Un promedio de sondeos del sitio RealClearPolitics le asigna ahora a la vicepresidenta una leve ventaja de dos puntos a nivel nacional sobre el magnate, pero el número aún está dentro del margen de error.
Y si bien cada elección es distinta, las experiencias recientes encienden una alarma en las filas demócratas: en 2016, Hillary Clinton le llevaba a esta altura 4,6 puntos de ventaja a Trump y en 2020 Joe Biden lo superaba por un cómodo 9,7. Sin embargo, ella terminó perdiendo (aunque no en el voto popular) y el actual presidente ganó, pero por poco.
Los estados clave
En un complejo y controvertido sistema, en Estados Unidos es posible que no gane el candidato más votado sino el que alcance una mayoría de 270 de los 538 votos del Colegio Electoral, sumando muchos estados o estados de gran peso demográfico.
Se sabe que 38 de los 50 estados han votado por el mismo partido político entre 2000 y 2016. Por ejemplo, California o Nueva York son estados “azules” porque siempre eligen candidatos demócratas y otros como Oklahoma, Arkansas o Texas son “rojos” porque se inclinan por los republicanos.
Por eso el ganador casi siempre se decide por un puñado de estados conocidos como “swing states”, o sea que oscilan de un partido a otro según la elección. Todo indica que las presidenciales esta vez dependerán de 7 distritos clave, con electorados “púrpura”, o más mezclados: Wisconsin, Michigan, Pennsylvania, Arizona, Nevada, Georgia y Carolina del Norte, donde Trump y Harris pelean cabeza a cabeza y dedican todo su tiempo en el tramo final de la campaña.
Los promedios de los sondeos recopilados por RealClearPolitics muestran apenas décimas a favor de Harris o Trump, en estos estados clave. Todo puede suceder.
Los caminos para llegar a la Casa Blanca
Los analistas consideran que Harris solo necesita ganar en el “Cinturón del óxido”, Pennsylvania, Wisconsin y Michigan, para obtener los 270 votos necesarios en el Colegio Electoral y ganar las elecciones, a menos que haya resultados sorprendentes en otros lugares.
Si Trump gana en Pennsylvania, Carolina del Norte y Georgia, tendrá suficientes votos para ser declarado ganador, a menos que haya sorpresas en otros estados.
Trump también podría ganar si vence a Harris en los estados indecisos del Cinturón del Sol de Arizona, Georgia y Carolina del Norte, y también suma Wisconsin o Michigan.
Los temas que más importan
Según un reciente sondeo de Pew Research Center, para un 81% de los votantes registrados la economía será muy importante en estas elecciones. Otros de los temas clave será la salud (65%); la nominación de los jueces de la Corte Suprema (63%); la política exterior (62%); los crímenes violentos (61%); la inmigración (61%); la política sobre armas (56%); el aborto (51%); la desigualdad racial (37%) y el cambio climático (37%).
Quiénes se inclinan por Harris
Luego de reemplazar a Biden en la candidatura presidencial, Harris logró movilizar al partido demócrata y a muchos que se resistían a votar por algún candidato. Sumó decenas de miles de nuevos voluntarios y sobre todo a los jóvenes.
Según los sondeos, los que prefieren a la vicepresidenta son votantes progresistas de grandes ciudades que tienen secundario completo o educación universitaria y también de origen más diverso. De madre india y padre jamaiquino, Harris ha aumentado su influencia en el electorado afroamericano y asiático y también ha frenado algo la sangría entre los latinos, ya que estos votantes tradicionalmente demócratas se han vuelto más conservadores y últimamente estaban inclinándose de a poco hacia Trump.
Ha logrado revitalizar a los jóvenes y a las mujeres que ven con expectativa que se convierta en la primera presidenta de la historia de los Estados Unidos.
Quiénes se inclinan por Trump
La principal fortaleza del magnate reside en los hombres blancos, sin educación universitaria, que viven en los estados del interior del país y fuera de los centros urbanos. Muchos de ellos han sido víctimas de la desindustrialización y creen que las nuevas economías –sobre todo las “verdes”– los han desplazado.
A Trump también los apoyan los sectores más religiosos, que agradecen que el magnate en su gestión anterior haya nombrado a tres jueces conservadores en la Corte Suprema que limitaron, por ejemplo, el derecho al aborto que ahora se determina en cada estado. Los trumpistas sienten a los inmigrantes como una amenaza para el país y la identidad anglosajona. Y creen que la economía de los últimos cuatro años no los ha beneficiado.
La presencialidad, los moderados y el voto “vergonzante”
A esta altura es difícil que las bases de cada partido cambien de candidato a la hora de votar. La clave de estas elecciones, que están muy ajustadas en los sondeos, reside en tres factores.
En primer lugar, qué harán los moderados e independientes: es una fina franja que en principio se resiste a votar a un candidato con la personalidad y los antecedentes oscuros y caóticos de Trump, pero no están demasiado conformes con la gestión de Biden, sobre todo la económica. ¿Triunfarán los principios o el bolsillo?
En segundo lugar, hay un factor que puede ser determinante, que es el voto “vergonzante”: es posible que muchos no quieran reconocer en los sondeos que van a votar por un candidato convicto como Trump y luego haya sorpresa en las urnas y la elección no resulte ajustada. Algunos expertos sugieren que hasta podría ser al revés: republicanos que detestan al magnate y les da vergüenza admitir que votarán a una progresista como Harris para terminar con el “trumpismo” en el partido.
En tercer lugar, cuánta gente saldrá a votar: los demócratas están convencidos de que si logran llevar a las urnas a los desencantados, sobre todo a los jóvenes, tendrán grandes chances de llegar a la Casa Blanca.