Con goles de Gabriel Mercado y Rodrigo Mora, el equipo de Gallardo se impuso 2 a 0 en el Monumental
Desde que se reanudó el fútbol River sólo se dedicó a preparar su compromiso de la Copa Libertadores. La eliminación de la Copa Argentina ante Rosario Central y el disgustoso empate contra Temperley en el Monumental, dieron cuenta ello. Con la ilusión de sacar una buena ventaja para empezar a definir la semifinal del certamen continental, Marcelo Gallardo dispuso de un equipo basado en el doble cinco que tantas alegrías le dio. La fórmula compuesta por Matías Kranevitter y Leonardo Ponzio fue la apuesta que hizo el «Muñeco» para chocar ante Guaraní.
El espectáculo comenzó con un ritmo vertiginoso. Las intervenciones de Rodrigo Mora por derecha pusieron en jaque a Alfredo Aguilar, sobre todo cuando se asoció con Lucas Alario y Carlos Sánchez, quienes protagonizaron dos cabezazos que hicieron latir al Antonio Vespucio Liberti. Desde el inicio, el «Millonario» expuso su jerarquía.
En cambio, el combinado paraguayo recurrió a la individualidad de Julián Benítez. Con gran sacrificio, y una cuota de calidad, el delantero con pasado en México y Ecuador inquietó a la última línea porteña, aunque la concentración de Jonathan Maidana atentó contra los deseos de Fernando Jubero.
El «Millonario» tardó poco tiempo en descifrar las limitaciones de su oponente, y durante la primera etapa se encargó de lastimar por la zona de Luís Cabral. Además de las incursiones del uruguayo, Gabriel Mercado se sumaba con sus proyecciones para habilitar al ex Colón.
A pesar de tener el dominio del pleito, la carencia de goles llevó a Gallardo a reemplazar a «Lucho» González por Gonzalo Martínez para tener mayor profundidad en el ataque. De todos modos, las apariciones de Benítez continuaban preocupando a Marcelo Barovero.
La más clara que tuvo River para abrir el marcador llegó después de una gran triangulación entre Mercado, Sánchez y Alario, pero una confusa maniobra de Luis De La Cruz evitó el tanto. A pesar de los constantes pedidos de penal, Daniel Fedorczuk sancionó tiro de esquina.
Cuando la ansiedad comenzaba a invadir al Monumental, el ex defensor de Racing y Estudiantes hizo delirar a las 60.000 personas que se hicieron presentes. Si bien la acción no se destacó por su belleza, la conquista significó una inyección anímica para seguir lastimando a un rival que quedó desconcertado después del golpe recibido.
El complemento fue todo de la banda. La categoría del «Pity», junto con la velocidad de Leonel Vangioni y la insistencia de Mora fueron las herramientas más sólidas para estirar la diferencia. Por lo tanto, cuanto todavía quedaba un cuarto de hora para el cierre, el oriental recibió una efectiva descarga del de Tostado y con una exquisita definición celebró el 2 a 0. La ilusión de llegar al último partido estaba más vigente que nunca.
Por la producción demostrada ante su gente, el «Millonario» es consciente de que dio un gran paso hacia el sueño continental. Para poder lograr el principal objetivo del semestre, los porteños tendrán que sellar la clasificación la próxima semana en Asunción, mientras que el otro finalista saldrá de la llave que animarán Inter y Tigres.