Los negocios inmobiliarios de la Armada Argentina en Mar del Plata


No es secreto que de las tres fuerzas militares fue la Armada Argentina la que más incursiono en los delitos económicos y fraudes inmobiliarios. Es que durante la última dictadura militar no sólo se atrevieron a la apropiación de menores sino también al robo sistemático de propiedades que luego, como si se tratara de un “botín de guerra”, fueron repartidos o administrados dentro de la misma institución. Así fue como en el 2014 la Unidad de Información Financiera (UIF) solicitó al juez federal Sergio Torres ser parte querellante en la causa que investigaba la incautación de bienes de los secuestrados en el centro clandestino que funcionaba en la Escuela de Mecánica de la Armada durante el Terrorismo de Estado.

El informe de la UIF demostró que mediante un aceitado sistema se llevaban los autos de las víctimas y el dinero que encontraban, se quedaban con las casas, con las empresas y pudo determinar que en el sótano de la ESMA funcionaba una imprenta donde se confeccionaba la documentación ilegal necesaria para efectuar las transferencias de dominio de los bienes expropiados a las víctimas.

El curro de los Derechos y no tan Humanos

Esta modalidad también existió en “La Feliz”, donde funciono un Centro Clandestino de Detención dependiente de la Armada durante la última dictadura. En muchos de los testimonios ventilados en las causas de lesa humanidad se pudo escuchar a las victimas relatar como durante el operativo de secuestro llegaban “camiones de la Base” y cargaban los muebles mientras el resto del personal robaba los objetos de valor.

Además de relatos que dan cuenta que haber firmado papeles y escrituras bajo amenazas o tormentos. Pero esta fascinación por hacer negocios con lo ajeno fue más allá del último golpe militar. En Mar del Plata parte los terrenos donde funcionaba la ESIM (Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina) y que servía a su vez para alojar detenidos desaparecidos, fueron cedidos en 1990 al empresario Claudio Tutundjian que construyo el parque marino Aquarium, dejando parte de las celdas utilizadas por la represión debajo de la pileta de los orcas y delfines.

En junio de 1996 el oceanario fue beneficiado con un convenio marco de cooperación durante la gestión del intendente radical Elio Aprile, aunque nunca se supo con certeza a quien le pagaba Tutundjian por el uso de esa superficie perteneciente a la Armada. Tampoco quedo clara la maniobra inmobiliaria que en 1999 haría este mismo empresario en el espacio del Faro de Mar del Plata para montar “Había una Vez”, un parque de diversiones construido en el mismo sitio donde funciono un Centro de Tortura y en donde aún hoy existen relatos de posibles cuerpos allí enterrados.

El proyecto no prospero comercialmente y en medio de denuncias de organismos de Derechos Humanos cerró sus puertas tiempo después. Finalmente en marzo del 2014 fue señalizado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación como ex Centro Clandestino de Detención y desde entonces funciona ahí el Faro de la Memoria, un espacio cultural de recuperación testimonial. Aunque esto no detuvo en el 2016 a la entonces ministra de seguridad de la nación Patricia Bullrich que intento instalar en ese mismo lugar una base operativa de la Policía Federal.

Hacete amigo del Intendente

Otra “iniciativa” comercial comenzó el 19 de marzo de 2019 cuando el entonces intendente Carlos Fernando Arroyo (Pro/Cambiemos) dio a conocer un acuerdo donde cedía a Augusto Osvaldo Menecier, un suboficial de Inteligencia Naval retirado que en 1980 opero en la ESMA con el grado CIAS (Armas Submarinas), 2 hectáreas linderas al Faro de la Memoria, para la realización del Camping Luis Piedrabuena.

Estos terrenos que pertenecían al Ministerio de Defensa y fueron donados a la Municipalidad de General Pueyrredón, ya habían sido expropiados por el ex militar que se negó varias veces a retirarse ante el pedido de las autoridades. El contrato (un negocio redondo) cedía a Menecier las tierras por 5 años aplicando un cannon de 80 mil pesos anuales por parcelas de mucho valor inmobiliario que ya venía usurpando y por el que existía un juicio de desalojo.

