La cantidad de píxeles que ofrece una televisión con resolución 4K es cuatro veces la que se encuentra en una pantalla Full HD (1920 x 1080).
El término “4K”, que ya está instalado en la cultura popular, proviene de “cuatro mil” (“4 kilo”, K = 1000) y hace referencia al ancho de la imagen.
En muchos ámbitos, se lo denomina también UHD (Ultra High Definition), aunque UHD es un nombre más comercial o técnico que se usa generalmente para referirse a TVs que cumplen ese estándar de resolución.
Una característica clave de 4K es la densidad de píxeles: en pantallas de mayor tamaño, esa densidad permite que el ojo humano no distinga los píxeles individuales desde una distancia razonable, logrando una imagen más nítida, detallada y realista.
Para que la resolución 4K realmente “valga la pena”, es necesario que se den ciertas condiciones. Estos son los aspectos específicos que conviene revisar: