La campaña agrícola en la zona más importante de la agricultura argentina, zona núcleo y sur de la provincia de Buenos Aires, comienza en mayo y junio con la siembra de cultivos de invierno (trigo, cebada, alpiste, avena, arveja etc.), terminando con la cosecha de cultivos de verano (soja, girasol, maíz etc.) en mayo y junio del año siguiente
En este momento estamos comenzando un nuevo ciclo agrícola, donde todos los cultivos dan un resultado negativo, que está dado por tres factores:
- Los arrendamientos agrícolas, que no bajaron, por ser un bien escaso
- Precios de insumos, que se mantienen, por estar cartelizados por pocas empresas multinacionales emparentadas unas con otras
- Valor del gas oíl más caro de la región, que encarece los fletes y las labores
De esta manera vemos que las empresas agropecuarias que van a sobrevivir a esta crisis económica que nos lleva el gobierno de Milei, son aquellas que están integradas, donde el negocio agrícola es la excusa o un engranaje, para generarle trabajo a otras actividades como el flete, las labores, el acopio y la comercialización
Hoy los Bancos y a las multinacionales vendedoras de insumos nos financian con tasas del 40%, lo que nos hace pensar que estiman que el tipo de cambio pasado el mes de octubre (después de las elecciones) superara los 1600 $/u$s, poniendo al productor en una encrucijada, si tomar créditos en pesos al 40 % anual, o en dólares a una tasa del 8-10% anual.
Hoy la rentabilidad de la actividad no está en la producción, hay que generarla en el escritorio invirtiendo el dinero que se obtiene por la venta de los granos en un fondo común de inversión, dólar MEP, etc.
Esto genera opiniones encontradas en las reuniones técnicas, donde los asesores y los productores que vivimos los 90´recomendamos intentar no financiarse y asociarse con contratistas o agronomías, mientras que los jóvenes productores y asesores financieros que apoyan a este gobierno recomiendan endeudarse en dólares, siguiendo las recomendaciones de “Toto” Caputo
Esta crisis del sector agropecuario nos está mostrando que el problema no son las retenciones, el problema es el modelo, como ejemplo si comparamos dos modelos contrapuestos, como el gobierno de Cristina año 2015 y el actual de Milei, tomando dos cultivos como trigo y soja, podemos ver lo siguiente:
En este cuadro comparativo podemos ver claramente los siguientes puntos:
- En el año 2015 con mayores retenciones a las actuales tanto en trigo (23% año 2015) vs (9,5% año 2025) como en soja (35% año 2015) vs (33 % año 2025), tuvimos una rentabilidad tres veces mayor con el gobierno de Cristina que lo estimado para este año con el gobierno de Milei, tomando el mismo rinde para los dos años.
- En el 2015 “gobierno populista” como le gusta decir a la derecha, el precio internacional del trigo y de la soja fue entre un 20 y un 30 % más bajos que los valores actuales.
- Vemos con estos dos ejemplos que el ingreso extra por un aumento de los precios internacionales o por una baja de las retenciones, nunca le llega al productor, sino que se lo queda el dueño de la tierra y las multinacionales vendedoras de insumos
En conclusión, con gobiernos populistas teniendo precios internacionales de trigo y soja un 20 a 30 % más bajos a los actuales y con mayores retenciones a las actuales, teníamos una rentabilidad tres veces más alta a la que estimamos para esta campaña.
¿Quiénes se quedaron con la renta del negocio agropecuario en estos últimos 10 años?
- Los dueños de la tierra aumentando el alquiler un 20 %
- Las empresas multinacionales vendedoras de insumos aumentando en promedio sus insumos un 70 %.
- Y las grandes petroleras aumentando el precio del gas oíl, encareciendo los fletes y las labores
Una quita de retenciones no mejora el margen del productor sino está pensada con una ley de alquileres agropecuarios, un control de precio de insumos y una segmentación de retenciones dependiendo del tamaño de productor y de la fecha de venta de la producción (los productores chicos siempre venden en cosecha), logrando que el especulador pague una mayor retención.
Esto deja en claro que esta libertad de mercado genero un aumento de los costos de producción, siendo la rentabilidad tres veces más alta con gobiernos populistas que hoy con un gobierno libertario