Se trata de una problemática que afecta a empresas cuya operación está consolidada desde hace décadas, como Motorola y Samsung, como así también a nuevos jugadores que buscan disputar la predilección del usuario argentino por el acceso a nuevas tecnologías móviles.
En los últimos años, el mercado gris en el país pasó de representar apenas un 1% de las ventas a un 20% de manera regular, alcanzando picos del 30% en fechas clave como el Día de la Madre o Navidad. Esto ocurre principalmente cuando la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el dólar blue se estabiliza, lo que incentiva a operadores informales a importar dispositivos sin pagar impuestos ni aranceles.
El reflejo de las dificultades económicas, sumado a las exigencias regulatorias del país deja expuesto, por otro lado, la creciente demanda por tecnología accesible. Aunque a corto plazo la compra de teléfonos ilegales puede parecer una solución para los consumidores, a largo plazo genera distorsiones que afectan tanto a la industria como a la calidad de los servicios tecnológicos disponibles.
Para Samsung Argentina, la modalidad informal de compra de celulares representa el 36% de lo que suelen vender en la gama premium, donde los últimos modelos de las líneas Galaxy S o los plegables Z Fold y Z Flip son de los más buscados. De hecho, estiman que dos de cada diez dispositivos de esta clase son adquiridos de forma ilegal.
«Es algo que nos preocupa, que estamos empezando a conversar con algunos funcionarios del gobierno a ver cómo se puede atender. Creemos que es un tema de seguridad nacional, porque no solo hay evasión de impuestos, lo cual la competencia no es justa comparada a un precio de un producto de mercado, sino que creemos que estos productos obviamente entran por fronteras«, confesó Rodolfo Romeo, Director de la división Mobile de Samsung Argentina.
El impacto económico no es menor: los fabricantes nacionales deben lidiar con una caída del consumo formal que fue del 60% y ahora decreció al 40% al compararlo con el año pasado, mientras intentan cumplir con regulaciones como certificaciones eléctricas, homologaciones de conectividad del ENACOM y garantías oficiales.
Mercado Libre y redes sociales como Facebook Marketplace e Instagram suelen ser algunas de las plataformas predilectas para encontrar estos dispositivos. Según denuncian en la industria, en algunos casos incluso se promocionan allí celulares de «dudosa procedencia».
Además, pequeños comercios, conocidos como “cuevitas”, ofrecen equipos a precios que pueden ser hasta un 50% más bajos que en tiendas oficiales.
Mercado gris: los riesgos de comprar celulares no oficiales
El beneficio es claro: un precio más bajo. Sin embargo, lo barato puede salir caro. Muchos de estos teléfonos suelen presentar problemas como cargadores incompatibles con la corriente local o falta de conectividad óptima.
«Al cliente no le podés garantizar que el teléfono funcione correctamente. Esto implica, entre otras cosas, tener problemas con aplicaciones, que no te aparezcan en el Play Store, porque el teléfono figura en otro país. Entonces el consumidor puede terminar sufriendo un mal trago, algo que pareció muy barato y, estaba bueno comprarlo, después a futuro trae sus consecuencias».
Al adquirir un celular en un punto de venta autorizado, el usuario accede a la garantía oficial del fabricante, que cubre defectos de fábrica y problemas técnicos sin costo adicional durante el período de garantía. Además del soporte técnico confiable en centros de asistencia autorizados, donde el teléfono dañado reciben atención calificada y repuestos originales.
«El problema no es que no queramos repararlo. Puede ser que el teléfono no tenga partes disponibles, entonces el equipo de servicio no puede hacer nada porque, por ejemplo, el display no está en el país o no se importó. Tampoco es una limitación específica nuestra: si el cargador no tiene las patitas adecuadas para la región, tampoco se puede utilizar. Esto es algo que debe abordarse en conjunto con varios organismos del gobierno», explicó Germán Greco, executive director y gerente general de Motorola Mobility para Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
Los celulares comercializados legalmente están certificados para su uso en Argentina, lo que garantiza que el dispositivo funcionará correctamente con la red eléctrica local. Esto incluye cargadores y cables adaptados a las normas de seguridad del país, reduciendo riesgos de sobrecargas o fallas eléctricas.
Aunque los equipos adquiridos en el mercado gris son originales, carecen del respaldo directo de la marca, lo que afecta garantías, los componentes, las actualizaciones de software y el soporte técnico que las empresas suelen brindar.
