Líderes de la Celac celebran la VIII cumbre con la mira puesta en la integración regional


Ralph Gonsalves primer ministro de San Vicente y Granadinas es el anfitrin de la cumbre Foto Vctor Carreira
Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y Granadinas, es el anfitrión de la cumbre. Foto: Víctor Carreira

San Vicente y las Granadinas será este viernes escenario de la VIII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), a la que asistirán una mayoría de jefes y jefas de Estado y en la que, bajo el impulso del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y otros líderes latinoamericanos, se buscará revitalizar el proceso de integración regional.El encuentro en Kingstown (capital del pequeño país insular caribeño que cuenta con poco más de 100.000 habitantes) será una oportunidad para que los mandatarios y representantes de las 33 naciones que integran la comunidad den continuidad y profundicen la agenda de 100 puntos fijada por consenso en la VII cumbre del mecanismo regional desarrollada el pasado año en Buenos Aires.

En aquella oportunidad los representantes de la Celac -bloque que incluye a todas las naciones que integran la Organización de los Estados Americanos (OEA) a excepción de Estados Unidos y Canadá- firmaron una declaración que estableció una hoja de ruta para un nuevo proceso de integración que apunte a «promover la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de los pueblos».

La seguridad alimentaria, la estrategia sanitaria, el cambio climático y el mantenimiento de la paz serán ejes centrales del próximo encuentro, cuya apertura estará a cargo del anfitrión primer ministro de San Vicente y Las Granadinas, Ralph Gonsalves, quien en esta cumbre traspasará a su par de Honduras, Xiomara Castro, la presidencia pro témpore (PPT) de la Celac.

Como invitado especial, a Kingstown también arribará el secretario general de la ONU, António Guterres, quien intervendrá en la inauguración de la cita con un llamado a «fortalecer la solidaridad en la región encontrar soluciones a problemas comunes como los conflictos armados y el crimen organizado», según recientes declaraciones de su portavoz, Stéphane Dujarric, citadas por la agencia cubana de noticias, Prensa Latina.

El titular de la ONU insistirá además en su llamado para «encaminar» a los países a alcanzar los «objetivos de desarrollo sostenible y abordar la emergencia climática», apuntó Dujarric.

Un dato de relevancia será la ausencia del presidente argentino, Javier Milei, ya que ese mismo día deberá encabezar la apertura de la Asamblea Legislativa en el Congreso Nacional.

Fuentes de la Cancillería argentina confirmaron a Télam que la canciller Diana Mondino tampoco viajará a la pequeña isla del Caribe, donde se encuentra el vicecanciller Leopoldo Sahores, que asistirá al encuentro en representación del país.

Hasta la llegada de Milei a la Casa Rosada, en diciembre pasado, la Argentina jugó un rol central en la consolidación del mecanismo regional creado en 2011, postura que solo bajó su intensidad durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019).

La presencia de Lula da Silva en el encuentro significa un giro en la dinámica de la región, ya esbozado durante el pasado cónclave en Buenos Aires, que significó el regreso de Brasil al bloque del que había quedado temporalmente excluido en el 2019 por decisión del ultraderechista Jair Bolsonaro.

El retorno de Brasil -una de las primeras medidas de política exterior del presidente Lula a comienzos de 2023, cuando asumió su tercer mandato- representa un factor clave para otro de los objetivos centrales establecidos para la VII cumbre: la búsqueda de otorgar a la Celac un rol más activo «fortaleciendo el entramado económico, productivo y social» de la región para lograr mayores niveles de «inclusión y desarrollo».

Con el objetivo de dotar a Brasil de una mayor presencia y protagonismo global, Lula busca fortalecer su alianza con los países latinoamericanos, en un contexto regional «convulsionado» y carente de «prácticas políticas en favor de la integración», según definió en diálogo con Télam el politólogo argentino Sergio De Piero.

Bajo esa perspectiva, esta cumbre representa, entonces, una nueva plataforma para la hoja de ruta trazada por Lula en pos de fortalecer su liderazgo regional, algo que enfrenta ciertos desafíos: un proceso electoral en México (otro de los actores relevantes en el subcontinente) y la «decisión del gobierno de Javier Milei de buscar una alianza incondicional con EEUU, en particular con la actual oposición del Partido Republicano de Donald Trump», opinó De Piero.

Para el politólogo, investigador permanente de Flacso, la región enfrenta «un momento histórico» en el que «las estrategias de integración» diseñadas en la década pasada por líderes como Lula, Néstor y Cristina Kirchner y Hugo Chávez «han sido desarmadas y no parece observarse nuevas iniciativas que convoquen a los estados en pos de una nueva etapa, más allá de algunas acciones puntuales, como por ejemplo la actitud de Lula».

En ese escenario, impacta de lleno el «manifiesto interés de Estados Unidos por los recursos naturales» de una región rica en alimentos y minerales, tal cual «fue mencionado reiteradamente por la jefa del Comando Sur, la generala (Laura) Richardson», evaluó el especialista.

Con todo, Lula y otros líderes regionales de peso, como el colombiano Gustavo Petro y el mexicano Manuel López Obrador, hacen foco en potenciar la cooperación e integración de América Latina y el Caribe.

Previo al cónclave de la Celac, el mandatario brasileño participó ayer en Guyana, como invitado especial, en la cumbre de la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom), mientras se prepara para una reunión bilateral con su par de Venezuela, Nicolás Maduro, en San Vicente y las Granadinas, considerada crucial para que el Palacio de Planalto defina su posición frente al gobierno chavista, según consignó días atrás el medio brasileño O Globo.

Se espera que Lula lleve a la Celac muchas de las propuestas de la presidencia brasileña del G20, como la lucha contra el hambre y la pobreza, el desarrollo sostenible, la acción contra el calentamiento global y la transición energética, como así también ponga énfasis en la cooperación Sur-Sur y la seguridad en América Latina y el Caribe.

Otro de los desafíos que se impuso el mandatario brasileño es su mediación en la disputa entre Guyana y Venezuela por la región del Esequibo, un territorio rico en petróleo y minerales, cuya posesión reclama Caracas.

Un plebiscito convocado por el gobierno de Maduro para la anexión de la región, denominada Guyana Esequiba por Caracas, fue aprobado por el 95% de los electores venezolanos que participaron en la consulta.

En el marco del encuentro de la Caricom, Lula mantuvo una reunión con el presidente de Guyana, Irfaan Ali, quien en diciembre pasado se reunió con Maduro en San Vicente y las Granadinas para intentar suavizar las tensiones por el conflicto sobre el Esequibo, región a la que Georgetown ya avisó que no renunciará.

El encuentro con el jefe de Estado bolivariano se producirá mañana al margen de la cumbre de líderes de la Celac, oportunidad en la que se espera que Lula y Maduro hablen sobre el cumplimiento del llamado Acuerdo de Barbados entre el gobierno y la oposición venezolana, que prevé elecciones transparentes, limpias y justas este año.





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