Valdés y gobernadores dialoguistas respaldan el plan de Milei


El plan económico de Javier Milei aún cuenta con el respaldo de un grupo de gobernadores dialoguistas que nuclea a Ignacio Torres y a Rogelio Frigerio por el PRO, a Gustavo Valdés de la UCR y al peronista Raúl Jalil, de buena sintonía con el Gobierno. 
Con matices, los cuatro exponentes de las provincias disertaron en el Coloquio IDEA que se realiza en Mar del Plata. Allí, Torres y Valdés fueron de los más críticos, pese a que manifestaron esperanzas en la gestión mientras que Rogelio Frigerio se mostró alineado, pero reclamó orden y la puesta a punto del Pacto de Mayo para discutir el Presupuesto 2025. 
Sorprendió la exposición de Jalil, quien pese a su origen y a pertenecer al sector más opositor al gobierno, habló de la compleja «herencia» recibida por Milei, y propuso «salir de la cultura de la polémica».
Valdés emitió una fuerte crítica a la cancillería a cargo de Diana Mondino al precisar que «no sabe de qué se trata la economía de las provincias», y por ende «no saben qué ofrecer al mundo». «Eso hace que muchos gobernadores tengamos que asumir esas funciones e ir a buscar esos productos y ver cómo empezamos a comercializar», puntualizó. 
Otro de los reclamos que expuso fue la necesidad de apuntar a conquistar el tan ansiado déficit cero, objetivo primario del Gobierno, pero sin desentender las necesidades sociales por lo que convocó una mesa de diálogo entre el Poder Ejecutivo y las provincias «sin insultos»
«Macri fue el único presidente que le devolvió a las provincias argentinas esos 15 puntos, que lo hizo con Rogelio (Frigerio). Fue un trabajo enorme y nos comprometimos a ir bajando impuestos. Suprimir todos los impuestos no genera desarrollo, eso lo generas a través de estrategia», desarrolló. 
En la misma línea, planteó: «Debe haber diálogo, objetivo, financiamiento. Esa es la mesas que estamos necesitando, no la del insulto. Porque todos sabemos insultar. Tenemos que sentarnos los gobernadores con aquellos que están encargados de la estrategia del desarrollo y de industrialización de la Argentina. Sino no lo vamos a lograr». 
Para Valdés, «la coparticipación termina siendo una cuestión de poder», y si bien respaldar la necesidad de modificar la Ley de Coparticipación, le parece una tarea compleja, por lo que contrapone trazar pactos fiscales entre mandatorios provinciales. «Cambiar la ley es una ilusión. Con una provincia que diga que no cae la nueva ley», argumentó.
A su turno, Ignacio Torres pidió bajar y simplificar la prisión tributaria y aseguró que el recorte a la obra pública afecta el desarrollo de las provincias. «No es una idea brillante lograr superávit fiscal subjecutando dinero que está cuando tenemos que generar divisivas. Pregunto: ¿cómo vamos a exportar más si los puertos se caen a pedazos y las rutas son un desastre? Ese dilema de cómo se ejecuta el esfuerzo de los contribuyentes cuando no hay éxito en una iniciativa privada, es algo que tenemos que discutir», planteó. 
«Si el rol del Estado para este gobierno es seguridad nacional, relaciones exteriores, macroeconomía, perfecto, no sigamos cobrando impuesto para cosas que no van a hacer. O aliviamos a nivel fiscal o descentralizamos», insistió al tiempo que calificó como «acto de justicia» trabajar en una nueva Ley de Coparticipación Federal. 
Además, aseguró que la Argentina «no resiste una frustración más» y pidió tener «la humildad suficiente para escuchar al que acompaña pero no coinciden en algún punto particular corremos el riesgo de volver a la demagogia que chocó un país imposible de fundir». 
Torres aseguró que la Argentina vive una oportunidad histórica para llevar adelante «la revolución de la normalidad», y si bien se manifestó optimista, rechazó la idea de «líder mesiánico» salvador. 
«Creo en las fuerzas de la gente, de la producción, del trabajo. No creo que hayas fuerzas del cielo sin ayudar de la humanidad. Ojalá este Presidente entienda que los mejores aliados somos los gobernadores», aseveró. 
Desde su lugar, Rogelio Frigerio habló de la necesidad de avanzar en la reducción impositiva, y de resolver el «desastre social» del país, pero aclaró que «el equilibrio de las cuentas públicas es necesario, pero no suficiente». 
«Tenemos un cambio cultural, hace diez años no hablábamos de estas cosas. Ajuste fiscal estaba vedado. Hoy es parte de este cambio que vino de la gente y tiene que quedarse», destacó, y agregó: «Discutamos quiénes son los agentes que tienen que llevar adelante esas políticas vinculadas a la generación de empleo, la inserción inteligente de la Argentina en el mundo».
El exministro del Interior planteó además que la Argentina «necesita orden», y cuestionó a la administración libertaria por la «transferencia de shock» de los servicios y bienes a las provincias sin discutir el financiamiento. «Es una discusión que falta, que hay que dar», planteó.
En las vísperas del debate del Presupuesto 2025, propuso operativizar el Pacto de Mayo y corregir las inconsistencias de las cuentas previstas para el año próximo. 
Sobre el debate de la coparticipación, Frigerio manifestó: «Muchos de nosotros tenemos la caja de jubilaciones propias. Le aportamos a la Nación y por primera vez no recibimos nada. Está todo judicializado, ese no es el camino».
Si bien definió a Milei como «uno de los principales responsables del cambio cultural», inisistió en discutir cómo se reparten los tributos, y el financiamiento del traspaso de los bienes y servicios.
La sintonía fina del peronista Jalil
En pleno debate interno del Partido Justicialista (PJ), Jalil evitó designar un líder en el peronismo tras argumentar que cuando se pierde una elección es difícil establecer a un referente y se mostró a favor de una lista de unidad. 
El catamarqueño destacó la importancia de la obra pública, aunque diferenció los problemas de las provincias con los del Presidente al que escudó por «heredar un país con problemas de hace muchos años». 
«Acomodar las cuentas de la Nación, algo que las provincias lo tienen acomodadas, es una desafío de toda la política. Por eso, es necesario poder aprobar el Presupuesto a través del diálogo», anticipó respecto al debate que se dará el Congreso en las próximas semanas. 
El gobernador planteó además que «hay cosas que se han hecho bien en esta etapa», y propuso «repensar qué vamos a hacer el año que viene». «Tenemos que terminar con la cultura de la polémica, seguir con la cultura del diálogo y ver cómo nos va a mirar el mundo. Nos están mirando con muchas oportunidades, y también están mirando», calificó. 
Por último, disoció las políticas que adopta el mandatario de lo que dice en redes, y aseguró que espera que la vaya bien a la Argentina. «Estamos dispuestos a dialogar», se expresó. 
«Hay que recuperar la identidad y eso va a pasar el día que tengamos moneda. Los gobernantes y las provincias tenemos mucho para aportar», afirmó, y concluyó con un mensaje a los legisladores: «Va a ser muy difícil gobernar en esta nueva etapa. Espero que el los diputados se pongan de acuerdo junto con los gobernadores».

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