La prolijidad administrativa y el equilibrio financiero del que se ufana el gobierno de Corrientes enfrentará una prueba de fuego en este 2025, que acaba de arrancar con más incertidumbre que certezas, pese al relato optimista que pretenden insuflar desde la Casa Rosada, bien amalgamado por la cosmética mediática. «Se vienen tiempos felices», dijo el presidente Javier Milei en su saludo tras el cambio de almanaque, podría decirse que el mensaje estaba embebido en la efervescencia de la fiesta, sin embargo hay por lo menos tres puntos concretos que despiertan inquietud a los mandatarios provinciales, incluso a aquellos que como el radical Gustavo Valdés les toca timonear distritos que se encuentran en un plano de estabilidad desde hace varios años.
Las dudas estriban en factores económicos y políticos. A saber: 1) La situación general del país, que está lejos de la consolidación hacia el crecimiento. Tanto la macro como la micro necesitan un recorrido con condiciones favorables que por el momento no se vislumbran. 2) No hay Presupuesto General. El Presidente volvió a prorrogar un cálculo que diseñó el kirchnerismo hace más de dos años y que no se cumplió. 3) Hay elecciones legislativas para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de la Cámara de Senadores del Congreso de la Nación. 4) En Corrientes se elige gobernador e intendentes en más de 75 municipios: Valdés termina su segundo mandato y tiene que jugar electoralmente desde el costado de la línea de cal, fuera de la cancha principal.
Más allá de las gubernativas de Corrientes y Santiago del Estero, en todos los distritos habrá una intensidad particular y eso seguramente pondrá bajo tensión la relación con el Gobierno central. Sin Presupuesto Nacional, que es un parámetro financiero con forma de ley, el trato estará atado al indescifrable humor de la Presidencia.
Sin presupuesto general y con una disputa electoral en el horizonte, el escenario es incierto. Aunque en el hipotético caso de que mejoren las condiciones económicas del país, es decir que se cumpla lo que sea que ha planificado Milei, así y todo eso no significará un derrame directo a las provincias. El gobierno de La Libertad Avanza entiende que toda bocanada de oxígeno que se consiga debe ser aplicada a la reducción del tamaño del Estado, en beneficio de la expansión y crecimiento del sector privado.
Los libertarios consideran además que los gobernadores tiene que aplicar su propio ajuste para imitar el plan nacional, lo que significa menos transferencia de recursos. El ordenamiento de la grilla de impuestos que se presentará en los próximos meses va en ese mismo sentido y apunta -dijo Milei- a devolver la «autonomía fiscal» a las provincias. El término autonomía, en este caso, determina que «cada uno se arregle con lo que tiene».
En esa línea encuentra explicación la pertinaz cerrazón del Presidente a abrir la discusión por el Presupuesto Nacional. El Congreso estará cerrado y el debate anulado. Responde a la lógica del pensamiento autocrático de Milei, negociar un presupuesto supone establecer obligaciones que su administración no está dispuesta a cumplir porque considera que es un dispendio irresponsable para sostener el gasto de las provincias. En cambio, con un presupuesto prorrogado se garantiza la discrecionalidad de mantener atados a los gobernadores a un esquema de austeridad sin reclamos.
Milei se adjudicó una cuota de poder por encima del poder que le corresponde. En el penúltimo día del año 2024 se publicó en el Boletín Oficial el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 1131/24 que prorroga el Presupuesto Nacional 2023 para el ejercicio 2025. Es un absurdo que no resiste ningún análisis.
El Presupuesto 2023, que diseñó en su momento Sergio Massa cuando estaba en el Ministerio de Economía, se aprobó en el Congreso de la Nación el 1 de diciembre de 2022. Contemplaba entre otras cosas, un aumento del PBI del 2%; variación anual del IPC -inflación- en el orden del 60% y un tipo de cambio de $269,90 por dólar estadounidense.
Desde que se aprobó esa ley pasaron más de dos años, por supuesto está totalmente desfasada con una inflación superior al 400%. El dólar cotiza arriba de los $1.050 en el segmento oficial y el PBI solamente en 2023 cayó 2,9%.
Con la prórroga del presupuesto nacional, Milei se burla de la buena gobernanza y desnuda su perfil despótico.
La falta de un presupuesto actualizado impacta directamente en las provincias ya que esta decisión le permite al Gobierno nacional actuar con gran discrecionalidad, sin obligación a detallar ni discutir sus planes económicos.
En un año en el que se define la composición del Congreso -un factor estratégico para gobernar- el Presidente se reserva a su antojo el reparto de los recursos públicos. Dato a tener cuenta, hay ocho provincias que eligen senadores nacionales, la Cámara legislativa que desvela a Milei. En esa lista de ocho no está Corrientes.