El escrito presentado a las partes interesadas lleva la firma de los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach.
Hay ocho profesionales vinculados a la salud que se encuentran imputados por la muerte del ídolo. Se trata de la psiquiatra Agustina Cosachov; el psicólogo Carlos Ángel Díaz; el neurocirujano Leopoldo Luque; la médica coordinadora de la prepaga Swiss Medical, Nancy Forlini; los enfermeros Gisella Madrid y Ricardo Almirón; su jefe Mariano Perroni; y el médico clínico, Pedro Di Spagna.
Los fiscales Cosme Iribarren, Laura Capra y Patricio Ferrariel consideran que los acusados tuvieron algún grado de participación necesaria en la muerte de Maradona cuando se encontraba con internación domiciliaria en la casa del country de Tigre. En el país, el juicio por el presunto delito de homicidio simple cometido mediante dolo eventual prevé una pena de entre 8 y 25 años de prisión.
Más allá de la fecha específica del arranque del juicio, otro de los detalles que se supo es que las audiencias en total serán menores a 30 y que se realizarán tres veces por semana: los martes, miércoles y jueves.
Durante el juicio se conocerán detalles sobre la muerte del «10». Poco menos de 200 personas darán su testimonio y miles de audios de conversaciones que involucran a los implicados. Conversaciones privadas incluso, con el mismo Maradona.
Dalma, Gianinna y Jana Maradona, Claudia Villafañe, Verónica Ojeda y Rocío Oliva están entre los testigos propuestos por los fiscales. También aparecen sus hermanos Claudia, Ana, Rita, Raúl y Elsa. Y los abogados Matías Morla, que era el apoderado de Maradona, y su socio Víctor Stinfale.
El 18 de abril del año pasado, la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro confirmó la elevación a juicio de la causa por la muerte en 2020 de Maradona. Fue cuando rechazó los pedidos de nulidad del proceso y el cambio de calificación legal de la causa judicial. Para la Justicia, la muerte de Maradona «se podría haber evitado».
La muerte de Diego Maradona
Diego Maradona padecía problemas de adicción al alcohol y había sido ingresado en una clínica de La Plata el 2 de noviembre de 2020. Presentaba un cuadro de anemia y deshidratación. Un día después, fue trasladado a un sanatorio de la localidad bonaerense de Olivos, donde fue operado de un hematoma subdural.
El 11 de noviembre de ese año, Maradona recibió el alta hospitalaria y se trasladó a una casa en el barrio privado San Andrés, en Tigre. Allí, supuestamente tendría la supervisión de un grupo especializado de profesionales que cuidaría de él. Pero, un par de semanas después, murió el 25 de noviembre.
Según la autopsia, la muerte de Maradona se debió a un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”. Y también se descubrió que tenía una “miocardiopatía dilatada”.
Pero, desde entonces, su entorno familiar – sobre todo sus hijas Dalma y Gianinna – sostiene que Maradona tuvo «un severo y deliberado abandono» por parte de los profesionales imputados.