La fiscalía había solicitado una pena de siete meses de cárcel, teniendo en cuenta sus antecedentes (el acusado ya fue condenado por delitos de robo y tráfico de drogas), mientras que la defensa había pedido la absolución de Bachmann alegando que no fue él quien escribió esas palabras.
El juicio, que comenzó el 19 de abril, estuvo marcado por las formas desafiantes de Bachmann, que se negó a declarar y usó una cinta negra cubriéndole los ojos, así como por las concentraciones, pequeñas pero ruidosas, tanto a su favor como en su contra en la puerta del juzgado.
Bachmann, de 43 años, ha estado rodeado por la polémica desde que en octubre de 2014 puso en marcha el movimiento Pegida, que en sus momentos de mayor auge llegó a congregar a unas 25.000 personas en sus concentraciones de todos los lunes en Dresde, aunque en las últimas convocatorias suman apenas 3.000 simpatizantes.
La mayor controversia hasta el momento fue la que generó la filtración de una fotografía suya en la que aparecía posando como Hitler, lo que le llevó a abandonar temporalmente el liderazgo de Pegida, que recuperó poco después.