El presidente en funciones, que ganó las elecciones del 26 de junio pasado, explicó que se dirigirá preferentemente a los «partidos constitucionalistas», en referencia a el Partido Socialista (PSOE) y Ciudadanos, y buscará apoyos para un «gobierno moderado» en base a un programa y un calendario para afrontar los compromisos que tiene España.
Rajoy sostuvo que si esta opción no prospera, también está dispuesto a «explorar un gobierno en minoría» sólo con el apoyo de los 137 diputados del PP.
Para que ésto sea posible, recordó, los otros partidos deben garantizar «una mínima lealtad» en temas como la elaboración de presupuestos, techos de gasto, lucha antiterrorista y política exterior.
«Voy a redoblar esfuerzos de negociación en busca de apoyos para gobernar, lo haré con el encargo del rey y en un plazo razonable de tiempo informaré de las gestiones, de los apoyos y, en consecuencia, de si estoy en condiciones de formar gobierno», aseguró.
«Por mi parte no faltará empeño ni esfuerzo, espero encontrar en mis interlocutores la misma voluntad», remarcó el dirigente conservador.
Rajoy indicó que este viernes mismo retomará las negociaciones «con el objetivo de evitar elecciones, respetando la voluntad de los españoles y para conseguir cuanto antes el gobierno que los españoles necesitan y están esperando desde hace siete meses».
«Estamos dispuestos a encabezar el gobierno, aceptamos el encargo y vamos a trabajar con todas nuestras fuerzas y espíritu abierto para formarlo», sentenció Rajoy, quien destacó que a diferencia del resto de líderes políticos no han dicho que quieren gobernar.
«No veo ninguna alternativa razonable a lo que estoy proponiendo», concluyó el jefe del gobierno español, quien por ahora no cuenta con ningún aliado aunque son varios los partidos, entre ellos Ciudadanos, que están dispuestos a abstenerse para facilitar su elección.
El Partido Socialista (PSOE), en cambio, se niega a abstenerse, con lo que por el momento esa vía está bloqueada.