Al menos ocho de cada diez empresarios pymes del centro y la periferia del país considera que están haciendo frente a un cuadro de profunda recesión que en ciertas condiciones tiene características de depresión. Se trata de un relevamiento ajustado al tercer trimestre de este año, es decir que no contempla el reciente mes de octubre cuando -según dicen- comenzó a producirse una curvatura en la tendencia del rumbo económico. En las últimas horas, distintas consultoras del sector privado salieron a señalar que los indicadores más frescos muestran un leve repunte de la actividad, lo que se podría interpretar como una vuelta de página a la recesión. Si es así se trata de una buena noticia, pero habrá que esperar para tener la confirmación.
El manual instruye que las tendencias se certifican luego de tres meses de marcadores repetidos, lo que supone que para hablar de una recuperación tendrían que darse indicadores positivos en octubre, noviembre y diciembre. La expectativa de todos los que apuntalan el modelo propuesto por la Casa Rosada es que el cuarto y último trimestre de 2024 muestre una recuperación. Sería una señal aliviadora.
Por lo pronto lo que se tiene a mano -y certificado- son mediciones que arrojan datos preocupantes. Por ejemplo, la denominada Encuesta Radar Pyme señala que el 84,2% de los empresarios consultados considera que la economía argentina está con un pie en la recesión y el otro pie en la depresión. Resulta difícil caminar hacia adelante en esas condiciones.
El relevamiento fue realizado por la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (Enac) y contó con la participación de 400 empresas de 22 provincias. La muestra es lo suficientemente abarcativa para dimensionar la profundidad del problema.
La consulta se basó en una opinión sobre la condición macroeconómica de la Argentina y el 57,5% aseguró que se encuentra en recesión y el 26,8% en depresión. En contraparte, un pequeño porcentaje (11%) la consideró estable, mientras que otro aún menor (4,7%), en crecimiento.
Otro foco importante del informe fue en torno al ajuste, donde el 73,7% de los encuestados respondieron que las pymes y los trabajadores lo están pagando. Cabe destacar que ninguno lo contradijo, ya que un 20,8% consideró que es de manera parcial, mientras que el restante 3% no contestó.
Por otra parte, el 43,8% de los empresarios de las pymes respondieron que creen que la flexibilización laboral ayudará total o parcialmente a las pymes. En el otro extremo, un 34,5% de los consultados considera que ni ayudará ni perjudicará la flexibilización laboral a las pymes, lo que habla de una reforma o que no se conoce o con bajo peso real.
Este asunto no es menor puesto que la legislación, que forma parte de la denominada Ley Bases, fue reformada a instancias de sugerencias aportadas por los sectores industriales. Buena parte de las medidas que apuntaban a poner coto a los excesos sindicales no están contemplados y le falta algo muy importante, un capítulo dedicado a la promoción y fomento del empleo. De hecho no hay régimen especial de inversión para las pequeñas y medianas empresas que son las principales generadoras de empleos en la Argentina.
En la semana que acaba de terminar, el Gobierno de Javier Milei anunció que lanzará un Rigi para pymes. Mientras tanto el sector sigue reafirmando su importancia en el sistema productivo nacional. Dato: las exportaciones de las pymes crecieron 23,5%, alcanzando los US$7.369 millones, lo que representa el 12,2% del total exportado por la Argentina en el período enero-septiembre 2024.
En volumen, exportaron 6,4 millones de toneladas, 33,5% más que los primeros 9 meses acumulados de 2023. De las 6.095 empresas que exportaron en este período, 4.179 son pymes.