Un acuerdo entre socios dispares


A contrapelo de los países desarrollados o en vías de desarrollo que cuidan no perder su limitada capacidad comercial, porque entre­gar eso significaría resignar autonomía, la Argentina con la conducción de Javier Milei pretende establecer un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. Parece una idea poco iluminada, sobre todo ahora que bajo el gobierno de Donald Trump la prime­ra potencia de Occidente ha recuperado su perfil pro­teccionista, imponiendo condiciones arancelarias muy estrictas a sus principales vecinos comerciales, como México y Canadá. ¿Qué beneficio podrá sacar Argenti­na de un trato que claramente se presenta como desigual? 
Por ahora sólo hay buenas in­tenciones, el tratado tiene que su­perar unos cuantos escollos. Pero hay elementos concretos como para una primera evaluación so­bre la significancia que podría te­ner un acuerdo de plena libertad con los Estados Unidos. Por ejem­plo, la consultora Focus Market dio un dato revelador que puede orientar el primer análisis. Dice que las ventas argentinas hacia territorio estadounidense equiva­len apenas al 0,19% del total de las importaciones que la primera potencia mundial hace en un año.
El intercambio económico entre Argentina y Estados Unidos se basa en dos pilares principales: las inversio­nes estadounidenses en sectores estratégicos, como energía e industria, y el comercio bilateral. Estados Unidos es el principal inversor extranjero en la Argen­tina, con más de US$ 30.000 millones invertidos, re­presentando el 18% del total. 
De acuerdo con un informe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), en 2024 crecieron las exportacio­nes a los Estados Unidos y marcaron un incremento del 13,2% con respecto al año anterior.
En 2024, las exportaciones de Argentina hacia Es­tados Unidos fueron de US$ 6.395 millones, lo que implicó un incremento del 13,2% con respecto al año anterior. Entre los principales productos exportados se encontraron aceites crudos de petróleo (31,2% del to­tal), naftas excluidas para petroquímicas (3,3%) y vinos no espumosos, mosto de uva (2,9%). Por otro lado, las importaciones argentinas desde Estados Unidos alcan­zaron los US$ 6.163 millones, implicando una reduc­ción del 28,6% con respecto a 2023. Los productos de mayor proporción fueron el gas natural licuado con el 9,6% del total, seguido por gasoil con el 6,2% y ácidos con el 2,7%.
El saldo de la balanza comercial registró un superá­vit de US$ 232 millones en 2024, lo que implicó volver a tener saldo positivo con Estados Unidos luego de 18 años (en 2005 se había lo­grado un saldo superavitario de 38 millones de dólares).
La discusión sobre el peso de las exportaciones argentinas en la ba­lanza comercial con EE.UU. llega en momentos en que el presidente Milei busca impulsar un tratado de libre comercio con el país del Norte. En recientes declaraciones a periodistas en la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Do­nald Trump, dijo el lunes pasado en una conferencia de prensa que consideraría firmar un acuerdo de libre co­mercio con Argentina. Además, para graficar la buena relación entre ambos, aseguró que el presidente Javier Milei es un «gran líder».
Se trata del primer guiño más contundente de Trump hacia Javier Milei. El regreso de Donald Trump al poder despierta expectativas en el Gobierno que mostró en su primer año de gestión una política exterior de ali­neamiento automático con Estados Unidos. Al margen de que los lineamientos proteccionistas del flamante mandatario poco tienen que ver con el ideal libertario, la Casa Rosada se ilusiona con que la afinidad ideológi­ca, el seguidismo y la apuesta que el propio Milei hizo por el republicano le traiga réditos.

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