Según lo relatado por la fiscalía se trata de dos hechos, el primero de ellos ocurrido el 30 de septiembre cerca de las 12 cuando J.E.R. sabiendo lo que hacía y con intenciones de sustraer elementos ingresó a una farmacia céntrica de esta ciudad. Allí se dirigió hacia las góndolas de perfumería e introdujo en una bolsa varios elementos, pero empleados del local observaron la conducta desplegada, por lo que interceptan en la puerta del establecimiento para evitar que se retire, tras lo cual el intruso arremete físicamente contra uno de ellos para luego darse a la fuga sin poder ser alcanzado.
Posteriormente, el mismo día y siendo aproximadamente las 14, la misma persona conduce un vehículo Chevrolet Corsa acompañado por su mujer y otra amiga no identificada con la finalidad de sustraer elementos de otra farmacia ubicada en San Martín y Edison. Distribuyéndose roles, las mujeres ingresan al local mientras el imputado las esperaba a bordo del automóvil. Ya en el interior, un empleado de seguridad de todo el grupo de farmacias, quien casualmente se encontraba comprando, reconoció a una de las mujeres debido a que ha sustraído elementos anteriormente, y las mismas al sentirse observadas se retiran sin lograr cometer el hecho.
Pero cerca de las 14:15, la víctima se retira del lugar y en circunstancias que se encontraba parado en la esquina, hablando por teléfono, el imputado en forma traicionera y por la espalda, enfadado porque el empleado frustró la sustracción de elementos y con la clara finalidad de acabar con su vida, le aplicó un feroz golpe que le provocó un traumatismo de cráneo y pérdida de conciencia, tras lo cual el agresor se da a la fuga.
La calificación legal esgrimida por el Ministerio Público Fiscal es por delitos de robo en grado de tentativa en carácter de autor y hurto tentado en concurso real con tentativa de homicidio. De tal forma, se solicitó la apertura de investigación y la prisión preventiva con los argumentos sobre el peligro de fuga y también entorpecimiento.
Escuchadas las partes, la jueza María Tolomei coincidió con la fiscalía respecto a los riesgos procesales al considerar la gravedad de lo sucedido y teniendo en cuenta la expectativa de pena que en el caso del imputado podrá ser de cumplimiento efectivo, debido que sobre su persona pesa una condena de tres años debido a delitos también ejercidos con violencia. En cuanto al riesgo de entorpecimiento, la magistrada evidenció la agresividad demostrada en diversos hechos sobre probables testigos, por lo que determinó la prisión preventiva de J.E.R. en principio por el término de cuarenta y cinco días, término en que se evaluarán los elementos que pudiera acercar el Ministerio Público Fiscal para confirmar la calidad de los delitos endilgados.