Talibanes ejecutan a pedradas a una mujer acusada de adulterio
La joven había sido obligada a casarse contra su voluntad. Los talibanes la sentenciaron a muerte por fugarse con otro.
Una mujer de entre 19 y 21 años identificada bajo el nombre de Rokhsahana fue lapidada hasta morir en la localidad de Ghalmeen, en la provincia afgana de Ghor, luego de que los talibanes la encontraran culpable de haber cometido adulterio. A la joven la enterraron en un hoyo hasta la altura de su cabeza y los extremistas comenzaron a arrojarle piedras hasta matarla.
Un video publicado por los propios extremistas islámicos salió a la luz en las últimas horas y muestran el momento en que los radicales arrojan piedras sobre la cabeza de Rokhsahana hasta asesinarla. Mientras era ejecutada, la joven sentenciada recitaba el shahada, la declaración de fe islámica. La grabación fue emitida por los canales afganos y las imágenes confirmadas por las autoridades, según la agencia de noticias AFP.
Según declaró Seema Joyenda, gobernadora de Ghor, Rokhsahana fue “lapidada hasta morir por los talibanes, líderes religiosos locales y señores de la guerra armados”. De acuerdo con reportes locales, la joven había sido casada en contra de su voluntad y ella huyó con otro hombre de su misma edad.
Joyenda reclamó a las autoridades en Kabul que pongan fin a este tipo de hechos y que “limpien el área”. “Éste es el primer incidente en este área, pero no será el último. Las mujeres en general tienen problemas en todo el país, pero especialmente en Ghor… el hombre con el que escapó no ha sido lapidado”, indicó la gobernadora.
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La lapidación por adulterio está escrita en la ley islámica, pero no es aplicada regularmente. Incluso en Afganistán está prohibida. Sin embargo, en las áreas controladas por los extremistas talibanes, es una práctica regular. Los talibanes, en especial, tienen un gran desprecio por las mujeres. En septiembre último, cuando ocuparon la ciudad de Kunduz durante tres días, realizaron todo tipo de violaciones entre la población, según denunció Amnistía Internacional.
Desde la caída parcial del régimen talibán en 2001, Afganistán señaló que ha hecho esfuerzos por mejorar la situación de las mujeres. Sin embargo, el caso de Farkhunda contradice las supuestas mejoras. A principios de 2015, la joven fue acusada de haber quemado un ejemplar del Corán y fue linchada por una turba extremista. Los agentes de policía que allí se encontraban no hicieron nada por impedir semejante acto de barbarie.