Por medio de las Actas del Cabildo, aportan nuevos datos sobre la población colonial en Corrientes


El Boletín Americanista es una revista científica de prestigio internacional, especializada en historia de América. Actualmente es editada por Revistas Científicas de la Universidad de Barcelona y Ediciones UB.
En su última edición, incluyó un dossier destinado a trabajos que contribuyan a revisar «fuentes poco frecuentes», que no se habían utilizado en investigaciones sobre población o que no se habían explorado hasta el momento, con el objeto de resaltar cuánto podían aportar a este campo.
Uno de los trabajos aceptados fue «Las Actas del Cabildo de Corrientes como fuente poco frecuente para los estudios de la población», presentado por el Dr. Fernando Pozzaglio, Personal de Apoyo del Instituto de Investigaciones Geohistóricas («IIGHI», CONICET-UNNE) y auxiliar de primera en la Cátedra «Historia Argentina Colonial» de la Facultad de Humanidades de la UNNE.
En el dossier se incluyó además el artículo «Visita de indios y expedientes judiciales en el Nordeste del Río de la Plata: Corrientes, siglo XVII», de las doctoras Fátima Valenzuela y María Laura Salinas, también investigadoras del IIGHI y docentes de la Facultad de Humanidades de la UNNE.
En diálogo con UNNE Medios, el Dr. Pozzaglio destacó la importancia de poder participar del dossier del Boletín Americanista, porque permite visibilizar la pertinencia de las líneas de investigación que se llevan a cabo desde la región en el campo de la historia colonial.
En particular, se refirió al aporte de las Actas del Cabildo de Corrientes como fuente poco explorada pero que contiene datos cuantitativos y cualitativos que permiten conocer en mayor profundidad la composición y características de la población de Corrientes en ese tiempo.

Relevancia.

«¿Qué datos nuevos o de relevancia histórica se pueden obtener de documentos de hace 300 o 400 años?» son interrogantes que se pueden hacer en relación a la tarea de explorar actas capitulares.
En ese sentido, el Dr. Pozzaglio explica que, ante la inexistencia de datos confiables y homogéneos para conocer la población y su evolución en las sociedades del Antiguo Régimen, los historiadores y demás especialistas en ciencias sociales han recurrido a diferentes fuentes con el fin de suplir esta carencia.
Entre las distintas fuentes documentales, las actas de los cabildos, más allá de los innumerables estudios que se han llevado a cabo a partir de la información que brindan, han sido poco exploradas en relación con el estudio de la población desde un punto de vista cualitativo.
En el caso de las actas del Cabildo de Corrientes, representan una documentación que durante años ha pasado desapercibida por los investigadores e historiadores del área colonial para estudiar el aspecto poblacional.
«Leer este cúmulo de documentos requiere cierto conocimiento y entrenamiento en la lectura de grafías antiguas y en desuso, por eso el propósito de este trabajo, en última instancia, es brindar una guía lo más completa posible a fin de poder utilizarla en los trabajos que se proyectan realizar sobre esta misma área en el futuro» sostiene.
El investigador de la UNNE y Conicet explica que la institución productora de tipo documental, es decir, el cabildo, funcionó ininterrumpidamente a lo largo de la época colonial, por lo que, a través de sus escritos se pueden conocer distintos aspectos vinculados con el ámbito urbano y rural de una determinada jurisdicción.
En cuanto a Corrientes, se cuenta con un gran cúmulo de libros de cabildo, con un gran porcentaje de fojas legibles, que han llegado hasta la actualidad.

Algunos detalles.

En el artículo del Boletín Americanista, se expone que la revisión exhaustiva de las actas capitulares correntinas ha permitido hallar valiosa información referida a la población.
«Estas fuentes, las actas, no tenían la finalidad de exponer datos de población, no se redactaron para ese fin, sin embargo, hemos podido corroborar que pueden aportar información de interés tanto de carácter cuantitativo y principalmente cualitativo», comenta el investigador de la UNNE.
La información es más abundante respecto del grupo hispanocriollo, dado el estatus que detentó este sector de la población, al que se relacionó con los conquistadores y primeros pobladores de las ciudades fundadas por los españoles. No obstante, este grupo no era homogéneo, ya que existía una marcada diferenciación social entre los vecinos, los moradores y los demás habitantes de la ciudad.
Aunque no son abundantes, en estas fuentes documentales se pueden hallar datos cuantitativos. Uno de los datos claves hallado en las actas del Cabildo es que la ciudad de Corrientes se componía de 350 vecinos hacia fines del siglo XVII, «lo que nos da una idea más o menos precisa de las dimensiones de la urbe en aquellos tiempos».
El número de vecinos era la unidad de contabilidad que se utilizaba en las fuentes, pues no se contaba la población por número de personas, sino por cabezas de familias a los que se denominaba vecinos.

¿Quiénes eran considerados vecinos? Los hombres de familia que, como señala la legislación tenía «casa poblada», era propietario, estaba casado, tenía hijos y poseía algún sustento económico mediante alguna actividad rentable.
Los beneficios sociales que disfrutaban los vecinos a diferencia del resto de la población, a los que se los denominaba moradores, habitantes o estantes, eran poder ocupar un cargo en el cabildo, institución de gobierno municipal, y disponer de un título de encomienda, esto es, poseer indios encomendados a su servicio; mano de obra para trabajar en las unidades de producciones personales, como chacras o estancias.
«Para un lector actual, e incluso un historiador de tiempos recientes, este dato puede parecer común, además de inexacto y aproximado; pero para el historiador de los tiempos coloniales estos datos presentan cierta importancia porque en las fuentes con las que está acostumbrado a trabajar no siempre aparecen datos vinculados al número total ni parcial de la población».
Reiteró que los datos cuantitativos que se pueden encontrar son escasos, pero de interés, aunque deben ser tomados como aproximaciones.

