Tom Daley, el clavadista británico que teje antes de cada salto, es influencer e hizo historia gracias a su hijo de seis años


El pequeño Robert Ray, de tan solo seis años, agita la bandera de Gran Bretaña de lado a lado sin cesar, fundido por la emoción. Para los presentes en el Centro Acuático de los Juegos Olímpicos de París que no encuentran respuesta a la efusividad que le imprime el chico a cada clavadista que avanza por el trampolín, la remera que lleva puesta responde por sí sola. «Equipo Daley«, luce en el frente y «Ese es mi papá«, se lee sobre el dorso.

El niño británico se encuentra cumpliendo un sueño, junto a su hermano Phoenix. Su padre Tom Daley no olvidó el pedido que le realizó un año atrás. «Papá, quiero verte saltar en unos Juegos Olímpicos«, le expresó mientras visitaban el museo olímpico. La misión implicaba volver del retiro a sus 30 años, tras más de dos temporadas fuera de la alta competencia. Pero todo cuesta poco para el histórico clavadista de Gran Bretaña cuando hay amor de por medio, quien volvió a lo grande y le obsequió a su niño no solo la chance de disfrutar de unos Juegos, sino también de colgarse una presea en el cuello.

Con el mismo rostro de aquel niño que sorprendió a todos al quedar séptimo en su participación en Pekín 2008 con tan solo 14 años, aunque sin perder la simpatía que lo caracteriza, Tom regresó a los trampolines e hizo historia al convertirse en el único atleta de su nación en participar en cinco citas olímpicas.

Pero eso no es todo: tras dar el batacazo y quedarse con la medalla de oro en la plataforma de salto sincronizado a 10 metros en Tokio 2020 -única máxima presea que se le escapó a China-, esta vez volvió a lucirse en la misma competición al quedarse con la plateada, haciendo pareja con Noah Williams y completando sus seis saltos con un resultado de 463.44 puntos, para sumar su quinta distinción olímpica (suma tres bronces entre Londres 2012 y Río 2016) de su carrera.

«Es tan especial. El año pasado, por estas fechas, decidir regresar sin saber si entraría al equipo sincronizado y mucho menos calificar para los Juegos Olímpicos. Y ahora estar en París saltando frente a mi hijo, quien me pidió que regresara, es muy especial. Completé el set (de medallas) porque ahora tengo uno de cada color«, declaró el atleta, con una sonrisa imborrable sobre el rostro tras sumar un nuevo hito a lo que parecía su acabada carrera, tras alejarse de las piletas con 27 años para dedicarse de lleno a su familia, la cual formó junto a Dustin Lance Black, guionista de cine y ganador de un premio Oscar al mejor guion original por la película Milk en 2009, con quien contrajo matrimonio en 2017.

El clan Daley apoyó por completo el objetivo de volver a lo más alto del deporte. Lo demostró haciéndose presente en cada jornada acuática que se celebró hasta el momento. Aunque para el recuerdo se llevarán algo más que la alegría de ver a Tom subirse a un podio una vez más. Es que si algo caracteriza al británico es que nunca pasa desapercibido. Su carisma lo transforma en uno de los personajes más atractivos de cada edición olímpica.

Esta vez, el nacido en la ciudad inglesa de Plymouth dio la talla desde el comienzo. Aprovechó al máximo el lujo de ser nombrado como uno de los abanderados de su país para la ceremonia de inauguración junto a la remera Helen Glover, entre quienes ofrecieron el primer momento icónico de París 2024.

Tom Daley y Noah Williams, medalla de plata en salto sincronizado a 10 metros. Foto: Captura X.

Mientras la delegación británica navegaba a lo largo del río Sena en la ceremonia inaugural, Daley vio la oportunidad perfecta para pararse sobre la proa, abrir sus brazos y recrear junto a su compañera la histórica escena de Titanic, en la versión que protagonizaron Leonardo Di Caprio y Kate Winslet a fines del siglo pasado, donde Glover fue la encargada de transformarse en Jack y posar sus brazos sobre la cintura de Tom.

