Aquellos últimos días de enero de 1998 eran tan tórridos como los de ahora en la ciudad de Esquina. La siesta estaba prohibida para las salidas, salvo que la incursión estuviese destinada para llegar al balneario y mitigar el calor en las aguas del río; una vez que caía el sol la actividad pueblerina se concentraba en los clubes donde las tradicionales comparsas preparaban su salida a los corsos. En ambos lugares dicen haber visto a Migue Ángel Bejarano, un chico de 9 años que escapó de su hogar para zafar de la reprimenda de sus padres, y nunca más volvió. Un misterio abierto hace 27 años.
La desaparición se produjo el 25 de enero de 1998, ayer se cumplió un nuevo aniversario. Un enigma sedimentando sobre pistas que conducían a callejones sin salida. Tan infructuosa resultó la investigación que la familia Bejarano carga con el dolor de un interrogante abierto: la cara de un niño inalterable en una foto que envejece sin remedio. Miguel Ángel es el Loan de Esquina. Uno de los varios niños perdidos en la provincia cuyo paradero es -lamentablemente- una estadística.
En tiempo de incertidumbre por el destino incierto del niño de la localidad de 9 de Julio, el caso de Miguel Ángel se enlista entre los expedientes sin cerrar. El año pasado la familia Bejarano volvió a reclamar a la Justicia por una respuesta.
Miguel Ángel era el mayor de seis hermanos, familia humilde. Escapó una siesta de la reprimenda de sus padres, corrió hasta una plaza cercana a su casa y ya no volvió.