El fanatismo por la abuela Cristina del barrio porteño de Liniers que se hizo viral y ya tiene su ubicación en Google Maps, tatuajes con los dichos de Lionel Messi y resultados de los partidos, y los cánticos y asados con jeques qataríes inundaban este miércoles las redes sociales tras el pase de Argentina a la final del Mundial de Fútbol en Qatar.
Desde la victoria del equipo albiceleste frente a Australia que le dio el pase a cuartos de final, el festejo de Cristina, una abuela que se sumó a un grupo de amigos en las calles de Liniers para saltar junto a los jóvenes se volvió viral en las redes sociales.
El canto de «Abuela Lalalala» en su honor llegó a los festejos de todo el país y se trasladó a los lugares donde está presente la hinchada argentina.
hablo la abuela lalalalala pic.twitter.com/xDKhrqgwoC
— 🍮 buji (@eymariluz) December 14, 2022
Tras la victoria del pasado martes 3-0 de la albiceleste frente al conjunto croata, los fanáticos se emocionaron al notar que la esquina del «festejo de la abuela», en la intersección de las calles Caaguazú y Andalgalá, ya aparece en Google Maps como sede de aliento mundialista.«Quiero agradecer a ‘Los Pibes de Villa Luro’ (el grupo de amigos), yo soy la Abuela Lalalalala», dice orgullosa en un video de Tiktok, tras el masivo festejo en la esquina.
Arengada por los jóvenes, grita: «Vamos Argentina el domingo, carajo, vamos».
Con ella, las «abuelas» se volvieron protagonistas en los festejos y muchas de ellas fueron ovacionadas al acercarse el pasado martes a celebrar entre las multitudes.
En su cuenta de Twitter, el músico Iván Noble expresó eufórico al respecto: «Me vuelvo loco, ya hay Franquicias de Abuelas Lalalalalaaa», por los videos que circularon en redes desde distintos puntos del país.
Me vuelvo loco: ya hay Franquicias de Abuelas Lalalalalasss. https://t.co/JsjlV8NbIC
— Ivan Noble (@ivannoble) December 14, 2022
A medida que la Scaloneta avanza en el Mundial, el fanatismo argentino no deja de sorprender: desde quienes no dudaron en tatuarse la frase «Anda p’allá, bobo» de Lionel Messi que fue furor o los resultados que trajeron a la Argentina a una nueva final del mundo, hasta quienes les proponen casamiento a sus parejas en medio de los efusivos festejos en el Obelisco o cumplen irrisorias apuestas que evidencian la creatividad argentina.
Las calles de Qatar, mientras tanto, también se pintan de albiceleste y los hinchas argentinos se vuelven protagonistas en Doha durante las horas previas y posteriores a cada partido.
Los asados y choripaneadas improvisadas en plena calle de esta ciudad cada vez son más, muchos de ellos «invitados» incluso por qataríes, que asisten incrédulos a la algarabía de los argentinos.
Así lo refleja un video viralizado tras el partido frente a Croacia, donde un grupo de hinchas le dedica un tema a un hombre qatarí -que lucía como jeque- en agradecimiento por su invitación a comer un cordero.
«Muchas gracias al jeque, muchas gracias Abdullah, vos nos diste cordero, vos nos diste comida. Lo que hiciste en Doha no se olvida en la vida», reza la canción de cancha improvisada durante el asado con ritmo futbolero.
Sorpresivamente, algunos hinchas y periodistas argentinos fueron invitados también a conocer las ostentosas casas de jeques y vecinos qataríes de «buena economía».
«Una parte reducida de quienes fuimos pudimos subir al museo de la casa (del qatarí), donde la mayor atracción era Messi», contó a Télam Álvaro Nanton, periodista neuquino en Doha.
Allí se encontró con una suerte de santuario dedicado a Lionel Messi, con camisetas firmadas, botines que usó el jugador, camisetas de distintas etapas de su carrera e incluso mates, yerba y otros productos típicos de la Argentina.
«Nos recibía a los argentinos para poder mostrar la cultura qatarí y acercarse a nuestra cultura argentina, y también un poco para ostentar lo que puede tener y lo que regala, son muy serviciales», aseguró Nanton.
La hinchada argentina, por su parte, no pierde oportunidad de mostrar el agradecimiento ante tal recibimiento de los qataríes, a quienes hacen parte de los distintos festejos que surgen.
Incluso el pasado martes durante el regreso en subte tras el partido, los hinchas frenaron el repertorio para entonar canciones de cuna como «Arrorró mi niño, arrorró mi sol» y «Manuelita» para tranquilizar a un niño qatarí que lloraba asustado por los festejos.
Choque cultural y pasión por el fútbol, así vivió un joven argentino una noche en casa de un jeque
«Es una locura todas las llaves que te da ser argentino y vivir el fútbol con esta intensidad», dijo a Télam Álvaro Nanton, un joven que, invitado junto a más de un centenar de hinchas, conoció la casa de un jeque qatarí y su museo en honor a Lionel Messi, en una experiencia signada por «la ostentación» y «el servicio y atención» con los argentinos que caracteriza a los vecinos árabes.
Nanton, que es un periodista neuquino, está en Doha desde el inicio del Mundial y, entre otras sorpresivas situaciones que vivió, el fin de semana fue invitado, a través de un amigo, a cenar en la suntuosa casa de un vecino qatarí.
«Como experiencia siento que nos acerca mucho más a la cultura qatarí, que es de ostentación pero también de servicio, los qataríes son muy serviciales», contó en diálogo con Télam.
Desde Barwa Al Janoub, el barrio que es epicentro de la hinchada argentina y donde se hospeda, el periodista tuvo dos horas y media de viaje hasta llegar al punto de encuentro.
«Nos metimos en medio de un barrio local, bien residencial, con casas grandes, con muchas habitaciones. Acá en Qatar se acostumbra vivir con muchas personas, las mujeres de la familia que deciden casarse son las únicas que abandonan la casa», explicó Nanton.
El ingreso a la casa anticipaba el lujo del que serían testigo después. «Era todo de vidrio, con los marcos que parecían de bronce y banderas de Argentina y Marruecos. Tenía dos o tres salas de recepción», detalló.
Según le explicaron, la cantidad de salones se debe a que, cuando hay reuniones multitudinarias, la cultura qatarí acostumbra a separar hombres y mujeres en las distintas recepciones.
«El evento con los argentinos no se hizo en la casa propia, sino en el patio. Era casi como un casamiento en un patio alfombrado, con una recepción donde había frutos secos, dátiles, agua, café qatarí que es muy particular porque tiene algunas especias», relató el joven.
Cerca de las 22, los invitados pasaron al «sector de mesas», donde los argentinos se ubicaron en grupos de 10 personas rodeando un «plato gigante de aproximadamente un metro de radio, con un colchón de arroz y cordero, era muchísima comida».
«Los qataríes están todo el tiempo muy atentos y preocupados por nosotros, son muy serviciales y sobre todo con la comida», apuntó.
Luego de la arenga, todos juntos con las canciones que el qatarí iniciaba para encender a los hinchas argentinos, un grupo reducido pudo conocer el museo dedicado al 10 argentino.
«Tenía una Copa América chiquita, camisetas firmadas por Messi, botines que usó Messi, las paredes ploteadas (con el logo del) Barcelona y al menos 15 camisetas que usó Messi en distintos momentos. Era una locura», detalló Nanton.
«Acá todos reconocen la vehemencia y la pasión de la hinchada argentina. (La cena) fue un choque cultural increíble entre nuestra pasión por el fútbol y su ostentación», concluyó el joven.