Nacida con el nombre de Catalina Worsley, ingresó a la familia real cuando en 1961 se casó con el príncipe Eduardo, duque de Kent, cinco años después de conocerlo cuando estaba destinado en un cuartel militar en el norte de Inglaterra.
El Palacio de Buckingham anunció que la duquesa murió en paz el jueves por la noche en su residencia del Palacio de Kensington, rodeada de su familia.
«El Rey, la Reina y todos los miembros de la familia real se unen al Duque de Kent, sus hijos y nietos en el duelo por su pérdida, y recuerdan con cariño la devoción de toda la vida de la duquesa a todas las organizaciones con las que estuvo vinculada, su pasión por la música y su empatía por los jóvenes», declaró el Palacio en un comunicado.
La duquesa será recordada sobre todo por su estrecha relación con el torneo de tenis de Wimbledon, donde desde 1969 ayudó a repartir los trofeos a quienes se consagraban en el histórico césped inglés.
Una de las imágenes icónicas del tradicional certamen es cuando la duquesa buscó consolar a la checa Jana Novotna, quien rompió en llanto tras perder la final de individuales en 1993 y ella le dio literalmente un hombro para llorar.