Peronismo para debatir


Desde hace unas semanas, Cristina refuerza una lectura sobre esta época libertaria: “Un modelo insostenible en la práctica y en los hechos. Un modelo que, indefectiblemente, tarde o temprano se cae”. Con alguna pequeña variante en el modo de decirlo, lo viene marcando incluso antes de recibir la condena y la proscripción del poder concentrado corporizado en los tres jueces de la Corte Suprema. Lo señala desde que se lanzó como candidata en las elecciones bonaerenses, una postulación cancelada por el fallo antidemocrático de la Justicia. La frase se refiere al gobierno de Javier Milei. Actúa también como un mensaje para la dirigencia y la militancia que patea el asfalto en estos días movidos donde la persecución política contra CFK -lo que su figura y este ataque representan- es el tema central para un sector de la sociedad.

“Este modelo tiene fecha de vencimiento como el yogurt”, dijo la dos veces presidenta con esa ocurrencia tan popular de sus discursos. Su voz en el medio de una plaza desbordada proponía un rumbo ante un gobierno que muestra algo así como una fragilidad de origen. Es un espejo del propio Milei, tan inestable que parece bordear el abismo en forma permanente. Sin embargo, lleva más de 18 meses en el poder y sigue contando. Algo en definitiva sostiene a esta experiencia inédita, a veces distópica, que se instaló en Casa Rosada mediante el voto popular para timbear la Patria.

Y ahí regresa el concepto de Cristina. ¿Cómo se llega a los desencantados? ¿De qué manera se sortea la apatía general que se registra en las primeras contiendas electorales de este 2025 en distintas provincias? Volver a encantar a las mayorías asoma como la primera tarea. Escuchar sus reclamos y demandas para sintetizarlos en una salida política. Conectar con esa franja aún distante que, incluso, tal vez vio por la tele o las redes a la histórica jornada del 18 de junio en la Plaza de Mayo y otros puntos del país. Si este gobierno termina, ¿qué viene después? Y si se cae, ¿qué se hace? ¿Cuál es el rumbo y la agenda para la próxima etapa más allá de cuándo sea? ¿Cómo se impulsa e implementa un modelo que vuelva a tener a la clase trabajadora como protagonista?

Peronismo para debatir

Mientras el peronismo debate, también gobierna como sucede en la provincia de Buenos Aires. Desde el territorio más poblado de la Argentina,  Axel Kicillof contrasta cada día con el gobierno de Milei y señala que el enemigo está afuera. Es el concepto con el que encara la interna del peronismo, un movimiento que respondió en unidad a la proscripción sobre el actual presidenta del PJ. Esa reacción política frente a la proscripción se expresó con la militancia en las calles, las discusiones y las múltiples actividades en Matheu 130 que en menos de una semana le abrió las puertas a dirigentes políticos, gremiales y sociales, a feminismos y empresarios pymes, entre otros. El peronismo, obligado frente a la contundencia del ataque del poder concentrado, recuperó vitalidad. 

Tal vez llegue la etapa de transitar las diferencias y los debates del peronismo por fuera de los nombres, cargos y listos. Sin espantarse ni enojarse. Acaso con el mismo camino de estos días: la necesidad de unirse en las calles y construir un futuro -un programa- para ese pueblo que siempre vuelve.

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