Perspectivas y deseos



Sería una de las grandes noticias por comunicar desde el Gobierno nacional, que viene adminis­trando la crisis de manera cruda, con ajustes por doquier y una caída del poder adquisitivo del salario de manera significativa. 

La inflación, de esa noticia se trata, podría alcanzar registros menos dañinos para los consumidores. 

Las consultoras económicas que participan del Rele­vamiento de Expectativas de Mercado (REM) adelanta­ron a mayo la posibilidad de que la inflación cierre en un solo dígito, informó ayer la agencia Noticias Argen­tinas. 

Según el REM, en mayo la in­flación será del 9 por ciento, en promedio, por debajo del 10,8 por ciento que habían vaticinado un mes atrás.

Para marzo la perspectiva es de una inflación del 12,5 por ciento, casi dos puntos por debajo de lo proyectado en febrero. 

Sin embargo, el dato se encuen­tra por encima de lo anticipado por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien en un entrevista te­levisada advirtió que la inflación de marzo está en torno al 10 por ciento.

El próximo viernes 12 de abril, por la tarde, el Indec informará el dato oficial de inflación.

El conjunto de analistas del REM proyectó para 2024 un nivel del Producto Interno Bruto (PIB) real del 3,5 por ciento, inferior al promedio de 2023, sin cambios respecto del relevamiento del mes previo. 

En tanto, quienes constituyen el top 10 proyectaron, en promedio, una reducción del 4,1 por ciento para la actividad en el año. 

La caída se habría concentrado en el primer trimes­tre, período para el cual, quienes responden en el REM, estimaron una reducción del 3,8 por ciento del PIB.

De acuerdo con sus pronósticos, el nivel de activi­dad comenzaría a recuperarse en el tercer trimestre del año, con una suba del 0,6 por ciento trimestral. 

A su vez, los pronósticos arrojan implícitamente una fuerte suba proyectada para el cuarto trimestre del año de aproximadamente un 4,1 por ciento. 

Para 2025 el conjunto de participantes del REM es­timó un crecimiento promedio del 3 por ciento inte­ranual. 

La tasa de desocupación abierta para el primer tri­mestre del año se proyectó en un 7,1 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), implicando una reducción de 0,6 puntos porcentuales respecto al REM previo. 

El conjunto de participantes es­pera una tasa de desocupación del 7,5 por ciento para el último tri­mestre de 2024. 

Asimismo, pronosticaron una tasa Badlar de bancos privados, para abril, del 71,9 por ciento TNA (equivalente a una tasa efectiva mensual de 5,9 por ciento) y una disminución hasta del 60 por cien­to TNA en diciembre. 

La cuestión central pasa por ese objetivo, de bajar la inflación, aun­que el costo es alto con el ajuste de mayor impacto de los últimos años. Al decir del presi­dente Javier Milei, «el mas grande de la historia». 

Pero más allá de consideraciones respecto a la mag­nitud histórica, hoy la cuestión sigue siendo complica­da, con una caída pronunciada de las ventas de comer­ciantes, derrumbe del poder adquisitivo de los salarios y una actividad industrial en picada. 

Sin embargo, todo eso queda licuado, por el momen­to, por el aval social a la gestión que entendió que el de­rrumbe económico de los últimos años se debió princi­palmente al despilfarro de los recursos del Estado.

La continuidad de las medidas supone, desde la óp­tica oficial, que en poco tiempo más se comenzará a vislumbrar una situación promisoria.

 

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