Realizan cirugía reconstructiva a la mujer agredida por su expareja

Realizan cirugía reconstructiva a la mujer agredida por su expareja

María Cáceres era operada esta mañana en el Hospital Escuela. Los cirujanos le reconstruirán el maxilar que fue gravemente lesionado por los golpes que recibió con una llave cruz.


La rápida intervención del grupo GRIM I evitó un final fatal

María Cáceres, la mujer que fue salvajemente agredida por su exmarido con una llave cruz, era operada esta mañana en el Hospital Escuela, donde los especialistas intentaban reconstruirle el hueso maxilar lesionado por los golpes recibidos.

Así lo confirmó el director del establecimiento, el doctor Alfredo Revidatti, quien además anticipó que “no será la última cirugía” a la que deba someterse la víctima de violencia de género.

“Es la tercera cirugía se le realiza, pero no será la última. Ella sufrió rotura de huesos faciales, perforación de mejilla y cortes en la cabeza, así que seguramente habrá nuevas intervenciones”, señaló en diálogo con este diario.

La operación permitirá que Cáceres vuelva a masticar ya que el hueso quedó dañado, como consecuencia de los golpes, y no le permite alimentarse con normalidad.

Cáceres, vale recordar, fue brutalmente afredida el sábado pasado por su expareja, quien la atacó con una llave cruz en su casa del Barrio Juan XXIII de esta capital. Su agresor, Ramón López (29) le­gó en un “zo­o­tro­po” (mo­to con ca­jue­la) y al ca­bo de un bre­ve in­ter­cam­bio de pa­la­bras co­men­zó a per­se­guir­la por la calle mien­tras le ases­ta­ba gol­pes con la pe­sa­da he­rra­mien­ta me­tá­li­ca usa­da pa­ra sa­car o ajus­tar tuer­cas de rue­das.

Según pudo saber época, la mujer había realizado varias exposiciones policiales por las constantes agresiones de su exmarido, quien incluso la habría amenazado de muerte con el uso de un arma de fuego y golpeado estando embarazada, según precisaron sus familiares.

López, mientras tanto, per­ma­ne­ce detenido en la Comisaría Duodécima, acu­sa­do de aten­ta­do y re­sis­ten­cia a la au­to­ri­dad y en prin­ci­pio le­sio­nes gra­ves, aun­que po­dría ser im­pu­ta­do del de­li­to de ten­ta­ti­va de ho­mi­ci­dio.

 



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