El primer año de gobierno de Javier Gerardo Milei se caracterizó por una severa recesión de la economía cuyas secuelas persisten y según parece no habrán de desaparecer fácilmente. Las estadísticas, oficiales y privadas, reflejan con una asombrosa coincidencia el resultado de la experiencia iniciática de una gestión que se define como liberal, pero que tiene el ascendente en el anarquismo y acometió sin tapujos contra algunos principios que se pensaba inamovibles. Así instaló un modelo tan ecléctico como áspero para la epidermis social. Mucha gente, sobre todo los trabajadores asalariados y especialmente los jubilados, no olvidarán el primer año de Milei.
Los indicadores reflejan lo duro que fue el 2024. Por ejemplo en el NEA, las cuatro provincias que conforman la región experimentaron drásticas caídas de la actividad económica, en el Chaco superó el 8% anualizado, en tanto en Corrientes y Misiones el retroceso estuvo por arriba del 7%. El informe corresponde a un estudio del Ieral, el instituto de investigación de la prestigiosa Fundación Mediterránea.
Lo curioso es que las provincias del NEA venían de un año positivo -2023- en materia de crecimiento económico. Según el Ieral, Corrientes creció casi 4% en ese período que fue el último de gestión del neokirchnerista Alberto Fernández.
Esa tasa de crecimiento que inscribió Corrientes fue el más alto de la región. Es decir que en el último año de Fernández avanzó casi cuatro casilleros y luego retrocedió siete en el primer año de Milei. Algo parecido les sucedió a todas las provincias.
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