Este tipo de demostraciones son una pequeña muestra de la esencia del clavadista inglés, que detrás de su talento que lo convirtió en uno de los deportistas de élite más importantes de Gran Bretaña en el último tiempo, se encuentra un hombre que trasciende al deporte y asume un importante rol en el activismo LGTBQ+ y caridad.

Incluso, el apoyo de su familia por primera vez en unos Juegos no evitó a Daley dejar de lado una de las razones que lo volvieron tendencia en Tokio 2020: es fanático del tejido, actividad que lo ayuda a «encontrar la calma» y que comenzó a practicar en honor a su padre, quien falleció en 2011 sin verlo colgarse una medalla olímpica, y por el que creó la fundación «Hecha con amor».

Helen Glover y Tom Daley, al estilo Titanic en plena ceremonia inaugural. Foto: REUTERSHelen Glover y Tom Daley, al estilo Titanic en plena ceremonia inaugural. Foto: REUTERS

Tom sorprendió a todos en los Juegos pasados al mostrarse realizando un suéter con la bandera de su nación y el símbolo olímpico en medio de cada concurso de saltos, que terminó donando a su propia organización, la cual se dedica a investiga tumores cerebrales, causa del fallecimiento de su papá. Cuatro años más tarde, París no sería la excepción y mientras observaba a sus colegas desempeñarse, Daley volvió a mostrarse tejiendo. Y vaya si le fue efectivo: en ambas oportunidades supo colgarse una medalla de oro y de plata.

Más allá de los asaltos que captan las cámaras de las transmisiones deportivas, en las redes Tom es un auténtico influencer: desde 2010 acumula casi 2 millones de suscriptores en Youtube que en estos meses siguieron su puesta a punto hacia París 2024 a través de sus vlogs (cuya sigla sintetiza la fusión entre video y blog en la famosa plataforma de streaming).

Igualmente, el impacto social del clavadista también trasciende de los centros acuáticos y tiene una alta influencia dentro del activismo. Justamente fue a través de un video publicado en Youtube, en 2013, donde anunció públicamente su homosexualidad. Desde aquel entonces, se mostró en varias ocasiones defendiendo los derechos LGBTQ+, investigando e intentando mejorar los derechos de los atletas y transformando a esta faceta en una característica más de su carrera.

Tom Daley, con su diseño olímpico en una de las tribunas del Centro Acuático de Tokio. (Foto: Twitter @olympics)Tom Daley, con su diseño olímpico en una de las tribunas del Centro Acuático de Tokio. (Foto: Twitter @olympics)

«En Tokio faltó esa emoción de sentir al público (NdR: debido a los estadio vacíos por Coronavirus) cuando estaba concentrado para saltar. Ahora todo será diferente», comentó Daley tras su medalla de plata, mientras en simultáneo Phoenix, su hijo más pequeño, le lanzaba su mamadera desde las gradas.

«Aún si no consigues una medalla, estaré muy orgulloso. Me inspiraste a querer venir a los Juegos Olímpicos. Nada me dejará de amarte porque eres mi familia«, le comentó el pequeño Robbie a su padre, en un mensaje de aliento previo al momento que lo deje nuevamente en un podio.

Por su parte, Phoenix cumplió su primera año de vida hace pocos meses. Recién podría ser consciente de vivir unos Juegos Olímpicos en la próxima cita, en Los Ángeles 2028, cuando cuente con una edad similar a la que presente actualmente su hermano Robby. Para aquel entonces, Tom tendrá 34 años y la chance de extender su hito de participaciones olímpicas a seis ediciones.

No obstante, su participación no está garantizada. «Ya soy un hombre mayor. Tendré 34 años, así que sí, ya veremos», confesó Daley, quien ya dejó en evidencia que no hay que descartar un pedido de último momento de parte de sus hijos que pueda alterar los planes.

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