Estados Unidos lanzó una potente oleada de misiles tomahawk contra supuestos objetivos en Nigeria de una banda local del grupo terrorista ISIS que, según el presidente Donald Trump, está causando un genocidio entre los cristianos. Pero la acción creo confusión y polémica entre los analistas que afirman que la situación en el terreno es mucho más compleja que la que describe el jefe de la Casa Blanca.
El estado de Sokoto, alcanzado por más de 12 misiles Tomahawk el jueves por la noche, está poblado mayoritariamente por musulmanes, que son los que sufren la peor parte de los ataques terroristas allí. El obispo Matthew Hassan Kukah de Sokoto declaró recientemente que la zona «no tiene problemas de persecución» de cristianos. Y los analistas están divididos sobre la existencia de vínculos entre los grupos insurgentes de Sokoto y el ISIS.
No está claro qué lograron los ataques inmediatamente, aunque el viernes por la mañana surgieron informes de que una de las zonas afectadas fue las afueras de Jabo, una ciudad en Sokoto que, según los analistas, no albergaba grupos terroristas ni bandidos.
Algunos especialistas afirman que los violentos atacantes de Sokoto, conocidos coloquialmente como los Lakurawa, tienen vínculos con la rama del ISIS en la provincia del Sahel, que se encuentra más al norte y al oeste, en Malí, Níger y Burkina Faso.
Sin embargo, otros analistas afirman que la evidencia de dichos vínculos no es concluyente, ya que la identidad del grupo Lakurawa sigue siendo muy confusa. Sus militantes han operado en Sokoto y otros estados nigerianos durante años, ganando popularidad combatiendo primero a bandidos locales y luego atacando a la población rural.
«Hay mucha fluidez y pocas alianzas ideológicas», declaró Alkasim Abdulkadir, portavoz del ministro de Asuntos Exteriores de Nigeria, Yusuf Tuggar, sobre los Lakurawa.
Si bien las autoridades nigerianas han cuestionado las afirmaciones de Trump sobre un «genocidio» cristiano, han optado por responder a sus amenazas cooperando con su administración. Nigeria ha aprovechado la oportunidad para utilizar la potencia de fuego estadounidense contra los insurgentes que han asolado las comunidades rurales del noroeste del país.
El gobierno nigeriano dejó claro el viernes que apoyaba los ataques aéreos, que se produjeron tras una llamada telefónica entre el canciller, Marco Rubio, y su colega Tuggar quien transmitió la conversación al presidente de Nigeria, Bola Ahmed Tinubu, que aprobó los ataques, Nigeria había proporcionado inteligencia a las fuerzas estadounidenses para los bombardeos.
Los ataques tenían como objetivo «disuadir nuevas operaciones de bandidos en esa zona», afirmó el vocero de Tuggar. «El poder aéreo es algo contra lo que no pueden luchar», añadió.
Testimonios
Shafi’u Aliyu Jabo, de 35 años y residente de Jabo, describió en una entrevista haber escuchado un ataque en plena noche. «Oímos un estruendo como el de un avión, que venía del oeste de la ciudad y se dirigía hacia el este», declaró. “Luego se escuchó un sonido como de sirena, seguido de una potente fuerza aérea que casi nos voló los techos de las casas”.
Dijo que los residentes de la zona, pensando que se había estrellado un avión, acudieron a una granja cercana, donde encontraron munición. La cabaña de un granjero fue incendiada, pero nadie resultó herido, dijo. Añadió que no tenía conocimiento de ningún campamento terrorista en la zona.
El ataque de Estados Unidos al ISIS en Nigeria: misiles desde el mar y campamentos arrasados. Foto: capturaNigeria es una nación profundamente religiosa, hogar de cientos de millones de musulmanes y cristianos, y el estado de Sokoto es el hogar del sultán del mismo nombre, líder espiritual de la población musulmana nigeriana.
El mes pasado, Trump amenazó con atacar Nigeria o enviar tropas si el gobierno no actuaba con rapidez para detener lo que ha llamado un “genocidio” contra los cristianos del país.
Violencia religiosa
Nigeria, la nación más poblada de África, está acorralada por una violencia generalizada y compleja contra musulmanes y cristianos por igual, y el gobierno nigeriano ha rechazado la descripción de Trump. Pero también envió una delegación a Washington, D.C., para hablar con funcionarios estadounidenses sobre cooperación en materia de seguridad.
Vincent Foucher, investigador del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, afirmó que los ataques probablemente resuenarán entre algunos cristianos estadounidenses y aliados políticos de Trump, quienes han amplificado la narrativa de que los cristianos en Nigeria están siendo perseguidos.
«Es una buena manera para Estados Unidos, para Trump, de demostrar a la derecha evangélica estadounidense que está haciendo algo por Nigeria», declaró Foucher. Para Estados Unidos, añadió, los ataques responden tanto al deseo de publicidad de Trump como a la preocupación del sistema de seguridad estadounidense por el grupo ISIS.