Remarcó que en las actas capitulares existe un sinnúmero de datos cualitativos, los cuales están más vinculados con las características sociales de los grupos poblaciones, que con el número de estos. Datos como las categorías sociales de sus habitantes, estamentos, oriundez, ocupaciones, entre otros, permiten conocer cómo estaba compuesta y organizada la sociedad correntina de la época colonial.

 
«LAS ACTAS DEL CABILDO DE CORRIENTES, REPRESENTAN UNA DOCUMENTACIÓN QUE DURANTE AÑOS HA PASADO DESAPERCIBIDA»
 

Gracias a las actas se puede saber que existían vecinos de nacionalidad portuguesa en Corrientes, especialmente durante las primeras décadas del siglo XVII. Esto se debió, en primer lugar, a que las coronas de Portugal y España estuvieron en la cabeza del mismo monarca, hasta 1640. Estos vecinos portugueses ingresaron cruzando desde Brasil, colonia portuguesa.
Hay casos extraños, poco frecuentes y llamativos, como el de un vecino considerado genovés, que es un caso excepcional, pero que vale el caso señalar.
Otra categoría que aparece en los documentos es la de «morador». Este era quien no se hallaba afincado en la ciudad en cuestión; era gente de paso, por lo general, que se dedicaba al comercio, y que, por esta falta de arraigo, carecía de los privilegios de los vecinos.

Asimismo, eran considerados moradores otros miembros de la ciudad, por ejemplo, los pertenecientes a grupos intermedios, dedicados a las artesanías.
La mayoría de los datos que se mencionan en estos documentos, por sus características, hacen referencia a la élite (entendida como el grupo social que detentaba el poder político, ya que ocupaba cargos en el cabildo, y poseía en propiedad los medios de producción, como las tierras productivas, herramientas de labranzas, disponibilidad de mano de obra en las encomiendas, etc), pero también hay múltiples datos sobre los «indios» sometidos o incluidos en el mundo colonial.
«Cabe aclarar que en la historiografía colonial utilizamos el término indio en función de las fuentes y la denominación de la época. Sabemos que en la actualidad el término ha quedado anacrónico y en desuso, y en ciertos espacios posee consideraciones peyorativas.  No es así el sentido en que se le otorga en la historiografía colonial. Lo mismo vale para el término «español», señaló.
Acotó que si bien se hace referencia al grupo español, se sabe que la mayor parte de los vecinos, incluso de la élite, eran mestizos, y que se identificaban cultural y étnicamente como españoles. «Estas son cuestiones conceptuales que conviene aclarar», explica el Dr. Pozzaglio.
Los indios que estaban encomendados a los vecinos de Corrientes, de acuerdo con la legislación y a la práctica, vivían separados y apartados de los «españoles», en Itatí, Santiago Sánchez y Candelaria de Ohoma y Santa Lucía, pueblos que estaban alejados de la ciudad unas cuantas leguas de la ciudad, pero que se hallaba dentro de la jurisdicción de Corrientes y a cargo de la orden franciscana.
De las poblaciones de indios, gracias a las actas, se sabe algunos nombres de caciques y a las actividades a las que se dedicaban en provecho de la comunidad y en servicio de los encomenderos.
Las actas capitulares son de gran utilidad, además, para conocer la distribución, ocupación y expansión no solo de la población urbana, ya que se detallan los pedidos de solares en las cuadras en la ciudad de los vecinos al cabildo, lo que permite formarnos una idea del crecimiento y ocupación del espacio urbano, sino también del rural, ya que también era común el pedido y entrega de mercedes de tierras a los vecinos para formación de chacras y estancias en la campaña o zona rural.
«Podemos concluir señalando que los datos que arrojan las actas del cabildo de Corrientes son tan profusos y ricos, que no se han agotado como fuente de información, al punto que hoy pueden continuar leyéndose para obtener nuevos datos que nos permita conocer ciertas cuestiones sobre la población de Corrientes y su evolución durante la época colonial y, por qué no, postcolonial, también», sostiene el investigador de la UNNE.

Perspectivas. 

«Los estudios de la población requieren continuar con la investigación, utilizando no solo nuevas fuentes, sino también aquellas clásicas que se han implementado para otras temáticas» remarca el Dr. Pozzaglio entre las conclusiones del trabajo publicado.
Comentó que, junto a la Dra. María Laura Salinas y la Dra. Fátima Valenzuela, del IIGHI y de la Facultad de Humanidades de la UNNE integran el Grupo de Historia de la Población que funciona en la Academia Nacional de Historia Buenos Aires, con la dirección de la Dra. Susana Frías de la UBA, quien los motivó a participar en el dossier del Boletín Americanista.
Al respecto, reiteró el reconocimiento de la labor de quienes vienen estudiando la etapa colonial en el IIGHI y la Facultad de Humanidades de la UNNE, y en particular en la búsqueda de nuevas fuentes o fuentes poco exploradas, que permitan seguir enriqueciendo el conocimiento sobre la etapa colonial.

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