Se presentó Microcentro Cuenta, una iniciativa que resignifica la zona céntrica


Foto Victoria Egurza
Foto: Victoria Egurza

Con una performance sonora y una muestra fotográfica se adelantó lo que será la primera edición de «Microcentro Cuenta» presentada oficialmente por el ministerio de Cultura porteño, que proyecta una serie de activaciones artísticas, una idea impulsada desde el ámbito privado, que se desarrollará entre el 2 y el 12 de febrero, en distintos espacios céntricos de la ciudad de Buenos Aires.La comercial Galería Larreta de Florida 971 fue el marco para la presentación del proyecto nacido a partir de conversaciones entre Javier Grosman, de la productora Superacción, y el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, y a cuya convocatoria accedieron más de 45 espacios culturales públicos y privados y más de un centenar de artistas, algunos de los cuales estuvieron presentes para el lanzamiento de «Microcentro Cuenta».

Geográficamente circunscripto entre las Avenida Santa Fe y Avenida de Mayo, y Avenida 9 de Julio y El Bajo, el programa tiene el objetivo de «articular y generar redes propias artísticas, culturales, sociales y gastronómicas para conformar agendas comunes interconectadas y potenciar sus desarrollos», ofreciendo una «experiencia integral para quienes viven, visitan y transitan la zona», detallaron los impulsores.

Para Enrique Avogadro, la clave está en el concepto «participación» que nuclea a «una serie de instituciones, artistas, y de la propia comunidad».

Foto Victoria Egurza
Foto: Victoria Egurza

«El microcentro está en un proceso de transformación producto de la pandemia, que está claro que no va a volver a ser lo que era porque hay cambios en los usos, las costumbres«, afirmó el ministro a Télam sobre esa modalidad que llegó para quedarse del trabajo mixto entre remoto y presencial y modificó la concurrencia de esa zona porteña.

En ese sentido sostuvo que desde el Gobierno de la Ciudad vienen impulsando una serie de iniciativas vinculadas al espacio público, al desarrollo urbano, la gastronomía y el desarrollo económico que son los ejes que trabajaron para esta iniciativa.

Avogadro destacó «el aporte que hace la cultura a este gran entramado de reflexión y de transformación de microcentro que lo que hace justamente es movilizar a toda una serie de instituciones», porque explicó que conocer la historia del lugar y la identidad es una «fortaleza para un proyecto de transformación».

«En este nuevo microcentro en desarrollo la cultura en un sentido amplio tiene un rol central, no solamente la política cultural o las acciones culturales, sino a ese reconocimiento al mapa en el cual estamos insertos, de usos, costumbres, de un patrimonio no sólo material sino sobre todo inmaterial», subrayó.

Además el funcionario rememoró: «Saber que enfrente -de la galería- tuvimos al Instituto Di Tella -la institución renovadora de la escena artística de los 60- le da una carga de sentido a esta zona», y comentó su experiencia de visitar «1000 veces» las muestras de Ruth Benzacar.

«Esto es un cuadrilátero chiquito pero todo el microcentro tiene esta carga simbólica. Nosotros trabajamos para que la cultura sea un actor central en este proceso de transformación porque estamos convencidos que la cultura construye ciudadanía«, finalizó.

La gentrificación positiva es lo que plantea Grosman para un proyecto cristalizado en pandemia y presentado en tiempos de calles vacías.

En cuanto a la génesis del proyecto, Grosman, gestor y productor cultural, indicó que tiene que ver con su historia de vida, «como parte de mi construcción identitaria, artística, cultural hasta ideológica, este microcentro».

Foto Victoria Egurza
Foto: Victoria Egurza

«Nosotros empezamos a charlar en su momento con Andrés Buhar (de Arthaus) y con Avogadro sobre que había que empezar a hacer cosas en el microcentro, que existía una oportunidad para los creadores, los artistas, para el campo de la cultura en estos procesos de gentrificación que se están dando, acelerados por la pandemia, acelerados por la gentrificación de fenómenos que se están dando en todo el mundo vinculados a los centros urbanos, empezamos a pensar, a trabajar en conjunto con ellos», explicó.

En diálogo con Télam sostuvo que imaginaron, intuyeron este proyecto y se lo plantearon al Gobierno de la Ciudad en abril del 2020. «Nos propusimos poner nuestro esfuerzo, recursos y acordamos trabajarlo en conjunto entre el sector público y el sector privado y de las instituciones», reconoció.

Por otro lado, Grosman consideró que lo acertado de esa intuición lo advirtieron en el nivel de convocatoria de artistas e instituciones, que los hizo confirmar que iban «por el camino camino correcto».

