La sanidad privada testa una vez más la calidad de sus servicios, los tiempos y los días de espera en el Informe RESA 2024, elaborado por la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS).
Realizado con los datos de más de 600 centros de todas las comunidades autónomas, de los que 139 son hospitales; 115, centros ambulatorios; y 334, centros de reproducción asistida, mide la eficiencia, calidad y seguridad de la atención sanitaria privada en España, e identifica áreas de oportunidad para la mejora.
Tal y como señaló el presidente de la Fundación IDIS, Juan Abarca, durante la presentación del informe, las cifras muestran una mejora significativa hasta alcanzar los niveles prepandemia y confirman “la capacidad de resiliencia” de la sanidad privada para adaptarse a las necesidades de los pacientes.
“A pesar de los desafíos del sector privado, se mejora año a año”, señaló Abarca, quien destacó que el propósito pasa por conseguir los mejores resultados sanitarios posibles.
Espera en urgencias, cirugía y especialista
Los pacientes de la sanidad privada esperan una media de 7,4 minutos en el triaje de urgencias (por los 7,7 minutos de 2022) y 19,8 minutos hasta que les atienden (19,4 minutos en 2022).
Para tener una primera consulta con un especialista -se han analizado las especialidades de oftalmología, dermatología, traumatología, neurología, ginecología y obstetricia, y de cardiología- el tiempo que los pacientes de la sanidad privada tienen que esperar de media es de 14,6 días, algo menos que el registrado en el informe anterior, cuando era de 15,9 días.
En este sentido, el informe subraya la variabilidad en los tiempos de espera de citación, en particular en dermatología, donde oscila entre 1 y 50 días de espera según el centro.
Los pacientes de la sanidad privada tienen que esperar una media de 24,1 días para una intervención quirúrgica programada, cuando en 2022 ese tiempo era mayor, en concreto, de 27,3 días.
La tasa de cirugías sin ingreso ha pasado de 44,09 a 53,2 %.
Para la directora general de la Fundación IDIS, Marta Villaueva, los resultados son “contundentes y claros” y muestran la “visión de mejora constante dentro de la sanidad privada”.
Villanueva, quien presentó este informe, recordó que en la sanidad pública la espera media para la consulta con el especialista es de 94 días, y para una intervención quirúrgica es de 121 días.
Pruebas de radiodiagnóstico y procesos oncológicos
En cuanto a la espera para una prueba de radiodiagnóstico en la privada varía en función de la especialidad, de forma que para una mamografía es de 8,4 días (en 2022 era de 9,8), para un TAC es de 2,9 días (4 en 2022); y para una resonancia magnética es de 5,9 (7,7 en 2022).
El informe RESA también analiza los procesos clínicos oncológicos -tiempos de estancia y reingreso-, en concreto, en cánceres de colon, mama, pulmón y próstata.
Así, indican que la estancia media en hospitalización de pacientes ingresadas por cáncer de mama es de 1,6 días; de colon, 7,6; de pulmón, 6,3; y de próstata, 2,7, entre otros datos.
Además, detalla otros procesos clínicos como el de la fractura de cadera y muestra que el 68,8 % de los pacientes es intervenido en menos de 48 horas, con una estancia media en el hospital de 7,8 días.
Nuevos reconocimientos
Durante la jornada, la Fundación IDIS ha entregado 42 nuevos Reconocimientos “QH” a la Excelencia en la Calidad, 11 han renovado el sello y 14 han mejorado la categoría.
209 organizaciones asistenciales públicas y privadas ya tienen estos reconocimientos: hospitales privados (40 %), centros de especialidades y policlínicos privados (38%), hospitales públicos (16 %), mutuas (5 %), y otro centros públicos (1 %).
En la jornada también intervino, entre otros, la ex directora general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad Pilar Aparicio, quien tuvo unas palabras para resaltar la coordinación y cooperación entre el Ministerio y la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana tras la dana.
Aparicio subrayó, asimismo, la importancia de que la calidad asistencial llegue tanto a los centros públicos como a los privados y que el paciente esté en el centro de la actividad sanitaria.