La extensión del barrio Las Orquídeas atraviesa una ola de robos que preocupa a quienes viven entre Palazzo y Km. 8. Cámaras, paredones y vigilancia vecinal se volvieron rutina mientras esperan respuestas de las autoridades.
“Cada vez que debemos llamar a la policía, los que tardan menos son los de Km. 8 porque siempre patrullan cerca, pero cuando llamamos a Mosconi la demora es mucho mayor”, señaló uno de los residentes. La preocupación crece porque, aunque Palazzo cuenta con una subcomisaría, los vecinos sienten que falta coordinación con las asociaciones vecinales para reforzar la seguridad.
Medidas de prevención y daños sufridos
Algunos habitantes debieron levantar paredones y colocar cámaras de seguridad, inversiones que implicaron un costo económico importante. “Entre marzo y mayo, a un vecino le entraron dos veces y perdió desde materiales de construcción hasta instrumentos musicales. Solo recuperó una guitarra eléctrica que días después apareció a la venta en Facebook”, contó otro damnificado.
El robo de la guitarra involucró a un albañil oriundo de Paraguay, quien supuestamente la había comprado a otro trabajador de la misma nacionalidad. Ambos fueron identificados por la policía y quedaron registrados en la investigación.
Episodios recientes
El último sábado a la madrugada, un hombre merodeó el barrio, revisando autos y tratando de ingresar a una vivienda. “Manoteó varios autos y a uno le rompió la ventana para llevarse una carpeta”, relató un vecino. Otro señaló que un desconocido amenazó a la mascota de un vecino, un perro Rottweiler, que se encontraba en su patio cerrado.
Los residentes destacan que los delincuentes utilizan vehículos y motocicletas para moverse y que existen caminos específicos, incluyendo uno de tierra que ingresa desde un cerro en Próspero Palazzo, que facilitan la circulación de los ladrones.
Vecinos buscan soluciones
La comunidad solicita refuerzos en los patrullajes y controles preventivos sobre los caminos que suelen transitar los delincuentes. Mientras tanto, continúan registrando incidentes, compartiendo videos de vigilancia y coordinando entre ellos para tratar de minimizar los daños y proteger sus hogares.
“Estamos preocupados y queremos que las autoridades tomen cartas en el asunto. No queremos vivir con miedo ni resignarnos a perder nuestras pertenencias”, expresó un vecino, reflejando la sensación que recorre la extensión de Las Orquídeas y barrios aledaños.