El presidente iraní, Ebrahim Raisi, dijo que los autores «de este acto cobarde pronto serán identificados y castigados por su acto odioso por las capaces fuerzas de seguridad y del orden público», y la Casa Blanca negó que Estados Unidos e Israel hayan estado involucrados en el hecho.
«Los enemigos de la nación deben saber que tales acciones nunca podrán perturbar la sólida determinación de la nación iraní», señaló Raisi en un comunicado.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, también prometió una «dura respuesta» para los culpables del ataque.
«Los malvados y criminales enemigos de la nación iraní volvieron a crear un desastre y martirizaron a un gran número de personas queridas en Kerman», dijo en una declaración, citada por la agencia de noticias AFP.
El ataque, que no fue reivindicado de inmediato por ningún grupo y que Irán calificó de «terrorista», ocurrió en medio de altas tensiones en Medio Oriente por la ofensiva de Israel contra Hamas en los territorios palestinos de la Franja de Gaza y un día después de la muerte del número dos del grupo islamista palestino en un ataque presuntamente israelí en el Líbano.
La TV estatal y otros medios públicos de Irán, citando a testigos y fuentes de seguridad, dijeron que una primera explosión de menor intensidad fue seguida de otra más fuerte a los 20 minutos al paso de una multitud que se dirigía a un cementerio de la ciudad de Kerman, capital de la provincia del mismo nombre, donde está sepultado Soleimani.
Canales de televisión habían mostrado imágenes de miles de personas reunidas en el lugar, cerca del cementerio, por el cuarto aniversario del asesinato de Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, que murió en un ataque de drones estadounidenses en Irak en enero de 2020.
El Gobierno iraní decretó luto nacional por el atentado, y el ministro del Interior y comandante de la Guardia Revolucionaria, Ahmad Vahidi, dijo que no quedará impune.
«Aquellos que perpetraron estos crímenes deberían esperar una respuesta decisiva y contundente por parte de las fuerzas de seguridad y de aplicación de la ley iraníes», dijo Vahidi, sin apuntar contra nadie en particular como autor del atentado.
El ministro dijo que la primera bomba detonó alrededor de las 15 y la otra estalló unos 20 minutos más tarde, y que la segunda mató e hirió a la mayoría de las víctimas.
Israel es señalado como responsable de varios ataques selectivos contra individuos en Irán vinculados a su programa nuclear, pero no de atentados masivos.
Grupos musulmanes sunnitas, como el Estado Islámico, se han atribuido ataques a gran escala contra civiles en Irán, un país islámico pero de mayoría chiita, aunque no en Kerman, una provincia relativamente pacífica.
El jefe del Poder Judicial de Irán, Gholam Hossein Mohseni-Ejei, dijo que «los agentes y perpetradores de este grave crimen serán sin duda castigados».
«Los organismos responsables de inteligencia, seguridad y aplicación de la ley están obligados a buscar con prontitud todas las pruebas y a los autores y entregarlos al poder judicial», agregó en un comunicado.
No quedó inmediatamente claro qué causó las explosiones en Kerman, ubicada 820 kilómetros al sudeste de Teherán, la capital.
El vicegobernador de Kerman, Rahman Jalali, dijo que las explosiones fueron un «atentado terrorista», pero no acusó a nadie en particular.
«Estados Unidos no estuvo involucrado de ninguna manera y cualquier insinuación que lo contradiga es ridícula», declaró este miércoles por la tarde a periodistas el vocero del Departamento de Estado norteamericano, Matthew Miller.
«No tenemos ninguna razón para creer que Israel estuvo involucrado en esta explosión», agregó Miller, quien rehusó señalar quién pudo haber llevado a cabo el ataque.
Una mujer dijo a la TV estatal que una de las bombas explotó dentro de un tacho de basura en una calle que va a la mezquita donde descansan los restos de Soleimani.
«No estoy herida, pero tengo sangre en la ropa. Yo acababa de cruzar la calle cuando explotó la bomba», contó.
La agencia de noticias iraní Tasnim, vinculada a la Guardia Revolucionaria, afirmó que las bombas estaban en dos bolsas.
«Los autores (…) detonaron aparentemente las bombas por control remoto», añadió, citando a fuentes de seguridad no identificadas.
Según Tasnim, la primera explosión ocurrió a 700 metros de la tumba, cerca de una playa de estacionamiento.
La multitud huyó en estampida por una calle donde ocurrió el segundo estallido, a un kilómetro de la mezquita donde está enterrado Soleimani, dentro del cementerio.
Soleimani fue el arquitecto de las actividades militares regionales de Irán y es aclamado como un héroe nacional entre los partidarios de la teocracia iraní.
Sin embargo, Estados Unidos lo acusaba de haber ayudado y armado a milicias iraquíes que mataron o mutilaron a decenas de soldados estadounidenses durante la invasión de Irak y la subsecuente guerra (2003-11).
Irán tiene múltiples enemigos que podrían estar detrás del ataque, incluidos grupos de exiliados y organizaciones separatistas armadas.
Irán ha apoyado a Hamas, así como al movimiento chiita libanés Hezbollah y a los rebeldes hutíes de Yemen.
La oficina política de los hutíes condenó los «ataques criminales» en el aniversario del «martirio» de Soleimani.
«Este crimen atroz representa una extensión de todos los crímenes que intentaron socavar la República Islámica, su papel al enfrentar la arrogancia global, su adopción de la causa central de la nación y su apoyo a las fuerzas de resistencia en Palestina y el Líbano», dijo la milicia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el atentado en Irán fue «escandaloso por su crueldad y su cinismo».
«El asesinato de gente pacífica que visitaba un cementerio es escandaloso por su crueldad y su cinismo», dijo Putin en un mensaje enviado a su homólogo iraní y al líder supremo Jamenei, informó el Kremlin.
«Condenamos firmemente el terrorismo en todas sus formas», agregó el presidente ruso.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, también ofreció sus condolencias por los «atroces ataques terroristas».
Raisi tenía previsto visitar Turquía este jueves.
La muerte de Soleimani ha provocado grandes procesiones en el pasado.
En su funeral en 2020, se desató una estampida que dejó 56 muertos y más de 200 heridos mientras miles de personas atestaban la procesión.