El presidente de México, Andrés López Obrador, presentó esta semana una ambiciosa propuesta de reforma de la Constitución que busca dotar de contenido la campaña electoral de la candidata del oficialismo a sucederlo el 1 de octubre próximo, Claudia Sheinbaum, y al mismo tiempo «marcarle la cancha» al próximo Gobierno, evaluaron analistas.La iniciativa del presidente mexicano incluye tópicos muy diversos, que van desde promover el voto popular para la elección de jueces; reconocer a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos de derecho público; reafirmar el derecho a la pensión de adultos mayores a partir de los 65 años, y eliminar organismos públicos que obraban de «contrapeso» constitucional en cuestiones como el derecho a la información, entre otros.
AMLO, como se lo conoce popularmente al presidente por sus iniciales, entregará el cargo el 1 de octubre a su sucesor, aunque de acuerdo con todos los pronósticos será una sucesora, que saldrá de entre Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez, candidata por un gran bloque opositor que reúne al Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
¿Por qué ahora?
Cuando el mandatario anunció el envío al Parlamento de su lista de 20 reformas básicas (que en la mayoría de los casos requerirán una aprobación de dos tercios de los votos de cada una de las cámaras), surgió la pregunta: ¿Por qué un presidente que deja el poder en ocho meses y no tendrá probabilidad de buscar otra reelección expone su popularidad y pone en juego las posibilidades de su candidata detrás de tan gigantesco proyecto?Para Javier Oliva Posada, profesor investigador de ciencias políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la jugada del mandatario está dirigida a «condicionarle el mandato a la futura presidenta», aún en el caso de que sea Sheinbaum.
En charla con Télam, el catedrático arriesgó que la iniciativa representa el intento de AMLO de mantener autoridad más allá de los límites constitucionales, una manera de «marcarle la cancha» a quien lo sucederá con una serie de reformas que podrían ser tratadas en el próximo Parlamento surgido de los comicios de mitad de año.
En las elecciones de este año se elegirán 128 senadores y 500 diputados federales, además de que se renovarán ocho gobernaturas, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México (hoy a cargo de Sheinbaum) y representantes de las 16 alcaldías del Distrito Federal, lo que permite suponer un cambio radical en el panorama político del país.
Un vistazo a lo que vendrá
Oliva se mostró crítico de algunas de las iniciativas presentadas por AMLO, a las que calificó directamente como «antidemocráticas», como el caso de la promoción del voto popular para los jueces o la eliminación de los organismos descentralizados, que funcionan como una suerte de «contrapeso» frente al poder concentrado del Gobierno federal.
En cambio, según Fidel Flores, editor del portal Interés Público, AMLO ha concretado «una jugada maestra», porque al tiempo que «le da contenido y prácticamente edifica la propuesta electoral de Sheinbaum, marca la escasez de ideas de la propuesta de la oposición, en la que los tres partidos que la integran están más interesados en entrar en las listas de candidatos a la Legislatura para no perder sus espacios de poder ni el ingreso de sus salarios como parlamentarios».
AMLO ha concretado «una jugada maestra», porque al tiempo que «le da contenido y prácticamente edifica la propuesta electoral de Sheinbaum, marca la escasez de ideas de la propuesta de la oposición».
El editor añadió en declaraciones a esta agencia que el envío de la propuesta ahora tiene otro interés, que es el de darle a los votantes una pista sobre lo que tratará el próximo Congreso.
«En México la renovación de la Legislatura es automática, y entonces luego de las elecciones del 2 de junio, ya con la definición presidencial, los nuevos diputados y senadores asumirán sus bancas y de acuerdo a cómo salga el resultado, podrán tratar el proyecto con AMLO todavía en el poder, ya que el traspaso de mando se realizará el 1 de octubre», explicó Flores.
El presidente insistió estos días en la necesidad de las reformas que plantea, y de alguna manera confirmó lo que expresó Flores: «Puede ser que (la reforma) no pase ahora (en el Parlamento), pero puede ser que pase después. ¿Para qué son las elecciones? Es para recoger la opinión del pueblo en todo sentido, no sólo para elegir al presidente o presidenta, diputado, senador».
El periodista, quien no oculta su apoyo al presidente, admitió no obstante que algunos de los 20 puntos propuestos por AMLO podrían no ser lo mejor para el país, y en ese caso dijo que «como todo, se podrán analizar y mejorar, pero la mayoría de las reformas son muy buenas para lo que se ha dado en llamar la ‘cuarta transformación’ mexicana».
La mención a este proceso, también conocido como «la Cuarta T», refiere a que la historia del país reconoce tres momentos clave que son las batallas por la independencia (1810-182), el rechazo a la invasión francesa (1862-1867) y la Revolución (1910-1920) que terminó con la tiranía de Porfirio Díaz y de la que surgió la actual Constitución del 17.
«Le va a permitir al presidente poder seguir hablando de planes de Gobierno en plena campaña electoral, y dada su popularidad, podría jalar votos en favor de Sheinbaum»Tania Rosas
Tania Rosas, reportera de investigación del portal Eje Central, con más de 15 años en coberturas de política y anticorrupción, comentó a Télam que la propuesta «le va a permitir al presidente poder seguir hablando de planes de Gobierno en plena campaña electoral, y dada su popularidad, podría jalar votos en favor de Sheinbaum».
«Es facultad del presidente presentar las iniciativas que considere relevantes, de hecho hay propuestas que han sido bien vistas por su corte social; sin embargo, hay otras que significan un retroceso en materia de derechos adquiridos, entre ellos la desaparición de órganos autónomos», agregó Rosas, en coincidencia con la opinión de Oliva.
«Por ejemplo, el presidente plantea la eliminación del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (INAI), una institución que ha servido al periodismo para acceder a información sobre gasto público que el Gobierno ha querido reservar y mantener en la opacidad», explicó la periodista.
«Y tras revisar esa información que les obligaron a transparentar, en muchas ocasiones, nos damos cuenta que hay algún tipo de corrupción, ya sea por sobrecostos o porque los contratos se entregan a empresas fantasma, se le dan a los amigos del hijo del presidente o a familiares de funcionarios públicos», disparó.