«Desde que tengo uso de razón y hago gimnasia, siempre fue mi sueño ir a un Juego Olímpico. Toda mi vida fue una ilusión y por suerte se hizo realidad. La verdad es que ser la única argentina no me genera más presión. Voy a tratar de hacer siempre lo mejor, como lo intento siempre, estando sola o con el equipo», comentó la bonaerense en una nota concedida a Télam.
«Espero sorprenderme a cada paso, sé que voy a vivir una experiencia inolvidable, solamente por estar en la Villa Olímpica con los mejores deportistas de todo el mundo. Voy a aprovechar cada minuto para charlar e intercambiar experiencias», manifestó sobre sus expectativas en Río de Janeiro 2016.
En lo deportivo, la atleta nacida hace 20 años en Chivilcoy puntualizó que la meta «es subir un poco la dificultad en algunas series, hacer un buen papel y tratar de conseguir el mejor puesto posible».
La joven consiguió uno de los 34 lugares vacantes con un excelente desempeño en el Preolímpico disputado en abril en la Arena de Río, la sede de la gimnasia durante los Juegos, y recordó que al momento de lograrlo «desbordaba de la felicidad».
«Se me pasó por la cabeza toda la vida, la carrera, la familia y los amigos. Me genera orgullo realmente saber que soy la única que representa la gimnasia artística de todo nuestro país, es increíble», recordó.
Ailén no piensa solo en participar y se prepara para brillar en su debut olímpico en la Arena Olímpica de Río.
«Voy a entrenar las últimas semanas en Suiza, para finalizar la puesta a punto y, desde allí, nos vamos directo a Río. Me invitó el entrenador de la selección suiza, que es uno de los mejores equipos del mundo, ya que allá tienen los mismos aparatos que se van a usar en Brasil», explicó.
Para llegar hasta Río, los primeros Juegos de la historia en Sudamérica, Valente tuvo que realizar una infinidad de sacrificios y resignar muchas cosas desde muy temprana edad, tanto es así que remarcó: «En este deporte a los 20 ya sos grande y a los 25, salvo que seas una privilegiada, estar cerca del retiro».
«Arranqué a los tres años. Mis papás me llevaron porque era muy inquieta y lo único que había para hacer a esa edad era gimnasia», explicó Valente, hija de dos profesores de educación física pero que «nada tienen que ver con la gimnasia artística».
Cuando cursaba sexto grado de la escuela primaria, tomó su primera «gran decisión» al federarse e iniciar una «preparación diaria con el objetivo de competir a nivel nacional», lo que hizo que la actividad dejara de ser «un hobby».
«Tuve que dejar muchas cosas de lado, pero lo volvería a hacer. Falte a cumpleaños de amigas y familiares. No me arrepiento», aseveró Valente, quien resaltó que lo que más le costó «fue dejar el último año de secundario, cambiar de colegio y tener que darlo libre en vez de cursar».
«El viaje de egresados lo pagué y no pude ir porque coincidió con un torneo», rememoró como demostración de sacrificio por su vocación artística.
«En Río será la primera vez que mi familia me va a ver competir en vivo. La mayoría solo me vio por televisión o videos. Mi mamá me acompañó en Perú y Colombia, pero mi papá nunca. Así que ahora van a estar los dos y eso le agrega algo de emoción», concluyó.