Un hombre se sentó al lado de su «doble» en un avión y descubrió algo que lo dejó atónito: «Fue una locura»


En los últimos días se dio una escena en la vida real que podría ser perfectamente el inicio de una película cómica. O de una al estilo de El hombre duplicado. Dos desconocidos se encontraron en un aeropuerto y se dieron cuenta de que tenían un montón de cosas en común. ¡Incluso tenía su nombre y apellido!

Por las dudas, vale la aclaración: Mark Garland y Mark Garland no son la misma persona. Uno tiene 58 años y es chofer de colectivos en Wiltshire, Inglaterra; el otro tiene 62 y es constructor en Bristol, también en ese país.

El encuentro, que derivó en amistad, se produjo el 2 de marzo en la previa y durante un vuelo de Londres a Bangkok, Tailandia, según informó South West News Service.

Cómo empezó todo

Todo comenzó con un traspié.

A Mark chofer -como lo llamaremos de aquí en más- no lo querían dejar entrar en el avión porque supuestamente ya estaba registrado entre los pasajeros.

Mark esperó en el mostrador de la puerta de embarque durante 40 minutos mientras el personal del aeropuerto intentaba solucionar el problema, que al final se resolvió con el encuentro físico de los dos Mark.

Lo que había pasado era que el empleado de check-in no había hecho una referencia cruzada con el número de reserva de Mark Chofer y en su lugar registró a Mark Constructor.

Mark Garland junto a Mark Garland. Foto: SWNS

El meme de Spider-Man

“Me sorprendió lo extraño que era”, dijo Mark Chofer al ver a su “clon”; «Fue una locura, nunca había conocido algo así», sostuvo Mark Constructor.

Para este último, Mark Chofer se veía “mejor” que él, aunque los dos son calvos, tienen facciones similares y miden prácticamente lo mismo.

Tras el primer impacto visual, el primero mostró su pasaporte, lo que causó risas en el segundo, quien hizo lo mismo, generando una situación hartamente bizarra llena de chistes cruzados.

Pero las casualidades no terminaron ahí.

Más coincidencias

Cuando los dos Mark se fueron a sentar al avión se percataron de que sus asientos estaban uno al lado del otro. Habían elegido el mismo destino y estarían en él casi el mismo período de tiempo. Uno tres semanas; el otro, cuatro.

En el avión dialogaron incesantemente y siguieron descubriendo coincidencias improbables: los dos viven a 15 minutos de distancia y Mark Constructor le dijo que en algún momento viajó en el colectivo que maneja Mark Chofer.

Y hay más: ambos tuvieron cuatro hijos y tienen varios conocidos en común.

¿Una sólida amistad?

La amistad está en el aire.

Durante el vuelo se llevaron tan bien que uno incluso terminó tomando “una pequeña siesta sobre el hombro” del otro.

«He hecho un amigo para toda la vida”, vaticinó Mark Constructor. “Me hizo feliz”, dijo el otro, y agregó: «Él es como yo, tengo un carácter y me encanta molestar a la gente, somos iguales».

Ambos quedaron para tomar una cerveza juntos en Tailandia y, muy probablemente, para verse nuevamente en sus pagos.

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