Una mujer fue víctima de un robo el fin de semana, mientras esperaba el colectivo en barrio San Martín para ir a trabajar. Los malvivientes la abordaron y tras amenazarla con un cuchillo y atacarla, se apoderaron de sus pertenencias. Piden más patrullajes en la zona.
Violencia en Barrio San Martín.
Respecto a lo sucedido, Mercedes, la víctima, decidió hacer público lo ocurrido y manifestó: “eran las 7:20 de la mañana y como cada mañana me diría a trabajar, estaba en la garita y pasan tres chicos que vi que tenían una actitud sospechosa, entonces me metí adentro (de la garita)”, y continuó: “uno de ellos se metió y me apuntó con un cuchillo, me puso el cuchillo en el pecho y me dijo ‘dame el celular’, y me insulta, entonces yo le respondí y salió otro de atrás que me arrastró, me tiró de la garita y volvió a arrastrarme hacia atrás”.
En ese momento, la mujer dijo que sintió como se cortó la tira de su cartera, y aprovechando esto, los malvivientes escaparon con sus pertenencias. “A los dos o tres minutos llegó la policía y yo no me acordaba el nombre de mis hijos, nada, por el shockMe llevaron a la comisaría y ahí empecé a acordarme”.
Así, la mujer expresó: “hoy por hoy no salgo a ningún lado, si no vienen mis hijas me quedo encerrada, tengo miedo de salir. Mi hija más grande ayer (por el martes) me llevó a comprar acá a la vuelta, pasó una moto y me quedé dura, no podía caminar. Mi hija me decía que tengo que agarrar coraje y salir, dejar de tener miedo”.
En este sentido, la víctima lamentó que los ladrones se llevaron toda su documentación, tarjetas, dinero y su celular, pero también sus aparatos e insulina, dado que es diabética: “se llevaron todo, no me dejaron nada”, expresó y dijo: “lo ideal sería que patrullen más desde las 6 a las 7:30, porque en la zona está el periférico, la guardería, el jardín, la escuela secundaria. Que se queden efectivos cuidando la zona porque es re feo pasar esto, y es la primera vez que me pasa, me apuntaron con un cuchillo y otro me arrastró, tengo un montón de golpes en las rodillas, cortes en las piernas y brazos. Justo en ese momento no pasaba nadie”.
“Yo le pegué dos piñas a uno, pero después reaccioné pensando si me cortaba con ese cuchillo, uno no piensa de la impotencia lo que puede llegar a pasar”, señaló finalmente y cuestionó: “veo muchas abuelas que llevan a sus nietos por la mañana a la escuela por temor a que les pase algo, porque esto se ve todas las mañanas. Sería bueno que pongan un policía o patrulla en la garita”.