Este noviembre de 2024 ha sido importante en la consolidación del orden multipolar. Xi Jinping, inaugurando el mega puerto de Chancay en Perú y firmando centenares de acuerdos comerciales en la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, fue el acontecimiento de resonancia global más importante de la segunda quincena de noviembre.
El 114 aniversario de la revolución mexicana, cuya reedición pacífica es la cuarta transformación, se celebró el 20 de noviembre. Fue presidida por la primera mujer-Claudia Sheinbaum-cuyas cifras de apoyo popular han crecido y se ubican en el 74% de aprobación al cumplir dos meses en el ejercicio del poder, según la encuesta de un medio tenazmente opositor como “El Universal”.
La Cuarta Transformación continúa profundizando la separación del poder económico del poder político, manteniendo un proceso de inversión conjunto público y privado que augura un crecimiento del 2 al 3 por ciento de la economía en el 2025. Además, está desarrollando la reforma judicial, aumentando los apoyos sociales a los sectores de bajos y medios ingresos, y ahora con perspectiva de género, por el interés particular de la presidenta Sheinbaum.
En un mundo donde lo predominante es la incertidumbre, México puede exhibir niveles mayores de certidumbre que otros países del mundo.
En Uruguay, el Frente Amplio retomó el poder ganando la presidencia con Yamandú Orsi y tiene mayoría, en el Senado, no así en la Cámara de Diputados. Los desafíos principales del gobierno y el país son el crecimiento reciente de la pobreza y su infantilización, el aumento de la desigualdad y el incremento de la inseguridad por la penetración del narcotráfico.
Lo resaltante es “el modo uruguayo” de enfrentarlos. El ganador y el perdedor coincidieron en que el diálogo para encontrar soluciones compartidas será la metodología política que garantice gobernabilidad democrática en el sureño país, que siempre es una muestra mundialmente envidiable de cultura cívica.
En Ucrania, Rusia sigue mostrando su superioridad tecnológico-militar frente a la OTAN liderada por Estados Unidos, cuya entrega de cohetes de largo alcance para atacar directamente territorio ruso ha fracasado porque los famosos ATACMS norteamericanos son destruidos en el aire y sus restos exhibidos en tierra. A su vez, Rusia lanzó un misil de mediano alcance capaz de llegar a Europa que, según los analistas militares occidentales, es invulnerable. Destruyó un complejo militar-industrial en Ucrania. Actuando responsablemente, el liderazgo ruso avisó treinta minutos antes a la embajada de Estados Unidos que Oreszdnik sería lanzado.
Un Señor con síntomas de decrepitud, el presidente Joe Biden, parece obsesionado con dejarle un camino minado a su sucesor Donald Trump, que se ha propuesto alcanzar la paz entre Rusia y Ucrania. El aliado de Biden es un corrupto y derrotado, Volodímir Zelensky, que sólo busca “salvar el pellejo” de sectores políticos y militares ucranianos que exigen crecientemente una salida negociada a la perdida guerra contra Rusia
Ojalá que la siniestra dupla Biden-Zelenski no pueda encender la chispa de una guerra termonuclear y que el orden multipolar mundial siga avanzando en este 2024, cuando en México se celebra el centenario de su gran literato Juan Rulfo. Esos son los deseos de la gente de buena voluntad en el mundo.