Un estudio realizado por el equipo docente y estudiantes de la carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) durante la Marcha Nacional Universitaria del pasado 23 de abril revela que un “20 por ciento” de los asistentes no participó “en ninguna de las protestas anteriores contra el Gobierno del presidente Javier Milei” y que ese valor “crece entre los jóvenes”.
La inédita convocatoria que congregó a la comunidad educativa el pasado 23 de abril en defensa de la universidad pública y en rechazo al ajuste presupuestario dispuesto por el Gobierno nacional fue objeto de estudio del Taller de Investigaciones sobre Cambio Social que se dicta en la carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, que realizó ese día 323 entrevistas presenciales durante la movilización que tuvo lugar en la Ciudad de Buenos Aires.
El informe “La fuerza de la Universidad Pública” que presentó el equipo docente que encabeza el titular de ese taller y doctor en Ciencias Sociales, Julián Rebón, junto a la también doctora en Ciencias Sociales, Candela Hernández, y la magíster en Investigación Social, Agustina Súnico, concluye que de la marcha participó una “población con experiencia de movilización pero que está lejos de ser ‘el elenco estable de la protesta’”.
El cuestionario indagó sobre la asistencia de los manifestantes al cacerolazo por el anuncio del DNU 70/23 del 21 de diciembre del año pasado, el paro general del 24 de enero, la movilización del 8M y la conmemoración del 24 de marzo al destacar que “el 20 por ciento de las personas no participó en ninguna de esas protestas” y que ese “valor escala hasta el 35 por ciento en los menores de 26 años”.
“Esto muestra que en la marcha hay un principio de ampliación del campo de participación de la protesta contra el Gobierno y sus medidas”, advierte el estudio sobre la convocatoria
en la que se estimó que hubo una concurrencia de 800 mil personas, según sus organizadores, y que esa cifra creció a millón y medio en todo el país.
“Fue el principal acontecimiento de protesta social y lo fue en buena parte porque logró a través del valor social que tiene la universidad pública movilizar a toda la comunidad universitaria y al mismo tiempo mover a muchos más que querían expresar su oposición al Gobierno”, reflexionó el docente y sociólogo Rebón en diálogo con Somos Télam.
Sobre la participación de los jóvenes, Rebón señaló que en contraste con la idea de que “‘los jóvenes se han vuelto de derecha’ probablemente estemos asistiendo a una politización por parte de ese sector en una dirección diferente: de oposición al Gobierno”.
Otro de los datos que arroja el estudio es la percepción por parte de los encuestados que la “Argentina es muy desigual en materia de ingresos (92%), el acceso a la vivienda (86%) y al trabajo (76%)” pero “en los sectores con mayor intervención estatal como la salud y, especialmente, la educación,” esos valores se reducen: “el 45% y el 26% los considera respectivamente como muy desiguales”.
Sobre esa cuestión, Rebón apuntó que “se están defendiendo los restos de una vieja Argentina que ya no es”.
“Hay una Argentina que ya no es igualitaria, con crisis recurrentes. Queda un poquito de lo que la hace diferente del resto de América latina y eso se debe a la educación, y en menor medida, la salud. Ir en contra de esos valores es lo que activa al reservorio ciudadano”, remarcó Rebón.
Entre los resultados de la encuesta, también se observa que la mayoría de los participantes de la marcha universitaria adhirió a la movilización en conmemoración por el 24 de marzo.
Al respecto, Rebón expresó que la “afinidad” entre las dos convocatorias puede hallarse en el hecho de que fueron expresiones en defensa de “los dos grandes pactos de la democracia”
“Hay cierto elemento público que apoya la regulación de la desigualdad y un consenso antimilitar”, subrayó el académico.
Además, hay una quinta parte de los asistentes que no pudieron identificarse con ninguna identidad política y partidaria.
Rebón resaltó que lo “llamativo” de obtener esa cifra es que existe “un sector politizado que tiene como aliado a la sociedad y no a la oposición política” y opinó que es una “población que se siente más bien huérfana” de opciones ante el oficialismo.
“Cuando hay una oposición débil y hay un proceso de reestructuración fuerte y un Gobierno que también lo es, lo primero que se mueve es la oposición en las calles”, acotó.
Pese a los hallazgos, el sociólogo advirtió que éstos no arrojan que se “hayan movilizado los que votaron” a Milei porque tan sólo un 1 por ciento manifestó haberlo hecho mientras otro 2 por ciento optó por no responder esa consulta.
Por otro lado, en cuanto a la defensa de la universidad pública los datos muestran que los encuestados ven el acceso a los estudios superiores como un derecho (99%) y que este permite reducir la desigualdad (95%).
También se rechaza “mayoritariamente” la posibilidad de arancelar a los extranjeros (16%) o los sectores con mayores recursos (15%).
Frente a la crisis presupuestaria, un 99% considera que hay que “luchar” mientras un 46% convalida a la vez la opción de “formar cooperadoras” para financiar a las universidades.