La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó un recurso extraordinario que había presentado la defensa de Héctor Daniel Lagostena, condenado a 22 años de prisión por el crimen de Érica Soriano, quien desapareció el 20 agosto de 2010 en el partido bonaerense de Lanús y nunca fue hallada, informaron este sábado fuentes judiciales.El máximo tribunal, con las firmas de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, desestimó por «inadmisible» el planteo del abogado defensor Francisco Oneto, quien ya no tiene ninguna posibilidad de apelar el fallo.
En agosto último, al cumplirse 12 años del crimen, María Ester Romero, madre de Érica, afirmó a Télam que «si bien Lagostena está preso, no es suficiente» porque «nunca dijo lo que hizo con el cuerpo y hay algo que no está terminado».
La mujer dijo tener la «convicción» de que el único condenado por el hecho contó con la ayuda del dueño de una funeraria para deshacerse el cuerpo de Érica.
«Una de las personas que debe ser investigada es Leonardo de Simone, que era quien estaba a cargo de la funeraria ‘La Paz’. Ese lugar anteriormente pertenecía a Daniel Lagostena», sostuvo la mujer, quien además reveló que ese hombre ahora vive en la casa que antes pertenecía al padre del presunto asesino.
El femicidio de Érica
En la investigación se acreditó que el 20 de agosto de 2010, el condenado y Érica (30), entonces embarazada de dos meses y medio, llegaron a las 20.30 al domicilio que compartían en la calle Coronel Santiago 1433, en la localidad bonaerense de Lanús, tras visitar a un obstetra del Sanatorio Mater Dei, ubicado en el barrio porteño de Palermo.Se estableció que a las 22.13 Érica habló con una amiga, quien luego declaró que se dio cuenta de que en el viaje iba manteniendo una pelea con Lagostena.
Cerca de la medianoche, el imputado comenzó a intercambiar mensajes con uno de sus sobrinos, con quien hasta entonces -según quedó acreditado en la investigación- no tenía un trato cotidiano ni habitual.
Alrededor de las 5 del día siguiente, un teléfono celular a nombre de la madre de ese joven registró llamadas salientes en el centro porteño y la Costanera Norte, y luego en Lanús, donde las intensidades de las comunicaciones despertaron la atención de los investigadores porque no era habitual el horario ni el patrón de las mismas.
Tras la desaparición de la mujer, los peritos que buscaron rastros en la casa de la pareja hallaron la chimenea caliente, pese a que ese día hacía 24 grados, y restos de poliéster que se correspondían con una prenda de ropa interior de Érica, por lo que se presume que el presunto homicida quemó allí su vestimenta.
También se encontró una mancha de sangre debajo de una mesita ratona que fue detectada con el reactivo Luminol, pero como había sido lavada sólo se pudo determinar que era de mujer.
Además, durante el debate, se analizaron los testimonios de más de 40 testigos y los mails intercambiados entre la pareja, tras los cuales se concluyó que la relación estaba atravesando una crisis por los celos y la desconfianza de Lagostena.
Finalmente, el hombre fue condenado el 11 de julio de 2018 a 22 años de prisión por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 de Lomas de Zamora, acusado del «homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género» en perjuicio de su pareja.
El abogado Oneto había presentado en agosto del año pasado un recurso en queja ante la Corte Suprema, luego de que la Sala I de Casación Penal bonaerense le rechazara por «inadmisible» un recurso extraordinario federal para que se revise la condena de Lagostena.
En ese entonces, Oneto planteó, entre otras cuestiones, que el tribunal que juzgó a su defendido en 2018 incurrió en «una errónea y absurda valoración de la prueba, afectando el principio de congruencia», lo cual finalmente también fue rechazado por el máximo tribunal.
Lagostena cumple su pena hace 6 años en el pabellón 4 de la Unidad Penitenciaria número 1 de Olmos, del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).