Lo que para muchos es una herramienta útil —como poder recuperar una página visitada semanas atrás—, en realidad es también una muestra del nivel de información que una compañía tecnológica puede almacenar sobre tu vida. Y va mucho más allá de un simple historial de búsquedas.
Google registra tu ubicación cada vez que activás el GPS, los videos que mirás, los mails que abrís, las compras online que hacés y hasta las preguntas que le hacés a su asistente de voz. Todo eso, junto, permite construir un perfil detallado de tus intereses, tus hábitos diarios y hasta tus relaciones personales.
Más allá del uso comercial que Google le da a esos datos —principalmente para mostrarte publicidad segmentada—, el problema de fondo es otro: la concentración de tanta información privada en un solo lugar. Si esa base de datos cayera en manos equivocadas o se utilizara de forma maliciosa, podría exponer aspectos muy íntimos de tu vida cotidiana.
Por eso, borrar el historial de Google no solo es recomendable: es una forma de proteger tu identidad digital, reducir el riesgo de ciberataques y mantener al menos una parte de tu privacidad. La buena noticia es que hacerlo es más fácil de lo que parece.
El procedimiento para limpiar tu cuenta es simple y se puede hacer desde cualquier computadora o celular. Son solo cinco pasos.
1. Ingresá a “Mi Actividad”
2. Revisá lo que se guardó
3. Elegí qué querés borrar
4. Activá el borrado automático
5. Desactivá lo que no querés que se guarde
En tiempos donde la privacidad digital es cada vez más escasa, controlar qué datos dejamos en manos de las grandes tecnológicas se vuelve fundamental. Google permite borrar y limitar la recolección de información personal, pero depende de cada usuario tomar la decisión de hacerlo.
Cada vez más expertos sugieren evitar que tu cuenta se convierta en una base de datos sobre tu vida entera. Revisá tu historial, eliminá lo que no querés conservar y, si es posible, configurá tu cuenta para que registre lo menos posible.