Unos 325 millones de personas en el mundo tienen hepatitis B o C

Lo dice un informe de la Organización Mundial de la Salud. En tanto, en Argentina se avanzó mucho en este tema gracias al programa nacional de hepatitis virales.

Unos 325 millones de personas padecen en el mundo una infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB) o C (VHC), informó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que en la Argentina se avanzó mucho gracias al programa nacional de hepatitis virales, aunque el desafío es ampliar el diagnóstico y lograr mayor acceso al tratamiento, opinaron funcionarios y especialistas.

El informe de la OMS sobre las hepatitis 2017 («WHO Global hepatitis report 2017») reveló que «la gran mayoría de los afectados carecen de acceso a las pruebas de detección y los tratamientos que podrían salvarles la vida», lo que significa que «millones de personas corren el riesgo de que la infección evolucione lentamente hacia la insuficiencia hepática crónica, el cáncer y la muerte».

«Hoy en día se considera que las hepatitis víricas son un grave problema de salud pública que requiere una respuesta urgente. Hay vacunas y medicamentos para combatirlas, y la OMS se ha comprometido a velar por que todas las personas que necesitan esas herramientas tengan acceso a ellas», afirmó Margaret Chan, directora general de la OMS.

Según el documento, las hepatitis víricas causaron 1,34 millones de muertes en 2015, cifra similar a la atribuible a la tuberculosis y la infección por el VIH: «La diferencia estriba en que, mientras que la mortalidad por tuberculosis y VIH se está reduciendo, la causada por las hepatitis va en aumento», destacó.

Así, en 2015 la cifra de nuevos infectados por VHC ascendió a 1,75 millones, mientras que en el mundo hay 71 millones de personas que la padecen.

«A pesar de que el número de defunciones por hepatitis va en aumento, el de nuevas infecciones por el VHB se está reduciendo gracias al aumento de la cobertura de la vacunación infantil: el 84% de los niños nacidos en 2015 recibieron las tres dosis recomendadas de la vacuna», detalló.

En ese sentido el director nacional de Sida, Hepatitis virales y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) del Ministerio de Salud argentino, Sergio Maulen, destacó a Télam que en el país «el 75% de los recién nacidos recibe la primera dosis de hepatitis B antes del alta médica, por lo que la cobertura es altísima».

«Si tenemos en cuenta que casi el 60% de los casos de hepatitis crónicas por año se dan en recién nacidos, podemos decir que en la Argentina ese aspecto está bien cubierto», enfatizó.

Destacó además que la vacuna para ese tipo de hepatitis es universal en la Argentina, por lo que «la gente no necesita orden médica para recibir las dosis, que son tres y están incorporadas al calendario nacional con resultados muy efectivos».

Consultado sobre la cantidad de casos de hepatitis B en el país, Maulen reconoció que si bien no hay cifras precisas, «los casos de hepatitis crónicas o complicaciones por cirrosis o cáncer son generados mayormente por el virus C».

«Para VHC tenemos en el país desde hace pocos años nuevas drogas que curan a los pacientes en un 98% de los casos y que se proveen en los cuadros más urgentes de manera gratuita desde el Estado», contó el funcionario nacional, quien precisó que gracias a esos tratamientos «ya se curaron unos 1.500 argentinos».

«Se estima que en en país hay unas 350.000 personas infectadas con VHC. De ellas, aproximadamente la mitad se cura de forma espontánea y la otra mitad padece el virus, aunque estamos haciendo estudios para contar con estadísticas más precisas», completó.

Por su parte el consultor subregional en Hepatitis, Vih y Tuberculosis de la OPS/OMS, Marcelo Vila, coincidió y destacó que «la Argentina ha avanzado mucho gracias al programa nacional de hepatitis virales, aunque queda como desafío ampliar el diagnóstico y lograr un mayor acceso al tratamiento».

«Argentina y Brasil fueron los primeros países de las Américas en estructurar un plan nacional de hepatitis para atender a los pacientes con vacunas, diagnóstico y tratamientos, y eso es destacable porque en el panorama mundial hay pocos países con planes de salud pública para dar respuesta a esa problemática», afirmó en diálogo con esta agencia.

Y continuó: «Estamos trabajando y apoyando al Ministerio de Salud para mejorar la expansión del diagnóstico y tratamiento, ya que se calcula que dos tercios de los infectados con VHC no lo saben y, de aquellos que lo saben, muchos no están en tratamiento».

«Nuestro desafío local y regional es eliminar la VCH para 2030, que creemos que es un objetivo que se puede cumplir perfectamente», ade

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