Contar la llegada del cáncer requiere un salto emocional difícil. A las personalidades públicas les ocurre, además, que el nivel de exposición es alto. Sémper decidió anunciar su enfermedad al final de una comparecencia ante la prensa destinada, como es frecuente debido a su cargo, portavoz del PP, a tratar la actualidad política.
Tras responder las preguntas de los periodistas, alteró el tono y el gesto, y dijo: “Antes de cerrar la rueda de prensa, me gustaría contaros una cosa que no tiene mucho que ver con la política, pero es mi responsabilidad y obligación compartirla con vosotros… Voy a beber agua porque…”.
Dejó el vaso de nuevo en el atril y añadió: “Llevo días intentando encontrar las palabras para contaros lo que os tengo que contar, no está siendo fácil, pero lo voy a contar de la mejor manera posible, de la manera más natural”. La confesión de que tiene cáncer se hizo viral en pocos minutos.
La psicooncóloga Fátima Castaño y la asesora de comunicación política Imma Aguilar han analizado para EFEsalud la forma en que el político guipuzcoano hizo público que tiene cáncer, en lo que no es pionero dentro de su ámbito. Recientemente, cargos como el ministro Ángel Víctor Torres (a primeros de año) o la diputada de Sumar Aína Vidal (comienzos de 2020) lanzaron anuncios similares.
Lo hicieron de modos distintos, el ministro en un mitin y la diputada en redes sociales, pero el de Sémper es el último ejemplo de la expectación y conmoción social que causan estas noticias.
1- El formato, en función de la comodidad
El testimonio del dirigente del PP vuelve a poner el foco en las emociones y palabras que suscita el cáncer. Comprobar que puede abordarse en público más allá del miedo y la tristeza es importante.
¿Cómo hacerlo? El caso de Borja Sémper desentraña algunas claves.
El formato, para empezar. Castaño considera que el diputado vasco escogió la comparecencia ante los medios de comunicación, y al día siguiente una entrevista en la emisora Onda Cero, porque son puestas en escena a las que está acostumbrado.
“Entiendo que tiene experiencia en este tipo de comparecencias, como también entiendo que haya personas que no quieran exponerse tanto y elijan contextos más controlados, como una grabación o un documento escrito”, subraya.
Según puntualiza Aguilar, “elegir una comparecencia en vivo y luego una entrevista radiofónica fue coherente con su perfil político”, lo que redundó, además, en “la autenticidad del mensaje”. “En cambio, figuras como Kate Middleton, que representan instituciones con protocolos mucho más rígidos, optan por videos grabados, donde el control del mensaje es absoluto”, puntualiza acto seguido.
Resalta Castaño que no hay “medios adecuados o inadecuados” para comunicaciones como las que efectuó Sémper. “Lo importante es que personas de relevancia den a conocer estas situaciones con el fin de sensibilizar”, señala.
2- Honestidad y autenticidad
Indica Imma Aguilar que Sémper recurrió a un “lenguaje honesto, contenido y natural”. “Cuando una figura pública como él comparte su diagnóstico utilizando” este lenguaje, logra “un doble efecto”. “Por un lado – explica –, humaniza al personaje político y, al mismo tiempo, contribuye a la normalización de una enfermedad que todavía arrastra estigmas y silencios”.
“Nos habla alguien que no está haciendo un anuncio protocolario, sino un ejercicio íntimo de verdad compartida. Y eso, en términos de cultura democrática y salud pública, tiene un valor inmenso”, zanja.
De ahí que la asesora destaque, como premisa en estas situaciones, la “autenticidad radical”, porque “no hay nada más poderoso que una verdad dicha con la voz propia”.
3- Humor y empatía
Sémper, en la entrevista posterior al anuncio, recurrió al humor. Explica Aguilar que logró así que su relato no se construyera “desde la excepcionalidad del político, sino desde la comunidad de personas que atraviesan procesos similares”. “Esto, en comunicación política, es empatía estratégica y funciona porque no busca compasión, sino compresión”.
“El uso del humor en contextos delicados – continúa la asesora – es una herramienta narrativa compleja, que sólo funciona si parte del propio protagonista y no se percibe como impostada. Sémper no sólo se permitió este recurso desde una posición de afectado, sino que lo vinculó con algo esencial: ‘esto que estoy viviendo yo, lo han vivido y viven muchos otros’”.
Castaño recalca que el político del PP efectivamente desplegó un lenguaje y un tono que permitieron generar “un espacio de cercanía”, y por tanto, empatía.
4- Prudencia y rigor
Fátima Castaño hace hincapié en el rigor científico. “Los mensajes han de ser rigurosos y lo más científicos que podamos, y si das opiniones, vale, pero que quede claro que lo son, que no son recomendaciones”, profundiza.
Resalta la psicooncóloga que claro que “ayuda que personas públicas pongan en los medios un problema social que no repercute en unos pocos”, sino en una “comunidad ingente”, la de los afectados y afectadas por el cáncer (también sus familiares y allegados). Estamos hablando, en realidad, dice Castaño, de una prioridad de “salud pública”.
Y hacerlo de “una manera natural”, como a su entender consiguió Sémper, “sin dramatismo pero sin caer en estridencias”, constituye otra clave.
Aguilar pone el acento en la elección del tono, no sólo del momento. “La planificación emocional del mensaje, desde el silencio previo hasta el tono del anuncio, es tan importante como el contenido”, argumenta.
5- Cuidado con las afirmaciones generalistas
La psicooncóloga considera que Sémper yerra en un aspecto.
En la entrevista en onda Cero asegura que las emociones y reflexiones que está atravesando son las que atraviesan las personas afectadas.
Cuidado con este tipo de manifestaciones “generalistas”, enfatiza Castaño. “Cómo afrontan las personas su diagnóstico y potenciales tratamientos depende de muchos factores, recursos personales y circunstancias sociales, familiares y económicas”.
De ahí que la experta recomiende “no erigirse en modelo de nada”. “Un mismo diagnóstico puede tener evoluciones diferentes”, recuerda.
Y aporta un matiz: “Dejemos de lado las frases hechas como ‘de esto se sale’ o ‘nos curamos’ porque no todo el mundo vivirá las mismas circunstancias y no todo el mundo dispone de los mismos recursos”. “Estos mensajes sí pueden generar rechazo”, concluye.