En cuanto a la convocatoria de artistas tuvieron la ayuda y experiencia de la Bienal Internacional de Performance que preside la arquitecta Graciela Casabé, con quien trabajaron muy activamente al principio. «De hecho la curaduría general y final tiene su sello. Ella convocó a otros curadores, instituciones y otros artistas y ahí se fue armando la dinámica», marcó.

Las propuestas y activaciones artísticas gratuitas que van desde performances, instalaciones, tapices y murales, intervenciones urbanas y proyecciones varias hasta conciertos con campanas, podrá apreciarse hasta el 12 de febrero siempre a partir de las 18.

La presentación contó con la performance sonora «Crípticos e integrados», a cargo de Javier Bustos, Sebastián Verea y Fernando Molina, y curaduría de Espacio Pla, y también se inauguró la muestra fotográfica «Sonata de cruces posibles», un proyecto de la Fototeca Latinoamericana (FOLA) con obras de Gian Paolo Minelli y Rafael Parratoro, y curaduría de Agustina Rinaldi, que dieron el primer impulso artístico del programa de febrero.

Algunos de los artistas convocados son Luciana Acuña y Alejo Moguillansky, Martín Churba y Guillermo Cameron Mac Lean, Elena Dahn, Hernán Marina, Luciana Lamothe, Marcos López, Ana Groch y Luis Felipe «Yuyo» Noé.

Y también serán de la partida Federico Orio, Fernando Rubio, Agustina Sario y Matthieu Perpoint, Marcela Sinclair, Eli Sirlin y Tambor Fantasma -Bruno Lobianco y Oscar Albrieu, entre otros.

Por otro lado, son parte de la iniciativa las fundaciones Federico Jorge Klemm y Luis Felipe Noé, la Alianza Francesa, el Goethe Institute, Arcimboldo Arte Contemporáneo, el flamante espacio Arthaus, Isla Flotante y otras galerías, el programa de residencias Urra, la Manzana de las Luces, el Museo Banco Central, y Sagai, la Asociación de Gestión de Actores Intérpretes.

Entre los proyectos participantes habrá uno educativo de la Fundación Noé, «Microrrelatos», y por otro lado «Yuyo» tendrá en el Banco Macro, el gran sponsor del programa, una muestra de obras de los últimos años puestas en diálogo, que se extenderá hasta abril.

En Klemm, a pocos metros de la galería anfitriona, estará el fotógrafo Marcos López quien propone para el 10 de febrero su «Livings», una experiencia de estudio fotográfico con el mobiliario de la fundación como escenografía.

La Alianza Francesa presenta tres proyectos, «Les Manivelles», de Mariano Alarcón Sturla y Elise Maciol, el «Lady´s Tango Festival Internacional 2023», inspirado y dedicado a todas las mujeres del mundo, y «Cinété – ciclo de cine con temática del verano», en un diálogo entre el cine francés y el argentino.

Mientras que el Goethe-Institut -uno de los indispensables de la época del Di Tella- ofrecerá «El centro ha muerto, viva el centro», una exposición curada por Hernán Kacew & Lívia Nolasco-Rózsás, que «rehabita locales vacíos con obras de arte que dialogan con un presente urbano en disputa y un futuro imprevisto».

Y por otro lado, el Centro Cultural Paco Urondo de la la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, ubicado en la calle 25 de Mayo al 200, contará con la intervención de Tobías Dirty, aún en desarrollo, bajo el nombre de «Combate de susurros», una instalación de sitio específico inspirada en la obra del poeta, periodista y militante Paco Urondo.

Otro tipo de propuesta es el de Martín Churba y el arquitecto Guillermo Cameron, que trabajan juntos por primera vez. Ambos presentan «Reparo», una intervención urbana en el Pasaje Tres Sargentos.

«Es una unidad de experimentación sobre materiales reciclados, tensores que van a ir de lado al lado de la calle creando una especie de reparo, de sombra para una calle que no tiene árboles pero que es un oasis en la ciudad en sí mismo», contó el diseñador y artista que viene de presentar, con Jessica Trosman, la gran instalación «Humana» en la Usina del Arte, con material reciclado de los desperdicios urbanos. Durante enero estarán produciendo y realizarán el montaje a principios de febrero, dejando la instalación disponible todos los días del evento.

«El sol castiga y ahí no hay árboles, te dan un reparo para poder utilizar el espacio como un lugar que tiene silencio visual y un poco de sombra a partir de la intervención que vamos a hacer, con material reciclado», describió y remarcó Churba.





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