“Un día en Terapia Intensiva en el Hospital Juan Pablo II cuesta de 5 a 10 mil pesos”, detalló su director Alberto Braverman quien indicó además que “las secuelas físicas en los chicos no tiene precio. Ese costo que pagan las familias por su irresponsabilidad, no tiene precio ni retorno”.
Los accidentes de tránsito, no solo en la capital correntina, sino en muchas ciudades del interior, tienen un altísimo costo social, más allá en muchos casos, de la pérdida de vidas humanas, que no se puede cuantificar en valor.
La mayoría de ellos, se da por irresponsabilidades de los conductores, desde quien maneja una moto sin casco o con más de una persona sobre el rodado, aquel que no usa el cinturón de seguridad al manejar un automóvil o incluso el no tener en condiciones el vehículo y no poder frenar a tiempo.
También están aquellos que se encuentran momentáneamente incapacitados para conducir, como por ejemplo, los jóvenes o adultos, incluso, que manejan en estado de ebriedad. “Son muchas las causas de un accidente de tránsito y casi siempre lamentablemente, hay un menor involucrado”, dijo Braverman y es justamente “la víctima más inocente de ese hecho”.
LOS VALORES ECONÓMICOS
El Director del Hospital Pediátrico indicó además que. “una operación para sacar un coágulo del cerebro cuesta como mínimo 12 mil pesos, pero ese monto es sin incluir el día en terapia intensiva, donde deberá permanecer por lo menos diez días más».
“Pero si uno piensa realizar esa operación en una clínica privada, el monto triplica su valor, porque lógicamente los médicos cobran los honorarios, mientras que en Salud Pública, cada doctor trabaja sólo por su sueldo”, agregó.
Por eso para Braverman, “estamos ante un estado epidémico, respecto a los accidentes de tránsito. No se puede erradicar como problema social y médico, porque no hay suficientes controles, no hay toma de conciencia de quienes conducen y lamentablemente, no hay sanciones para quienes incurren en un hecho casi de violencia ciudadana, del que son responsables”.
LOS DAÑOS SOCIALES
Sin embargo, el análisis del profesional médico fue más allá de lo meramente económico y sostuvo que, “el daño social que no es mensurable en dinero, el de la pérdida de un hijo por llevarlo sin protección en una moto o en el asiento trasero de un auto cuando es menor de 12 años, es irreparable”.
“Pero también están los casos y son la mayoría, de menores y hasta de niños muy pequeños, que sufren secuelas físicas que no pueden ser revertidas nunca más y entonces esa irresponsabilidad condena a las criaturas a vivir una vida con muletas, sin un órgano o incluso con serios problemas neurológicos”.
“Cuantas veces ocurre que hay que extirpar el bazo cuando se lesionó y sangra porque no se puede suturar y el niño afectado, queda sin ese órgano que más fabrica glóbulos rojos además de la médula de los huesos y va tener anemia y déficit de defensas para toda la infancia”, comentó el médico.
“Por eso es importante la prevención, la toma de conciencia, la capacitación de quienes tienen el deber de controlar en la vía pública el desenvolvimiento del tránsito y hasta poder adelantarse a las situaciones para evitarles verdaderamente”, dijo Braverman.
“Solo así, tendremos una sociedad mucho más sana, más allá de que desde el Gobierno Provincial, sigamos mejorando la calidad de la atención y la actualización de los profesionales en nuestros hospitales públicos”, sostuvo para finalizar, el director del Pediátrico, Alberto Braverman.