Qué es el mercado gris y cómo lo combaten los gigantes tecnológicos
El mercado gris de celulares se refiere a la comercialización de dispositivos electrónicos que son legítimos, no falsificados, pero que ingresan al país o se venden por canales no oficiales. Este fenómeno es común en muchos países, pero en Argentina comienza a ser alarmante: aumentó más de 10 veces en menos de un año, pasando de menos de 1% durante 2023, a más del 20% durante el primer semestre de 2024.
Este comercio se nutre especialmente en aquellos lugares donde los impuestos de importación, las restricciones aduaneras y el costo de comercialización elevan significativamente los precios de los dispositivos tecnológicos. Un dato a tener en cuenta: Argentina tiene un IVA del 21%, mientras que ese gravamen en Estados Unidos apenas es de 7%.
Los celulares del mercado gris suelen ser adquiridos en el extranjero, en mercados con precios más bajos de diferentes partes del mundo, para luego ser revendidos en el país de destino sin pasar por los canales oficiales del fabricantes, lo que los convierte siempre en una opción atractiva para muchos compradores.
Los fabricantes tienen identificados los principales orígenes de los celulares ilegales: cargamentos provenientes de Miami, el Caribe, Paraguay y hasta de Medio Oriente. Los registros surgen de la activación de los equipos, ni más ni menos que cuando el comprador lo enciende por primera vez.
Cada dispositivo lleva consigo un IMEI (Identidad Internacional de Equipo Móvil) que permite rastrear su procedencia y autenticidad. Se trata de un número único de 15 dígitos, similar a una huella digital o un DNI. Los primeros 6 indican el país de fabricación, los 2 siguientes señalan el fabricante, los restantes 6 corresponden al número de serie del dispositivo y el último dígito confirma que efectivamente este código es válido.
A todo esto, los fabricantes y operadoras de telefonía móvil lo utilizan para bloquear el dispositivo en caso de robo, liberar teléfonos bloqueados, gestionar garantías o conocer su procedencia.
«En cuanto aparecieron las cuotas, los precios se empezaron a ajustar, empezó a haber más capacidad de compra, bajó de vuelta el porcentual de activación que hay del mercado gris contra nuestro bruto. Así que seguiremos haciendo esas cosas. Por ejemplo, el canal, por dónde va el mercado gris ya lo tenemos identificado, qué tipo de actividades hay que hacer», aseguró Germán Greco.
Para enfrentar esta problemática, las empresas le solicitaron al gobierno un mayor control en aduanas y puntos de venta, además de políticas que nivelen la competencia. Según datos a los que tuvo acceso Clarín, uno de los fabricantes estima que ingresan 50 mil celulares del contrabando por semana.
«Nubia tiene como objetivo establecer una presencia sólida y duradera en el mercado argentino. Para lograrlo, estamos invirtiendo en una marca fuerte y un portafolio de productos de alta calidad que se conecten con lo que apasiona al consumidor local. Creemos que al ofrecer una excelente experiencia al cliente y competir de manera justa, podremos luchar para reducir el mercado gris y garantizar que los consumidores argentinos disfruten de todos los beneficios de nuestros productos. Nuestra estrategia es jugar fuerte el partido oficial», admitió Hang Song, Country Manager de Nubia Mobile Devices para Argentina, Uruguay y Paraguay.
«Con el gobierno compartimos el mismo dolor. No se trata solo de que no se pagan los impuestos para importar el producto, sino tampoco los impuestos de comercialización, como el IVA o Ingresos Brutos. La pérdida en términos de recaudación impositiva es grande. También creemos que es un tema de seguridad, o sea, esto no se puede manejar. Nosotros hoy por hoy también estamos tratando de hablar con nuestro principal partner de e-commerce», reconoció Romeo.
En México, fabricantes como Samsung, Motorola, ZTE y Oppo comenzaron a bloquear celulares del mercado gris, alegando que estos dispositivos no cumplían con las normativas locales de seguridad y telecomunicaciones. La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) intervino, enfatizando la importancia de respetar las regulaciones, pero también defendiendo la libertad de compra de los usuarios.
Un enfoque como el que aplicó la administración de Andrés Manuel López Obrador podría ser un paso adelante a nivel local, aunque Samsung y Motorola -quienes se reparten más del 85% del mercado- están de acuerdo en que esa no es la solución definitiva. Incluso para las nuevas marcas que comienzan a competir.
«No hay que castigar al que compra, sí accionar sobre el que vende«, expresaron al unísono.
No obstante, ambos gigantes de la tecnología en argentina coinciden que hace falta la implementación de normativas claras y el compromiso de todas las partes involucradas.