Hombre y mujeres de los pueblos originarios retratados desnudos; otros desenterrados y exhibidos en museos o esclavizados hasta su muerte en esas instituciones científicas, son algunas de las historias que refleja un documental que busca «bajar del pedestal» al expresidente Julio Argentino Roca, organizador de una de las llamadas «campañas del desierto».Se trata del largometraje «Jinetes de Roca», del director platense Sebastián Díaz que también filmó los documentales La muralla criolla y 4 Lonkos, sobre el genocidio a los pueblos originarios de pampa y Patagonia durante las sucesivas campañas al «desierto» y que con este último filme cierra una «trilogía del desierto».
«Jinetes de Roca hace referencia a los falsos próceres que acometieron la llamada Conquista del Desierto, encabezados por Julio Argentino Roca en 1879, y que fueron perpetuados en estatuas, nombres de calles, ciudades, escuelas y una gran producción iconográfica a lo largo y ancho de la Argentina durante un siglo», explicó a Télam el director.
«Jinetes de Roca hace referencia a los falsos próceres que acometieron la llamada Conquista del Desierto, encabezados por Julio Argentino Roca en 1879, y que fueron perpetuados en estatuas, nombres de calles, ciudades, escuelasSebastián Díaz-Director
Destacó que la película, que contó con subsidio del Incaa, indaga en las más emblemáticas producciones artísticas de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX como los cuadros La vuelta del malón y La revista del río Negro que establecieron «una iconografía laudatoria de los militares que llevaron adelante la masacre de las comunidades indígenas de pampa y Patagonia y expone el pensamiento racista de Julio Roca, Conrado Villegas, Domingo Sarmiento, Nicolás Avellaneda y Juan Bautista Alberdi, perpetuados honoríficamente en estatuas y monumentos de Buenos Aires».
«También examina los principales álbumes fotográficos producidos durante el proceso de consolidación nacional, como el de Antonio Pozzo de 1879, el de Encina y Moreno de 1883 y el de Samuel Boote de 1885, que dejaron plasmados en placas de vidrio el proceso de desintegración, secuestro, muerte y esclavitud de numerosas comunidades indígenas», precisó.
Díaz aseguró que el documental «pone de manifiesto el paralelismo entre el genocidio a los pueblos originarios y las prácticas genocidas de los militares argentinos durante el primer golpe de estado de 1930 y la última dictadura cívico militar de 1976».
La película, que contó con subsidio del Incaa, indaga en las más emblemáticas producciones artísticas de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX como los cuadros La vuelta del malón y La revista del río Negro
«El documental es también un homenaje hacia todas las personas que desde el advenimiento de la democracia en 1983, intentaron impugnar el mito de origen de la Argentina moderna -que nace durante la época roquista- y lamentablemente sigue vigente», remarcó.
El antropólogo y reconocido defensor de los pueblos originarios, Fernando Miguel Pepe, es una de las voces incluidas en el largometraje y, según expresó a esta agencia «estamos muy orgullosos de poder cerrar este nuevo trabajo de Sebastián poniendo así un nuevo granito a maíz en la visibilización de las largas luchas de resistencias de los pueblos originarios».
«Este documental da cuenta del rol de la fotografía seudo científica en el genocidio, invisibilizando el mismo, cosificando a sus víctimas y principalmente construyendo un otro en el imaginario social, contrario, primitivo, salvaje, que tiene consecuencias hasta la actualidad por el racismo que ello conlleva. Revertirlo es una tarea ardua pero este filme se suma a esta lucha y eso hay que festejarlo», afirmó.