Así lo expresó Natalia, quien fue víctima de un grave hecho de acoso callejero en barrio Pueyrredón. El agresor le exhibió sus partes íntimas, la insultó, le arrojó un bloque, la persiguió subiendo incluso a un colectivo donde se arrojó sobre ella. “Ojalá que lo puedan identificar” expresó.
El domingo alrededor de las 7 de la mañana, Natalia, una vecina de la ciudad, vivió una difícil situación de acoso que podría haber derivado en un grave delito incluso, debido a todo lo que ocurrido.
Según relató, el domingo estaba en la garita de colectivo, esperando la línea 5, en cercanías a una clínica del barrio Pueyrredón, sobre calle La Nación, para concurrir a su lugar de trabajo, pero en un momento dado llegó un sujeto saltando y cantando, aparentemente drogado.
“Estando en la garita, seguía saltando al lado mío, yo intenté no cruzar miradas, nada, y en un momento se empieza a desprender los pantalones y empieza a hacer movimientos obscenos” relató la víctima, señalando “me toma la cara, lo empujo, salgo corriendo al boulevard y agarro el celular para comunicarme con el 101, les digo donde estaba y empiezo a nombrar las calles pero me sale a correr, y en eso, toma un pedazo de bloque y me lo arroja sin alcanzarme”.
Así, Natalia continuó comentando que “en esos segundos llega el colectivo y me subo, pero él se sube detrás de mí y se me viene encima, así que atino a darle patadas para sacármelo de encima. Había más gente en el colectivo, la chofer lo único que hizo es quedarse estacionada en el lugar y pedirle que se bajara, nadie atinó a hacer nada. Todo el tiempo me insultaba y amenazaba”.
En medio de tamaña situación, Natalia explicó: “cuando llamé al 101 dejo la llamada abierta. Sigo la conversación dando las características: un hombre de 1,60 m, buzo negro, jean y zapatillas claras y le falta un diente».
«No sé si llegó el móvil para ver si lo encontraban pero cuando me acerco a hacer la denuncia el lunes, no tenían novedades del caso”, agregó.
Impotencia
La mujer comentó que el domingo por la tarde volvió a comunicarse con el 101 para consultar si debía acercarse a hacer la denuncia. «Me dijeron que como no me robaron ni me habían agredido, que quedaba en mí hacer la denuncia, pensé que si hacía la denuncia iba a quedar en el olvido, pero me quedé pensando que tengo hijas e hijos, entonces fui a hacer la denuncia para ser escuchada” expresó la mujer y aseveró: “no es nada agradable para nadie lo que viví. Una quiere salir a trabajar tranquila… no puede ser que te tengas que estar cuidando todo el tiempo de que te pasen estas situaciones. Ojala que lo puedan identificar”.