Paris Saint-Germain (PSG) alzó ayer su primera Champions League tras una final inolvidable en Múnich ante Inter de Italia. El 5-0 a favor del equipo francés deja en claro la supremacía total del equipo dirigido por el español Luis Enrique, porque desde los primeros minutos del partido dominó el campo, controló la posesión y sometió al Neroazzurro, en el que poco pudo hacer Lautaro Martínez.
El triunfo, además, le permitió al PSG convertirse en el segundo equipo francés en ganar la Champions. El único que lo había conseguido fue Olympique de Marsella en 1993.
Luis Enrique moldeó un equipo de autor en el que todos atacan y defienden, todos triangulan y ocupan espacios. Todos marcan y todos se mueven para ser alternativa de pase. Sin un 9 definido, tuvo goleadores como Hakimi, Doué (2), el georgiano Kvaratskhelia y Mayulu, ingresado en la segunda parte. Fue una maquinaria de fútbol demasiado perfecta para un estático equipo italiano que careció de ideas.
Lo cierto fue que PSG se fue a los vestuarios 2-0 arriba en el marcador. La apertura fue una maravilla de los parisinos: habilitación de Vitinha para Doué, centro rasante de este y gol de Hakimi. Apenas 7 minutos más tarde, Doué recibió sobre la derecha, remató al arco, el balón se desvió en Dimarco (de paupérrima actuación) y dejó a Sommer descolocado.
Los minutos corrían y mientras el conjunto francés era una máquina demoledora, para los italianos representaba un verdadero suplicio, a punto tal que el DT Simone Inzaghi reclamaba al árbitro el final de la primera parte. Sin embargo, PSG tuvo un córner a favor y el georgiano Kvaratskhelia se perdió el tercero, aunque más tarde tendría revancha.
A Inter le iba a costar remontar, porque en el trámite había estado varios escalones por debajo de su rival. Ya en la segunda parte, si bien buscó el descuento con más voluntad que ideas, dejó muchos espacios libres. Y los parisinos se dieron una panzada.
La conexión Dembelé-Vitinha fue letal: el portugués habilitó a Doué en el momento justo y el joven francés definió con maestría al primer palo. Tras el festejo, el goleador fue amonestado. El desconsuelo de los hinchas de Inter era más que palpable.
Y mientras Donnarumma evitaba el descuento interista, la orquesta del PSG seguía afinada y de este modo Kvaratskhelia definió al primer palo tras el achique de Sommer. Por si fuera poco, Mayulu, recién ingresado, selló el 5-0 luego de una colección de pases.
MARTÍNEZ, TRISTE
Después de una temporada superlativa a nivel personal, el delantero Lautaro Martínez no pudo coronar con la conquista de la Champions League, un título que le volvió a ser esquivo en Múnich. Así, el cierre del año futbolístico para el Toro le volvió a traer un golpe, después de lo que fueron las caídas en la Supercopa de Italia, la Copa Italia y la Serie A, todas en el último semestre.
A lo largo del año futbolístico de Inter, el Toro estuvo implacable. Sin embargo, poco pudo hacer en la derrota ante un PSG que lo ganó de principio a fin.
Antes de la final, el capitán de Inter llegó con 22 goles en los bolsillos, tras 49 partidos entre todas las competencias. Solamente en la Champions League, sus 9 goles lo ubicaban como el quinto goleador del certamen, detrás de los 13 de Raphinha (Barcelona) y Serhou Guirassy (Borussia Dortmund) y los 11 de Harry Kane (Bayern Múnich) y Robert Lewandowski (Barcelona).
En Múnich, sin embargo, lejos estuvo del arco rival, no contó con ocasiones de gol y se fue con las manos vacías. Así, apenas el árbitro pitó el final del encuentro, Lautaro apenas atinó a colocar sus brazos en jarra y enterrar su cabeza en el pecho del arquero rival Gianluigi Donnarumma, el primero en ir a saludar a los italianos. Acto seguido, fue rodeado por sus compañeros, quienes se acercaron para consolarlo junto con Simone Inzaghi, su entrenador.
A la salida del recinto el Toro habló y dejó en claro que no piensa bajar los brazos pese al durísimo revés que recibieron en tierras bávaras. «Hay que volver a empezar, el próximo año volver a prepararse y voy a dar todo para volver a jugar una nueva final, para volver a llevar al Inter a lo más alto de Europa porque de eso se trata», explicó en diálogo con Espn.
La final ante PSG se le presentaba como una revancha, no solo por las caídas en los torneos locales a lo largo del semestre, sino también porque ya había sufrido el trago amargo de la derrota en la final de la edición 2022/23. Aquella vez, un 1-0 ante Manchester City decretó que los británicos alzarían la Orejona, mientras los italianos se retiraban cabizbajos.
Ahora se viene el Mundial de Clubes, certamen en el que el Neroazzurro integrará una zona junto con River, Monterrey de México y Urawa Red Diamonds de Japón. S