Guillermo Montenegro

Cuando ese mismo año asumió como intendente Guillermo Montenegro (Juntos por el Cambio), un ex Fiscal Federal en Comodoro Py que se desempeñó como Ministro de Justicia y Seguridad durante el gobierno Mauricio Macri como Jefe porteño y que fue responsable en 2013 de la represión de pacientes y personal de salud del Hospital Borda, tampoco se esclareció esta situación irregular entre la Armada, Menecier y el municipio.

Algo que no sorprende si tenemos en cuenta que Montenegro es hijo del Capitán de Fragata Guillermo José Montenegro, un reconocido submarinista que revistió en la Base Naval de Mar del Plata como Capitán del ARA Salta entre 1974 y 1977, que aparece en los listados de la causa ESMA, ya que formaba parte de esa Fuerza como “Cuerpo de Combate” durante el Terrorismo de Estado y que es mencionado en la causa Nª 3300447/2004 por delitos de lesa humanidad contra Roberto Luis Pertusio, director de la Escuela de Submarinos entre 1976 y 1977 y responsable máximo de la Base Naval en tiempos de dictadura.

Según se desprende de la causa de Pertusio, Montenegro padre había calificado en un informe al represor Horacio Roque Vargas, que se desempañaba como Jefe de Contrainteligencia en la Central de Inteligencia con destino en la Fuerza de Submarinos entre 1979/1980.

Montenegro, que antes de ser intendente de Mar del Plata había declarado que “amaba San Isidro”, fiel a su política de privatización de los espacios públicos, además de ignorar el conflicto legal de los lotes robados por Menecier al municipio, impulsó en el 2022 un proyecto para conferirle esas tierras a la Sociedad de Fomento Faro Norte a la vez que habilitó la firma de un convenio entre el municipio y la asociación vecinal por un canon de 250 mil pesos mensuales. De esta manera su gestión permitió que la entidad barrial pudiera subarrendar el uso de ese espacio a un tercero.

Los negocios inmobiliarios de la Armada Argentina en Mar del Plata
Faro de la Memoria

Negocios inmobiliarios

En este caso a Matías Iriarte y su empresa Burbarrel S.A para la construcción de La Restinga London Dry Gin, un bar y destilería de gin. Iriarte ya había tratado años antes de ingresar a esos terrenos a través de una falsa asociación civil que había creado el ex marino. La firma presentó el estudio de impacto ambiental y en la actualidad avanza el proyecto que se desarrolla sobre calles internas que dan cuenta que ese lugar era parte de la ex ESIM y que no pueden desprenderse de la totalidad de lo que fue el Centro Clandestino de Detención que ahí funciono durante la última dictadura.

Ahora con el anuncio del cierre definitivo del Aquarium, el intendente promueve la idea de construir una mini ciudad sobre la playa, violentando todos los indicadores urbanísticos e impulsando a privados a construir por fuera de lo normado.

En la actualidad existe un intento por parte del Ministerio de Defensa de restringir el ingreso por el portón principal al Faro de la Memoria, en un claro ataque de los sectores negacioncitas del actual gobierno por afectar la accesibilidad pública y la impronta histórica del sitio. Mientras tanto el Colectivo del Faro de la Memoria resiste casi en soledad, encerrado como la única verdad entre las mentiras de dos oscuros emprendimientos comerciales.

Sueltitos

Otro dato histórico que une a la Armada con el sur de Mar del Plata y los militantes del Pro (ahora devenidos en libertarios como Montenegro) es que el Raúl Francos, el padre de Guillermo Francos, actual Jefe de Gabinete de Javier Milei, era el jefe de artillería del crucero 9 de Julio que bombardeo Mar del Plata el 19 de septiembre de 1955 en la denominada Revolución Libertadora. Por aquel entonces la zona más afectada por los cañones de la marina fue la misma que hoy está en el ojo de la tormenta por los incontables negociados con privados en tierras que son reserva forestal natural.

La actual directora del Faro de la Memoria es hija de desaparecidos y su propia madre fue secuestrada por un grupo de la Armada en donde estaba el Jefe de la Base Naval de Mar del Plata para luego ser conducida a la ESMA, no sin antes ser víctima del robo de 8 mil dólares, joyas y el intento de que entregara las escrituras de su casa a fuerza de golpes. El hombre que manejaba el Falcón verde en 1977 cuando fue detenida iba leyendo “Mi Lucha” de Adolph Hitler.

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