Uno de los cuatro condenados por el asalto a Jorge Ríos, el jubilado de 72 años que en julio de 2020 mató a uno de los delincuentes que entraron a robar a su casa del partido de Quilmes, fue liberado tras cumplir dos tercios de la sentencia, mientras que la propia víctima del atraco será juzgada en junio de 2023 por un jurado popular.El liberado es Martín Ariel “Perro” Salto (28), a quien el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 quilmeño le otorgó el 31 de octubre último la libertad condicional luego de haber sido condenado a tres años y cuatro meses por el delito de “hurto agravado” en perjuicio de Ríos.
El abogado del jubilado, Fernando Soto, informó este martes a Télam que, ante esta situación, pidieron una restricción de acercamiento para Salto, lo cual fue concedido este lunes por el mismo tribunal, y el joven no podrá estar a menos de 500 metros de Ríos y su familia.
Por el mismo delito también fueron condenados en un juicio abreviado y a penas similares Christian Javier “Dibu” Chara (24), David Ezequiel Córdoba (26) y Claudio Nicolás “El Enano” Dahmer (28); quienes también solicitaron la excarcelación.
Ríos deberá responder por haber matado a uno de sus atacantes
Por su parte, Ríos será sometido a un juicio por jurados desde el 6 de junio del año próximo, debate que será dirigido técnicamente por el TOC 3 quilmeño, como acusado de matar al quinto delincuente que entró a robar a su casa, Martín “Piolo” Moreyra (26).Por ese hecho, el jubilado, quien se encuentra excarcelado y en su domicilio, está imputado de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, delito por el que podría ser condenado a 25 años de prisión.
“Hemos optado por Juicio por Jurados. No tengo dudas que la gente común y corriente (que está muy lejos del modo en que los jueces interpretan la Ley), va a absolver a don Jorge”, expresó el letrado Soto.
La causa por el crimen de Moreyra fue elevada a juicio por el juez de Garantías 2 de Quilmes, Martín Nolfi, a requerimiento del fiscal Ariel Rivas, quien lo había solicitado el 16 de julio de 2021, un día antes de cumplirse un año del hecho.
«Lo que sucedió fue una tragedia, tengo una mochila muy grande que cargar que fue el fallecimiento de una persona. Estoy contenido por un montón de gente, en la parte psíquica y psiquiátrica y en la parte física, pero es todo muy duro», expresó Ríos en declaraciones a Télam al cumplirse un año del asalto que terminó con el crimen de Moreyra.
El episodio en que Ríos disparó su arma
Los hechos investigados ocurrieron entre las 4 y las 4.50 de la madrugada del 17 de julio del pasado año, cuando cinco ladrones ingresaron por tercera vez en la misma noche a robar a la vivienda de Ríos, ubicada en Ayolas al 2700, en Quilmes Oeste.
El herrero jubilado fue sorprendido en su vivienda mientras dormía, y fue golpeado e intimidado con un destornillador por los asaltantes, quienes le causaron heridas en el dorso de la mano derecha, en su antebrazo derecho, y en la cabeza, al mismo tiempo que «intentaron desapoderarlo ilegítimamente de cosas de valor existentes en la propiedad», según acreditó el juez Nolfi.
Sin embargo, los ladrones no pudieron lograr su objetivo porque Ríos extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros y les efectuó varios disparos con los que los hizo huir.
En las imágenes de las cámaras de seguridad se ve que uno de los asaltantes, luego identificado como Moreyra, quedó rezagado del resto de la banda porque estaba herido y trató de huir rengueando hasta que cayó a la vuelta de la esquina.
En los mismos videos se ve que Ríos salió armado de su casa y alcanzó a Moreyra, lo pateó y, según declaraciones de testigos, le disparó.
Si bien en la filmación no se observa a simple vista ningún fogonazo por la mala calidad de la imagen, la hipótesis principal de la fiscalía es que, en ese sitio, a 60 metros de su casa, el jubilado remató al delincuente.
Sin embargo, la defensa se ampara en un peritaje balístico del Instituto de Ciencias Forenses de Lomas de Zamora, el cual determinó que Ríos disparó «a una distancia superior a los 50 centímetros».
En tanto, el personal policial que arribó al lugar minutos después de consumado el hecho tras un llamado al 911, encontró allí tres vainas servidas correspondientes a un arma calibre 9 milímetros.
A su vez, la autopsia al cuerpo de «Piolo» Moreyra indicó que el delincuente recibió dos balazos, uno en el tórax y otro en la región abdominal que le causó la muerte, por lo que la defensa de Ríos sugirió que pudieron haber sido «plantadas» por los policías que trabajaron en la escena.