Me tienen tan custodiado que no puedo ni ir al baño solo


Rodeado de uniformes de todos los colores el capo narco Miguel Angel «Mameluco» Villalba (60) declaró este miércoles en el juicio por el secuestro y crimen de Candela Sol Rodríguez (11) un caso que conmociono a los argentinos allá por agosto de 2011 y aun hoy esta lleno de puntos oscuros.

Villalba -que en un momento se candidateó para intendente de San Martín por el Peronismo Federal– es considerado un preso de «alto riesgo», por eso ayer tenía destinados, solo para seguir sus movimientos, a cuatro hombres del Grupo Especial de Intervenciones (GEI) del Servicio Penitenciario Federal.

Armados como para la guerra y con capuchas que ocultan sus rostros (por seguridad) los hombres del GEI se encargaron de que nada ocurriera en su traslado desde el Complejo Penitenciario I de Ezeiza a los Tribunales de Morón. Cancelaron el uso de los ascensores como medida de seguridad y montaron un operativo exclusivo para que Villalba pudiera ir al baño.

«Un, dos, tres ¡vamos!», bromeó «Mameluco» al ver el despliegue. Después, al declarar ante los jueces del Tribunal Oral 6 rezongó un poco por los recaudos que se toman para con su persona: «Ni al baño puedo ir solo», se lamentó.

El testimonio como imputado de Villalba duró apenas nueve minutos. Hablo sin interrupciones y nadie le preguntó nada. Pareció mas una catarsis que una indagatoria.. «Todos los días me pregunto por qué estoy en esta causa. Estar acá no es cómodo«, aseguró.

Vestido con una remera verde Lacoste, zapatillas Nike y campera naranja, el capo narco de San Martín dijo vivir «un calvario» y agradeció que le hayan permitido ir a declarar. «Hace 13 años que tengo esta mochila, y duele«, remarcó.

«Estoy en contra del secuestro porque me secuestraron dos veces«, afirmó al insistir en su rechazo a este tipo de delito, que dijo odiar, y agregó que en el penal de Ezeiza está aislado. Ahora deberá esperar hasta el lunes parea escuchar el alegato del fiscal. Por el humor que mostro en la audiencia se nota que tiene esperanzas de que lo absuelvan como el autor material del crimen de Candela.

Villalba llegó a los tribunales de Morón en medio de un operativo de seguridad diseñado especialmente para él. Su condición de preso «de alto riesgo» obligó al tribunal a cambiar su idea original de que el capo narco fuera en persona a todas las audiencias del juicio.

Aunque en las dos primeras audiencias de debate -el 6 y 7 de marzo- «Mameluco» fue trasladado desde el Complejo Penitenciario I de Ezeiza a los tribunales de Morón, finalmente los jueces del Tribunal Oral Criminal N° 6 aceptaron los argumentos de las autoridades de Seguridad y ordenaron que Villalba asistiera al juicio de manera remota.

Miguel Ángel «Mameluco» Villalba, en el «juicio Candela 2». A la izquierda, otro de los juzgados, «El Topo» Moreira.

La de este miercoles fue una excepción a la regla. Lo trasladaron porque ya estaba fijada su declaración indagatoria, y la importancia de ese acto ameritaba su presencia física en la sala.

La de este miércoles fue la segunda declaración de «Mameluco» en el caso Candela, pero la primera como imputado. El narco fue citado como testigo en el primer juicio oral, que en 2017 terminó con tres condenas.

Por entonces, además de declarar que nada había tenido que ver con lo ocurrido, sostuvo que el secuestro de la nena había sido «un vuelto por plata del narcotráfico».

Carola Labrador estuvo presente en las primeras audiencias hasta que, sorpresivamente, desistió de ser querellante y no concurrió más. Foto Luciano Thieberger.Carola Labrador estuvo presente en las primeras audiencias hasta que, sorpresivamente, desistió de ser querellante y no concurrió más. Foto Luciano Thieberger.

En esa ocasión advirtió, apuntando a Carola Labrador y «Juancho Rodríguez, papás de la nena: «Los secuestros se hacen por plata. Y no se hacen sin saber que el otro tiene para pagar. Cuando a uno le empieza a ir bien, sabe que se tiene que cuidar hasta de los amigos». Algo de lo que ahora no dijo una palabra.

Pasaron casi siete años de esa declaración testimonial. Villalba pasó de testigo a acusado. Pero no fue lo único que cambió: en este juicio, Carola Labrador decidió renunciar a su rol de particular damnificada, tras una semana de audiencias.

Tras declarar en el juicio por el caso Candela, "Mameluco" Villalba fue trasladado nuevamente al penal de Ezeiza.Tras declarar en el juicio por el caso Candela, «Mameluco» Villalba fue trasladado nuevamente al penal de Ezeiza.

En esta oportunidad, «Mameluco» lamentó la ausencia de la mamá de Candela en la audiencia. «Me hubiese gustado que esté acá. Yo también llevo esta mochila, que entiendan mi dolor«, señaló.

Tras su declaración, y mostrándose de excelente humor, Villalba fue trasladado por el Grupo Especial de Intervención (GEI) del Servicio Penitenciario Federal (SPF).

Mucha suerte”, fue su mensaje de despedida para el resto de los acusados en este juicio.

El juicio Candela 2

El que arrancó en los tribunales de Morón es el llamado «juicio Candela 2» y los cuatro personajes del banquillo de los acusados son más complejos. Incluso hay uno, el carpintero Néstor Altamirano (62), que aparece totalmente descolgado del perfil del resto del grupo.

A él se lo acusa de haber sido quien alimentó a la víctima durante su supuesto cautiverio en la llamada «casa rosa», ubicada en Kiernan 992.

Los papá de Candela, en el primer juicio, donde condenaron a Hugo Bermúdez (perpetua) y a Leonardo Jara (perpetua) y Fabián Gómez (4 años).Los papá de Candela, en el primer juicio, donde condenaron a Hugo Bermúdez (perpetua) y a Leonardo Jara (perpetua) y Fabián Gómez (4 años).

El personaje principal del juicio es «Mameluco» Villalba, uno de los narcos más pesados de San Martín, un histórico que en su momento quiso ser intendente. A él se lo acusa de mandar a secuestrar a Candela como una venganza narco contra Alfredo «Juancho» Rodríguez, el papá de la nena.

Al momento del secuestro, Rodríguez estaba preso acusado de piratería del asfalto. Cuando los investigadores le preguntaron quién querría perjudicarlos, nombró a varios narcos de la zona (no a «Mameluco») y a Héctor «El Topo» Moreira (53), confeso buchón de la Bonaerense.

Según «Juancho», un compañero de la cárcel le había comentado de que «El Topo» andaba diciendo que él sobrevolaba las villas de San Martín con un helicóptero de la Policía Federal, marcando gente.

Candela Sol Rodríguez tenía 11 años.Candela Sol Rodríguez tenía 11 años.

Moreira es el segundo acusado en importancia en el juicio. De acuerdo a la composición de lugar del fiscal Mario Ferrario, fue «El Topo» quien convenció a «Mameluco» que «Juancho» Rodríguez lo había entregado a la Policía Federal (para encubrir que, en realidad, había sido él el traidor).

A Moreira también se lo señala como la persona que secuestró a la nena el 22 de agosto de 2011 en la camioneta Ford EcoSport de su sobrina, junto al esposo de ésta, el policía de la Bonaerense Sergio Chazarreta (55), el tercer pesado del caso «Candela 2». Nueve días después los asesinos tiraron su cuerpo dentro de una bolsa en la colectora de la Autopista Oeste.

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