nacional, el total de infectados desde que comenzó el brote asciende a 164 en el país. De los 58 contagios registrados en los últimos siete meses, 55 corresponden a varones jóvenes. La principal vía de transmisión sigue siendo el contacto físico estrecho, especialmente el contacto sexual entre hombres, pero también se han documentado casos por compartir ropa, utensilios o simplemente por estar en contacto con secreciones respiratorias de personas contagiadas.
LO IMPORTANTE ES LA PREVENCIÓN
En este contexto, las autoridades sanitarias insisten en la importancia de la prevención y en la consulta médica temprana ante la aparición de síntomas. La enfermedad se manifiesta principalmente con erupciones cutáneas que pueden aparecer en zonas como la cara, los genitales, el torso, las palmas y las plantas de los pies. Otros síntomas incluyen fiebre, dolor muscular, cefalea intensa, ganglios inflamados y agotamiento.
A pesar de que los casos en Argentina responden al clado II -una variante menos severa del virus-, la preocupación internacional se centra en la aparición de una cepa más agresiva, el clado I, que circula activamente en la República Democrática del Congo y ya ha causado más de 500 muertes en lo que va de 2024. Suecia reportó recientemente un primer caso importado de esta cepa, lo que motivó nuevas advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el riesgo de rebrotes en Europa y otras regiones del mundo.
En Corrientes, el único caso confirmado fue en agosto del año pasado. El paciente evolucionó favorablemente y fue dado de alta poco después. Sin embargo, aquel antecedente activó los protocolos sanitarios: se reforzaron los controles en el Aeropuerto Internacional «Piragine Niveyro» y se reiteraron las recomendaciones para personal de frontera, puertos y aeropuertos. Desde entonces, no se registraron nuevos casos en la provincia, pero sí en otras jurisdicciones limítrofes.
La Dirección de Epidemiología provincial aclaró en su momento que se trataba de una forma esporádica de la viruela símica que circula desde 2022, no de la nueva variante más peligrosa. Aun así, el riesgo de nuevos ingresos no está descartado, por lo que es clave mantener las acciones de vigilancia, diagnóstico precoz, aislamiento y rastreo de contactos, como se hacía durante los picos de la pandemia de covid-19.
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, el promedio de casos nuevos de mpox en el país aumentó desde fines de abril, con un pico de 10 contagios semanales durante la primera semana de mayo. Sólo en los últimos siete días se confirmaron 28 nuevos casos en Mendoza, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires.
DE TRES A CUATRO SEMANAS
Especialistas remarcan que, aunque la mayoría de los casos se resuelven sin tratamiento específico y los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas, la falta de inmunidad generalizada y la capacidad de transmisión.